El Sol y la salud

Por Mariano Andrés Peter y Mariela Góngora

En las últimas décadas nuestro planeta ha sufrido una serie de cambios atmosféricos y climatológicos producto de la actividad del hombre. Compuestos químicos como los CFC (cloroflúorcarbono) son los responsables de fenómenos tales como el efecto invernadero y el adelgazamiento de la capa protectora de ozono. El ozono es un gas atmosférico formado por tres átomos de oxígeno que filtra la radiación ultravioleta del Sol que es terriblemente nociva para los seres vivientes, sean animales o vegetales. Desde fines de los años ’70 se ha ido formando y agrandando un agujero en la capa de ozono sobre la Antártida, que ha tenido un impacto muy grande en todos los países del hemisferio sur. Australia tiene el triste récord de ser el país que más casos de cáncer de piel registra en el mundo, como consecuencia de ello, los menores de edad tienen que usar sombreros y prendas especiales para protegerse de los rayos ultravioletas. Argentina, como país austral, no es ajena a este grave problema. A continuación hemos elaborado un completo informe para concientizar al lector.

Fotoenvejecimiento: Se produce por efectos acumulativos de exposiciones solares repetidas, penetran los rayos profundamente en la piel alterando determinadas capas de la misma y provocando ARRUGAS, MANCHAS O PECAS.

 

 Eritema solar: Provoca una dilatación de los vasos sanguíneos epidérmicos exponiéndose al Sol demasiado tiempo.
Atacada la piel por los rayos esta se QUEMA y algunas células son destruidas y mueren
produciéndose descamación y enrojecimiento, según el tipo de piel. Además se pueden formar ampollas, cicatrices o manchas sin contar los daños importantes a nuestro organismo en general, COMO EL ENVEJECIMIENTO ACALERADO Y CÁNCER CUTÁNEO MUY GRAVE.

Golpe de calor o insolación: Este efecto viene determinado por el equilibrio o desequilibrio entre la temperatura del cuerpo y la temperatura exterior. Cuando la temperatura exterior es superior a 21 grados, el cuerpo pone en marcha una serie de mecanismos de adaptación como la vasodilatación. La pérdida de agua es también importante. El cuerpo pone en marcha un mecanismo compensador, la sed. Si no se satisface esta necesidad, se produce la insolación. En este sentido, hay que tener especial cuidado con niños y ancianos. Es recomendable beber como mínimo 2,5 litros de agua por día para evitar la deshidratación, mantener la piel saludable y un correcto funcionamiento del organismo.
También se ha detectado alergia al Sol en algunas personas y fotorreacciones a algunos medicamentos, alimentos y cosméticos.

 

Los rayos solares: UV son rayos ultravioletas que dañan la piel y producen eritemas, envejecimiento prematuro, manchas, alergias y pueden dañar el ADN.
Se dividen UVA  y UVB.
Los rayos ultravioletas A (UVA) provocan daños irreversibles tales como:
Piel sin brillo y engrosada
Envejecimiento prematuro
Potenciación del efecto cancerígeno de los rayos ultravioletas B (UVB)
Pérdida de elasticidad y firmeza a la piel
Los rayos ultravioletas B (UVB) producen daños inmediatos tales como:
Quemadura solar
Ampollas
Destrucción del ADN y de las proteínas de la piel
Riesgo de cáncer de piel.

La piel: Es un órgano muy extenso que en un adulto puede llegar a pesar 3 kg. Es una cubierta elástica e impermeable que actúa como barrera contra las infecciones, regula la temperatura corporal y evita que el agua del cuerpo se avapore.
Es también sensible al calor, frío, dolor, presión, etc.
La piel se divide en tres capas a saber: la epidermis, la dermis y la hipodermis o tejido celular cutáneo.

 

La epidermis: Es la capa superficial de la piel, en ella encontramos las células muertas.
Cuenta además con cinco capas llamadas cornea, lúcida, espinosa, granulosa y basal. 

La dermis: Es la capa que se ubica por debajo de la epidermis. Es fibrosa y elástica. En ella encontramos folículos pilosos, papilares dérmicos, colágeno, elastina, glándulas sudoríparas y sebáceas. Estos elementos están bañados por un líquido intercelular llamado sustancia fundamental.

La hipodermis: Es la capa más interna, en ella encontramos tejido adiposo que cubre los huesos dándole forma al cuerpo y nos protege de golpes y traumatismos.
 


Mariano Andrés Peter, coordinador del Observatorio de Oro Verde – AEA

Mariela Góngora, cosmetóloga y esteticista – consultas al (0343) 154667518 o 4219431 
marielagongora1000@gmail.com 

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