Fotoenvejecimiento: Se produce por efectos acumulativos de exposiciones solares repetidas, penetran los rayos profundamente en la piel alterando determinadas capas de la misma y provocando ARRUGAS, MANCHAS O PECAS.

Eritema solar: Provoca una dilatación de los vasos sanguíneos epidérmicos exponiéndose al Sol demasiado tiempo.
Atacada la piel por los rayos esta se QUEMA y algunas células son destruidas y mueren
produciéndose descamación y enrojecimiento, según el tipo de piel. Además se pueden formar ampollas, cicatrices o manchas sin contar los daños importantes a nuestro organismo en general, COMO EL ENVEJECIMIENTO ACALERADO Y CÁNCER CUTÁNEO MUY GRAVE.
Golpe de calor o insolación: Este efecto viene determinado por el equilibrio o desequilibrio entre la temperatura del cuerpo y la temperatura exterior. Cuando la temperatura exterior es superior a 21 grados, el cuerpo pone en marcha una serie de mecanismos de adaptación como la vasodilatación. La pérdida de agua es también importante. El cuerpo pone en marcha un mecanismo compensador, la sed. Si no se satisface esta necesidad, se produce la insolación. En este sentido, hay que tener especial cuidado con niños y ancianos. Es recomendable beber como mínimo 2,5 litros de agua por día para evitar la deshidratación, mantener la piel saludable y un correcto funcionamiento del organismo.
También se ha detectado alergia al Sol en algunas personas y fotorreacciones a algunos medicamentos, alimentos y cosméticos.

Los rayos solares: UV son rayos ultravioletas que dañan la piel y producen eritemas, envejecimiento prematuro, manchas, alergias y pueden dañar el ADN.
Se dividen UVA y UVB.
Los rayos ultravioletas A (UVA) provocan daños irreversibles tales como:
Piel sin brillo y engrosada
Envejecimiento prematuro
Potenciación del efecto cancerígeno de los rayos ultravioletas B (UVB)
Pérdida de elasticidad y firmeza a la piel
Los rayos ultravioletas B (UVB) producen daños inmediatos tales como:
Quemadura solar
Ampollas
Destrucción del ADN y de las proteínas de la piel
Riesgo de cáncer de piel.
La piel: Es un órgano muy extenso que en un adulto puede llegar a pesar 3 kg. Es una cubierta elástica e impermeable que actúa como barrera contra las infecciones, regula la temperatura corporal y evita que el agua del cuerpo se avapore.
Es también sensible al calor, frío, dolor, presión, etc.
La piel se divide en tres capas a saber: la epidermis, la dermis y la hipodermis o tejido celular cutáneo.

La epidermis: Es la capa superficial de la piel, en ella encontramos las células muertas.
Cuenta además con cinco capas llamadas cornea, lúcida, espinosa, granulosa y basal.
La dermis: Es la capa que se ubica por debajo de la epidermis. Es fibrosa y elástica. En ella encontramos folículos pilosos, papilares dérmicos, colágeno, elastina, glándulas sudoríparas y sebáceas. Estos elementos están bañados por un líquido intercelular llamado sustancia fundamental.
La hipodermis: Es la capa más interna, en ella encontramos tejido adiposo que cubre los huesos dándole forma al cuerpo y nos protege de golpes y traumatismos.
Mariano Andrés Peter, coordinador del Observatorio de Oro Verde – AEA
Mariela Góngora, cosmetóloga y esteticista – consultas al 3435173997
marielagongora1000@gmail.com
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