Riesgos de la exposición al Sol:
Riesgos de las observaciones solares: Un tipo de conducta riesgosa a la que nos podemos exponer por desconocimiento tiene que ver con la utilización de instrumentos ópticos para realizar observaciones de fenómenos tales como eclipses solares, tránsitos de planetas y manchas solares.

La mayoría de los astrónomos solares de la antigüedad terminaron con serios daños en la vista por no tener cuidado. Para mirar el Sol con binoculares, telescopios u otros instrumentos ópticos es imprescindible tener en cuenta lo siguiente: JAMÁS SE DEBE OBSERVAR DIRECTAMENTE AL SOL SIN LOS FILTROS SOLARES CORRESPONDIENTES.
Si no se tiene el suficiente cuidado, el sentido de la visión puede quedar seriamente comprometido, los daños pueden ser permanentes llegando inclusive a la ceguera.
Una práctica muy difundida es la de utilizar una placa radiográfica para observar el Sol durante un eclipse solar. Si se hace esto, se recomienda hacer observaciones de 5 segundos dejando descansar la vista durante 10 minutos.
El Sol y los cuidados de la piel:
El Sol es nuestra fuente de energía, está comprobado que fortalece los huesos de nuestro organismo estimulando la vitamina D, pero debemos respetarlo y cuidar nuestra piel porque nos puede dañar provocándonos entre otras cosas, cáncer de piel.
La fotoprotección y la fotoeducación son fundamentales para mejorar nuestra calidad de vida y prevenir patologías de la piel en el futuro debido a la “MODA DEL COLOR EN LA PIEL”
Siempre debemos tener la precaución de estar protegidos usando pantallas solares todo el año, esto es fundamental. Se recomienda no exponerce al Sol de verano después de las 10:00 o antes de las 16:00 hs. ya que de lo contrario podemos sufrir una sobreexposición solar que nos puede causar desde fotoenvejecimiento hasta cáncer de piel a largo plazo. Los niños pequeños son especialmente vulnerables a la radiación ultravioleta que los puede afectar no solo a través de la exposición directa sino también a través de la radiación reflejada por el agua, la arena, etc.

Hay que tener en cuanta además que las pieles blancas, por tener menos melanina, son mucho más sensibles a los rayos solares que las pieles oscuras.
La principal protección la constituyen las cremas. El factor de protección debe elegirse según el tipo de piel y no se debe disminuir con la idea de conseguir un pronto bronceado. Es conveniente realizar el bronceado de forma progresiva comenzando con los factores de protección más altos y adecuados para cada tipo de piel. La crema debe aplicarce al menos media hora antes de tomar el Sol con el fin de que proteja de forma adecuada toda la epidermis.
Asimismo se deben utilizar prendas adecuadas para la exposición al Sol: gorras, camisetas de algodón y anteojos para Sol.