En una investigación se ha encontrado que una potentísima erupción estelar, en una estrella observada por el telescopio espacial Kepler de la NASA, posee un patrón de características similar al de las erupciones normales del Sol. Esto sugiere que el Sol es capaz de producir erupciones un millar de veces más potentes que las registradas hasta la fecha en él. Tales erupciones de gran magnitud son observadas a menudo en algunas estrellas.
La estrella binaria KIC9655129, ubicada en la Vía Láctea, es conocida por producir erupciones de gran magnitud. El equipo de Chloë Pugh, de la Universidad de Warwick en el Reino Unido, sugiere que debido a las similitudes entre la supererupción en KIC9655129 y las erupciones corrientes de nuestra estrella, la física subyacente a ambos tipos podría ser la misma, apoyando ello la idea de que el Sol también es capaz de producir una supererupción.
Las erupciones solares típicas pueden tener energías equivalentes a 100 millones de bombas atómicas de 1 megatón, pero una supererupción en el Sol podría liberar energía equivalente a 100.000 millones de bombas de 1 megatón. En comparación, una explosión como las de las bombas atómicas arrojadas en Hiroshima y Nagasaki está en la escala de entre los 10 y los 30 kilotones. Mil kilotones son un megatón.
Si el Sol produjera una supererupción, ello sería desastroso para la vida en la Tierra. Además, nuestros sistemas de radiocomunicaciones y de navegación GPS podrían verse gravemente dañados, pudiéndose desencadenar grandes apagones eléctricos como resultado de las fuertes corrientes eléctricas que se inducirían en las redes de suministro eléctrico.
Afortunadamente, las condiciones necesarias para una supererupción son extremadamente improbables en nuestro Sol, a juzgar por las observaciones de la actividad solar realizadas históricamente.
Fuente: Noticias de la Ciencia y la Tecnología