La Agencia Espacial Europea (ESA) rebaja este lunes la posibilidad de que la roca choque contra la Tierra al 2%, un porcentaje que los astrónomos esperan que oscile en los próximos días con una tendencia general a la baja. Seguirá siendo vigilada por la ONU hasta que la peligrosidad sea menor del 1%.
La Agencia Espacial Europea (ESA) ha rebajado este lunes el riesgo de impacto del asteroide 2024 YR4 por primera vez en tres días. La roca, del tamaño de un edificio y situada a 60 millones de kilómetros de distancia, tiene a día de hoy un riesgo del 2% de chocar contra la Tierra el 22 de diciembre de 2032. El porcentaje algo menor del 2,4% que la agencia mantenía desde el viernes. ¿Supone esto un cambio de tendencia? ¿Estamos ya en el camino hacia la salvación?
Pues probablemente sí, aunque es demasiado pronto para decirlo. «Lo esperable es que el porcentaje de riesgo oscile en los próximos días, incrementándose y descendiendo sucesivamente, con una tendencia general a la baja hasta que la roca ya no suponga un problema», afirma a este periódico José María Madiedo, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). La NASA proporciona unos datos similares y coincide con la ESA en que es una posibilidad extremadamente baja.
Los telescopios terrestres involucrados con la Red Internacional de Advertencia de Asteroides continuarán observando el asteroide mientras todavía sea visible hasta abril, después de lo cual será demasiado débil para observarlo hasta alrededor de junio de 2028. El Telescopio Espacial James Webb de la NASA también lo observará en marzo para evaluar mejor su tamaño. Actualmente se estima que el asteroide tiene entre 40 y 90 metros de ancho.
A medida que se obtengan más observaciones de la órbita del asteroide, su probabilidad de impacto se conocerá mejor. Es posible que 2024 YR4 sea descartado como un peligro de impacto, como ha sucedido con muchos otros objetos que han aparecido anteriormente en la lista de riesgo de asteroides. Es lo que ocurrió con el asteroide Apofis, descubierto en 2004, al que le otorgó hasta un escalofriante 4% de probabilidades de chocar contra la Tierra en 2029 «para luego ir bajando hasta cero en los siguientes meses», recuerda el astrofísico. «No hay nada que nos haga pensar que 2024 YR4 no vaya a comportarse igual», apunta. Como recuerda la Agencia Espacial Europea (ESA), la probabilidad de impacto de un asteroide suele aumentar al principio, antes de caer rápidamente a cero después de observaciones adicionales.
Gran incertidumbre
Con todo, como por el momento las observaciones son limitadas, «la incertidumbre sigue siendo grande», motivo por el que se sigue aplicando el protocolo de vigilancia de la ONU, que no se retirará hasta que la probabilidad sea menor del 1%. Los dos grupos de reacción ante asteroides aprobados por la ONU, la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN), presidido por la NASA, y el Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG), presidido por la ESA, siguen de cerca la trayectoria de la roca. Serían los encargados de establecer una estrategia de mitigación si fuera necesaria, ya sea evacuando una región concreta del planeta o enviando una nave que chocara contra la roca y la desviara.
Según el Departamento de Defensa Planetaria de la NASA, actualmente no hay ningún otro asteroide conocido con una probabilidad de impacto superior al 1%. 2024 YR4 tiene uno de los mayores riesgos de impacto jamás observados para un objeto de este tamaño.
En caso de impacto, el asteroide no es lo suficientemente grande como para desencadenar una catástrofe global, pero sí podría devastar por completo una gran ciudad o causar daños a nivel regional. Su explosión en el aire liberaría una energía equivalente a unos 8 megatones (8 millones de toneladas de dinamita), más de 500 veces la de la bomba atómica de Hiroshima.
Fuente: ABC