Por otro lado, la lluvia intermitente durante dos meses y centrada en aquella región, como todo el mundo sabe, las lluvias no son estáticas y se trasladan por la geografía. Es lógico pensar que la zona afectada debería de haber seguido un patrón y no haberse reducido a ese sitio durante tantos días. En tercer lugar, en esto hay algunas contradicciones, la falta de ADN en las muestras recogidas. Todas las moléculas a excepción de los eritrocitos (sangre humana), contienen ADN. Esto da mucho que pensar porque tampoco sabemos si las células traídas a través del cosmos deberían de tener ADN tal y como nosotros lo conocemos o no.
Louis ha continuado los estudios con la colaboración de un equipo internacional de especialistas que incluye, entre otros, al reconocido exobiólogo Chandra Wickramasinghe de la Universidad de Cardiff, Reino Unido. 
Las conclusiones a las que han arribado son sorprendentes. Dicen que las células claramente se reproducen a temperaturas de 121 grados C. “Bajo estas condiciones las células hijas aparecen dentro de la célula madre original y el número  de células en la muestra se incrementa con la duración de la exposición a 121 grados C”, comentaron.
Por el contrario, las células son inertes a temperatura ambiente. “Esto las hace altamente inusuales. Las esporas de algunos organismos extremófilos pueden sobrevivir a este tipo de temperaturas y reproducirse a temperaturas menores, pero nada se comporta así a esas temperaturas, al menos hasta donde sabemos”. 
 
Extraña sustancia gelatinosa, llamada jalea espacial, hallada en Estados Unidos
Aunque todo esto no prueba de forma concluyente que son de origen extraterrestre, Wickramasinghe y Louis no pueden dejar de señalar con gran entusiasmo esta posibilidad. Han analizado la forma en la que brillan cuando son bombardeadas con luz, y dicen que es notablemente similar a distintos espectros de emisión no explicados en diferentes partes de la galaxia. Uno de estos lugares es el Rectángulo Rojo, una nube de gas y polvo alrededor de una joven estrella en la constelación de Monoceros. Esta característica no se observa en ningún organismo conocido.
Historias de extrañas lluvias rojas se han dado a lo largo de la historia en varios sitios del planeta.
También  se han reportado en distintos países extrañas precipitaciones de sustancias viscosas o gelatinosas que, en algunos casos, contenían bacterias desconocidas que han enfermado a las personas con las que tuvieron contacto. Estas sustancias viscosas reciben el nombre de jalea espacial o jalea de las estrellas debido a suelen aparecer luego de las lluvias de meteoros o avistamientos de bólidos.
Harán falta más estudios para que la lluvia roja de Kerala sea explicada satisfactoriamente, mientras tanto seguirá siendo un misterio fascinante.
Mariano Andrés Peter, coordinador del Observatorio de Oro Verde – AEA
