Transcurrieron 64 años sin alternativas hasta que un hecho insólito vino a dar notoriedad a esta ley obsoleta. El país se conmovió ante una noticia de características extraordinarias: en Diciembre de 1936 todos los diarios informaron que un ingeniero geofísico, Juan Baigorri Velar, afirmaba haber inventado un aparato provocador de lluvias a voluntad. El diario La Nación, por ejemplo, en su edición del 27 de Diciembre de ese año, a tres columnas y con fotografía, comenta lo ocurrido y dice así: “¿Cómo se logró hacer la lluvia en Santiago?. El Sr. Miatello, que fiscalizó el experimento se declara entusiasmado con las pruebas del Sr. Baigorri Velar. ¿Lluvia artificial?…. ¿Y por qué no? Nuestro corresponsal en Santiago del Estero lo ha dicho: con la constancia del milimetraje caído y de la duración de la precipitación. De regreso a ésta el Ing. Hugo Miatello, jefe de Fomento Rural del F.C.C. Argentino, que ha acompañado controlándolo en sus experimentos al geofísico de la lluvia Juan Baigorri Velar, nos dice de los milímetros caídos en la capital santiagueña, y varios otros pueblos, interrumpiendo los bailes de Nochebuena. Fue una demostración espectacular, después de los ensayos hechos en la campaña, para convencer a la capital de la provincia donde el propio gobernador era el primero de los incrédulos. ¡Es que parece magia! Los ingleses, sin embargo, se preocupan por el fenómeno. Del diario The Times han solicitado entrevistar al geofísico Baigorri Velar”.
Y más adelante, sigue el comentario periodístico: “Ante todo ¿quién es Baigorri Velar? Oigamos al Ing. Miatello: es argentino, hijo del coronel Baigorri, el gran amigo del general Roca. Terminó sus estudios de geofísica en la Universidad de Milán y viajó por Europa, Africa, Asia y los Estados Unidos, actuando como técnico en petróleo”.
“Entre nosotros – prosigue el ingeniero Miatello – descubrió el Mesón de Fierro, famoso meteorito caído en el límite entre el Chaco Austral y el Chaco Santiagueño. Este meteorito define la línea limítrofe, pero no fue hallado hasta los trabajos del Sr. Baigorri Velar, que lo localizó mediante sus aparatos de geofísica que miden el potencial eléctrico y determinan las condiciones electromagnéticas de la tierra”.
Efectivamente este geofísico, que como vemos tuvo destacada actividad en aquella provincia, se presentó ante el gobernador, Dr. Pío Montenegro, a fines de 1937 denunciándole haber descubierto el Mesón de Fierro y reclamando por primera vez desde 1873 que se le acordara el premio instituido por la ley que comento, produciendo ésto encontrados comentarios en el gobierno y en la prensa local. Lo cierto es que en esos días la legislatura provincial, en apresurada sesión, dictó la ley Nº 1455 promulgada el 17 de Diciembre de 1937, cuyo artículo 1º dice: “Derógase la ley de fecha 30 de Enero de 1873 que acordaba un premio al que descubriese el Mesón de Fierro, existente en el Chaco. Art. 2º Comuníquese al Poder Ejecutivo, etc”.
Interrogado el Ing. Baigorri Velar expresó: “que como se le negó el premio que le correspondía por su descubrimiento del meteorito famoso, volvió al sitio donde lo descubrió anterrado debajo de un árbol y luego de haber extendido encima una capa de un material aislante que impide su búsqueda con aparatos creados para tal fin, lo volvió a cubrir con tierra”, agregando, “todavía ahora sabría el lugar donde se encuentra el tan buscado y codiciado meteorito…..”
Ramón Tissera, historiador de la provincia del Chaco dice: “El Mesón de Fierro se esfumó como un espejismo para el interés utilitario que había encandilado y pasó a representar, en definitiva, hasta nuestros días, un motivo de curiosidad o de especulación científica”.
Fuente: Turone, Oscar A. – Meteoritos, Historias caídas del cielo – Buenos Aires (2009).
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