Una flota de naves espaciales ha sido testigo de algo que muchos astrónomos pensaban imposible. El cometa Lovejoy ha pasado esta semana a través de la atmósfera caliente del Sol y, contra todo pronóstico, ha salido intacto.

"Es absolutamente asombroso", dice Karl Battams del Laboratorio de Investigación Naval en Washington DC (EE UU). "No pensé que el núcleo helado del cometa fuera lo suficientemente grande como para sobrevivir tras pasar durante cerca de una hora por la corona solar, a varios millones de grados; pero Lovejoy todavía sigue con nosotros". Las imágenes más espectaculares del acercamiento provienen de momento del observatorio espacial SDO (Solar Dynamics Observatory) de la NASA, que consiguió grabar el pasado 16 de diciembre la secuencia de la aproximación del cometa al Sol y su posterior alejamiento de la estrella.

El encuentro del cometa también fue captado por al menos otras cuatro naves espaciales: las dos sondas gemelas de STEREO (Solar TErrestrial RElations Observatory) de la NASA, el microsatélite europeo Proba2 y SOHO (Solar and Heliospheric Observatory) de la NASA y la Agencia Espacial Europea.

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