Investigadores del Museo Nacional de Historia Natural de la Sorbona han determinado que el agua que estuvo presente en la superficie de la Luna se formó cuando los protones del viento solar chocaron con el oxígeno del polvo lunar. Es decir, niega que su origen sean los impactos de cometas o meteoritos, tal y como se creía hasta ahora.
En un artículo, publicado en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, sus autores, Alice Stephant y François Robert, explican que, cuando los astronautas de la NASA trajeron muestras de suelo y rocas de la Luna se descubrió que contenían trazas de presencia de agua. Desde entonces se han barajado varias posibilidades sobre el origen de este elemento.
La mayoría asumió que el agua llegó hasta allí a través de cometas o impactos de meteoritos. Sin embargo, el nuevo estudio apunta a que el ‘culpable’ es el viento solar.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron pequeños granos de muestra de suelo lunar y comprobaron que la composición isotópica del hidrógeno de ese material sugiere que parte del hidroxilo procede de las partículas que trae el viento solar, ya que su composición geoquímica es similar.
El estudio apunta, por tanto, que el viento solar proporciona iones de hidrógeno a la superficie de la Luna, y que podrían quedar atrapados en zonas como los polos. Después se convertirían y almacenarían como hidroxilo y agua en los granos de la superficie lunar, donde las sondas también han detectado la presencia de estas moléculas.
Los investigadores proponen que un mecanismo similar podría aportar hidroxilo a las superficies de otros cuerpos rocosos donde el viento solar interactúa directamente con su superficie, como Mercurio o el asteroide Vesta.
Fuente: Europa Press