Están en torno a la estrella Kepler-20 y son los más pequeños hallados hasta ahora. Podría tratarse de planetas rocosos.
En torno a la estrella parecida al Sol Kepler-20, unos astrónomos han encontrado dos pequeños planetas: uno es ligerísimamente mayor que nuestro mundo y el otro, un poco más pequeño, y son los cuerpos de este tipo de menor tamaño identificados hasta ahora, dicen los investigadore.s Los científicos no ven directamente estos cuerpos, pero, según sus cálculos y modelos, podría tratarse de planetas rocosos. Se habían detectado ya en órbita de esa estrella otros tres planetas más grandes.
El observatorio espacial Kepler, de la NASA, no ve estos planetas extrasolares. Lo que hace es observar estrellas sospechosas de tener sistemas planetarios e identifica un nuevo cuerpo en órbita cuando este se cruza por delante del astro en la línea de visión desde la Tierra (como un minieclipse) y se atenúa un poco su brillo aparente. Se llama técnica de tránsito y este telescopio permite distinguir esa mínima atenuación de la luz emitida por la estrella. Equipos como este confirman lo que los científicos sospechaban cuando, hace unos años, iban descubriendo decenas de planetas extrasolares grandes y se planteaban que no es que no hubiera cuerpos pequeños de este tipo en el universo, sino que no los podrían ver hasta que se hicieran observatorios más sensibles.
Se habían detectado ya en órbita de esa estrella otros tres planetas de mayor tamaño.
Están en torno a la estrella Kepler-20 y son los más pequeños hallados hasta ahora. Podría tratarse de planetas rocosos.
En torno a la estrella parecida al Sol Kepler-20, unos astrónomos han encontrado dos pequeños planetas: uno es ligerísimamente mayor que nuestro mundo y el otro, un poco más pequeño, y son los cuerpos de este tipo de menor tamaño identificados hasta ahora, dicen los investigadore.s Los científicos no ven directamente estos cuerpos, pero, según sus cálculos y modelos, podría tratarse de planetas rocosos. Se habían detectado ya en órbita de esa estrella otros tres planetas más grandes.
El observatorio espacial Kepler, de la NASA, no ve estos planetas extrasolares. Lo que hace es observar estrellas sospechosas de tener sistemas planetarios e identifica un nuevo cuerpo en órbita cuando este se cruza por delante del astro en la línea de visión desde la Tierra (como un minieclipse) y se atenúa un poco su brillo aparente. Se llama técnica de tránsito y este telescopio permite distinguir esa mínima atenuación de la luz emitida por la estrella. Equipos como este confirman lo que los científicos sospechaban cuando, hace unos años, iban descubriendo decenas de planetas extrasolares grandes y se planteaban que no es que no hubiera cuerpos pequeños de este tipo en el universo, sino que no los podrían ver hasta que se hicieran observatorios más sensibles.
Se habían detectado ya en órbita de esa estrella otros tres planetas de mayor tamaño.
Los dos pequeños planetas de Kepler 20 tienen radios de 1,03 y 0,87 veces el radio de la Tierra, respectivamente. A modo de comparación: el radio de Venus es 0,95 veces el terrestre. Los dos pequeños planetas extrasolares se llaman Kepler 20-e y Kepler 20-f van muy rápido alrededor de su astro, completando una vuelta completa cada 6,1 días, uno, y cada 19,6 días, el otro, explican Francois Fressin (Harvard Smithsonian Center for Astrophysics, EE UU) y sus colegas. Hasta ahora, el planeta extrasolar más pequeño que se conocía, recuerdan, tiene un radio de 1,42 veces el de la Tierra y un volumen estimado de 2,9 veces el de nuestro planeta. Ellos presentan su descubrimiento en la revista Nature, en su publicación adelantada en Internet. Los científicos no creen que estos planetas se formasen en la posición que ocupan actualmente, sino que pudieron originarse más lejos del astro y resultan luego desplazados.
Los tres cuerpos ya detectados en ese sistema planetario, tienen radios de 1,91, 3,07 y 2,75 veces el terrestre, respectivamente, y períodos orbitales de 3,7 días, 10,9 días y 77,6 días, muy cortos en comparación con los 365 días del año de la Tierra.
“Los datos del Kepler nos muestran que algunos sistemas con una disposición de planetas muy diferentes de la de nuestro Sistema Solar”, ha comentado Jack Lissauser, científico de ese telescopio. “Los análisis revelan una nuevo panorama de la diversidad de planetas y sitemas en nuestra Galaxia”.
Fressin y sus colegas explican en su artículo que la investigación realizada descarta que las señales captada con los telescopios puedas puedan ser otra cosa y no planetas en órbita de esas estrella. Además, infieren, por paralelismo con la Tierra, que los dos pequeños cuerpos pueden tener una composición similar a la de nuestro mundo, con un núcleo de hierro (32%), y un manto de silicatos (68%). Es más, el que está más alejado del astro (Kepler-20f) podría tener una densa atmósfera de vapor de agua.
FUENTE: El País (España)