El caso puede explicar por qué apenas existen mundos del tamaño de Neptuno cerca de sus estrellas.
Un equipo de investigadores, dirigido por astrónomos de la Universidad de Ginebra (UNIGE), Suiza, acaba de descubrir un planeta a 97 años luz de la Tierra que está perdiendo su atmósfera a un ritmo frenético. Según apuntan en la revista «Astronomy & Astrophysics», la mitad de este mundo menguante habrá desaparecido en solo unos pocos miles de millones de años a partir de ahora. El caso puede llegar a explicar un misterio científico: la razón por la que no existen muchos planetas del tamaño de Neptuno cerca de sus respectivas estrellas.
Un pescador se sentiría desconcertado si saliera a faenar y solo capturara peces grandes o pequeños, pero apenas unos pocos peces medianos. ¿A dónde han ido a parar? Pues algo similar es lo que les sucede a los astrónomos que cazan exoplanetas. Han encontrado cerca de sus respectivas estrellas una gran cantidad de Jupíteres calientes, mundos del tamaño de Júpiter (el gigante del Sistema Solar junto con Saturno) y muchos otros un poco más grandes que la Tierra, las llamadas supertierras, cuyo diámetro no excede de 1,5 veces el de nuestro mundo. Sin embargo, no hay Neptunos calientes, planetas del tamaño de Neptuno (aproximadamente cuatro veces más grandes que la Tierra) con atmósferas lo suficientemente calientes como para derretir la plata. ¿A qué se debe esa ausencia? O bien tales mundos son raros o fueron abundantes un tiempo y después desparecieron. De hecho, la mayoría de los exoplanetas conocidos del tamaño de Neptuno son simplemente «cálidos», porque orbitan más lejos de su estrella.
Hace unos años, los astrónomos de UNIGE que utilizaban el Telescopio Espacial Hubble de la NASA descubrieron que uno de esos Neptunos «cálidos», denominado GJ 436b, estaba perdiendo hidrógeno de su atmósfera. Esta pérdida no era suficiente para amenazar la atmósfera al completo, pero sugería que estos planetas, al recibir más energía de su estrella, podrían evolucionar de manera más dramática. Y eso es lo que acaba de ser confirmado por los mismos astrónomos. Observaron con el Hubble que otro Neptuno cálido, llamado GJ 3470b, está perdiendo su hidrógeno cien veces más rápido que GJ 436b. Los dos planetas residen a unos 3,7 millones de kilómetros de su estrella, una décima parte de la distancia entre Mercurio y el Sol (Mercurio es el planeta del Sistema solar más cercano al Sol), pero la estrella que alberga GJ 3470b, con solo 2.000 millones de años, es más joven y, por tanto, más activa y poderosa. Eso hace que tenga más radiación para calentar la atmósfera del planeta.
El descubrimiento apoya la idea de que la versión más caliente de estos planetas es de corta duración. Los Neptunos calientes se habrían reducido para convertirse en minineptunos, o se habrían erosionado completamente para dejar solo su núcleo rocoso. «Esto podría explicar la abundancia de supertierras calientes que se han descubierto», dice David Ehrenreich, profesor en el departamento de astronomía de la facultad de Ciencias de UNIGE y coautor del estudio.
Nuevas señales
El equipo seguirá investigando para confirmar sus predicciones. Desafortunadamente, el hidrógeno que se escapa de estos planetas no se puede detectar si están a más de 150 años luz de la Tierra, porque queda oculto por el gas interestelar. Por lo tanto, los investigadores planean usar el Hubble para buscar otros rastros de escape atmosférico, ya que el hidrógeno podría arrastrar elementos más pesados hacia arriba, como el carbono. La solución también podría provenir del helio, cuya radiación infrarroja no está bloqueada por el medio interestelar. «El helio ampliará el alcance de nuestras encuestas», dice Vincent Bourrier, autor del estuio. Y añade: «La alta sensibilidad del telescopio espacial James Webb (que se lanzará en 2020) debería permitirnos detectar el helio que se escapa de los planetas pequeños, como los minineptunos».
Fuente: ABC