¿Cuán lejos está lejos? ¿Y cuándo sabes que llegas allí? Esto no es una adivinanza del Dr. Seuss, pero la última "frontera final" está frente a los astrónomos. Estamos viendo tan lejos como jamás habíamos visto en el universo de estrellas y galaxias. La pregunta puede ser mejor planteada: ¿qué tan joven es joven?; ¿y cómo sabes cuando estás viendo los primeros objetos que alguna vez han existido? Esto pasa porque cuanto más lejos miramos en el espacio, más atrás en el tiempo vemos. Estamos acostumbrados a las comunicaciones instantáneas en la Tierra, pero el viaje de la luz de las estrellas tiene un costo. Toma miles de millones de años para que la información nos llegue desde el universo remoto.
¿Cuán lejos está lejos? ¿Y cuándo sabes que llegas allí? Esto no es una adivinanza del Dr. Seuss, pero la última "frontera final" está frente a los astrónomos. Estamos viendo tan lejos como jamás habíamos visto en el universo de estrellas y galaxias. La pregunta puede ser mejor planteada: ¿qué tan joven es joven?; ¿y cómo sabes cuando estás viendo los primeros objetos que alguna vez han existido? Esto pasa porque cuanto más lejos miramos en el espacio, más atrás en el tiempo vemos. Estamos acostumbrados a las comunicaciones instantáneas en la Tierra, pero el viaje de la luz de las estrellas tiene un costo. Toma miles de millones de años para que la información nos llegue desde el universo remoto.
Ahora, los astrónomos han exigido hasta sus límites al Telescopio Espacial Hubble para encontrar lo que creen es el objeto más distante jamás visto en el universo. Su luz viajó 13.2 mil millones de años para alcanzar al Hubble. El objeto es una tenue galaxia compacta de estrellas azules que existían 480 millones de años después del Big Bang, sólo un cuatro por ciento de la edad actual del universo. Esto es bastante poco. Los astrónomos se sorprendieron al descubrir que estas observaciones ofrecen evidencia de que la tasa a la cual el universo estaba formando estrellas creció vertiginosamente en un lapso de 200 millones de años. Este gran cambio en la tasa de nacimiento de estrellas significa que si los astrónomos pudieran sondear un poco más atrás en el tiempo, podrían ver cambios aún más dramáticos. Para ello será necesario el poder del Telescopio Espacial James Webb, el sucesor previsto para el Hubble, que será lanzado a finales de esta década.
Fuente: NASA