Un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Manchester, en Reino Unido, confirma en una investigación publicada en 'Plos One', que la existencia de ADN en fósiles de ámbar es muy poco probable. Así, es casi imposible hablar de insectos fósiles en ámbar como los que permiten clonar dinosaurios en la película 'Jurassic Park'.
La idea de los dinosaurios recreados mediante la extracción de ADN de insectos en ámbar ha mantenido la fascinación del público durante dos décadas, desde la emisión de la película en 1993. Las afirmaciones de extracción exitosa de ADN de ámbar de hasta 130 millones de años de edad por varios científicos en la década de 1990 fueron seriamente cuestionadas cuando un estudio realizado en el Museo de Historia Natural de Londres no pudo repetir el proceso.
El equipo de esta nueva invesgigación, dirigido por el experto en ámbar David Penney y coordinado por el espacialista en ADN antiguo Terry Brown utilizó técnicas de nueva generación de secuenciación de alta sensibilidad, el tipo más avanzado de secuenciació de ADN, en insectos en copal, la resina sufosilizada precursora del ámbar.
Según el profesor Brown, en la década de 1990, los estudios de amplificación de ADN original se lograron mediante un proceso llamado reacción en cadena de la polimerasa (PCR, en sus siglas en inglés), que consiste preferentemente en amplificar las moléculas de ADN modernas en buen estado, que contaminan un extracto de las antiguas parcialmente degradadas para dar resultados positivos falsos que podrían ser confundidos con ADN antiguo genuino.
Un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Manchester, en Reino Unido, confirma en una investigación publicada en 'Plos One', que la existencia de ADN en fósiles de ámbar es muy poco probable. Así, es casi imposible hablar de insectos fósiles en ámbar como los que permiten clonar dinosaurios en la película 'Jurassic Park'.
La idea de los dinosaurios recreados mediante la extracción de ADN de insectos en ámbar ha mantenido la fascinación del público durante dos décadas, desde la emisión de la película en 1993. Las afirmaciones de extracción exitosa de ADN de ámbar de hasta 130 millones de años de edad por varios científicos en la década de 1990 fueron seriamente cuestionadas cuando un estudio realizado en el Museo de Historia Natural de Londres no pudo repetir el proceso.
El equipo de esta nueva invesgigación, dirigido por el experto en ámbar David Penney y coordinado por el espacialista en ADN antiguo Terry Brown utilizó técnicas de nueva generación de secuenciación de alta sensibilidad, el tipo más avanzado de secuenciació de ADN, en insectos en copal, la resina sufosilizada precursora del ámbar.
Según el profesor Brown, en la década de 1990, los estudios de amplificación de ADN original se lograron mediante un proceso llamado reacción en cadena de la polimerasa (PCR, en sus siglas en inglés), que consiste preferentemente en amplificar las moléculas de ADN modernas en buen estado, que contaminan un extracto de las antiguas parcialmente degradadas para dar resultados positivos falsos que podrían ser confundidos con ADN antiguo genuino.
"Nuestro enfoque, utilizando métodos de secuenciación de nueva generación es ideal para el ADN antiguo, ya que proporciona las secuencias de todas las moléculas de ADN en un extracto, independientemente de su longitud, y es menos probable que se dé preferencia a moléculas contaminantes modernas", explica.
El equipo llegó a la conclusión de que su incapacidad para detectar ADN antiguo en insectos relativamente jóvenes (de enter 60 a 10.600 años) en subfósiles de copal, a pesar de utilizar métodos sensibles de última generación, sugiere que las posibilidades de supervivencia del ADN en las inclusiones de resina no es mejor, si no tal vez peor, que la de los insectos de museo secadas al aire.
Según los autores de este trabajo, esto plantea serias dudas acerca de las reivindicaciones de extracción de ADN de fósiles de insectos en ámbar, muchos millones de años más antiguo que el copal. "Intuitivamente, se podría pensar que la inmersión completa y rápida en resina podría promover la preservación de ADN de insectos sepultados en resina, pero no parece ser así. Así que, por desgracia, el escenario de Parque Jurásico debe permanecer en el terreno de la ficción", concluyó Penney.
Fuente: Europa Press