Investigadores han realizado un análisis exhaustivo del objeto caído en Egipto, cuya composición jamás había sido observada en otra roca.
En el año 2013, una extraña piedra fue encontrada en el suroeste de Egipto. Bautizada como Hipatia, en honor de la matemática egipcia del siglo III, su origen extraterrestre quedó claro desde el principio, pero su extraordinaria composición, jamás observada en ningún otro meteorito en la Tierra, dejó con la boca abierta a los científicos desde el primer momento. ¿Cómo se formó? ¿De dónde vino? ¿Hay más como ella?
Ahora, y con la esperanza de resolver el enigma, un equipo internacional de investigadores, liderado por los geólogos Georgy Belyanin y Jan D. Kramers, de la universidad surafricana de Johanesburgo, ha llevado a cabo un análisis exhaustivo de la roca y su composición. Todos sus esfuerzos, sin embargo, no han hecho más que ahondar el misterio. Sus conclusiones acaban de publicarse en la revista «Geochimica et Cosmochimica Acta».
Ya en 2015, otro grupo de investigadores anunció que Hipatia nunca había formado parte de un asteroide o cometa, a diferencia de la inmensa mayoría de los meteoritos conocidos, que suelen ser fragmentos desprendidos de rocas mayores. A partir de ese momento, comprender su origen y procedencia se convirtió en toda una obsesión.
Para llevar a cabo su análisis, Kramers y su equipo separaron primero los componentes intrínsecos de la piedra de las impurezas y residuos de materiales de la Tierra que se habían adherido y acumulado alrededor de ella. De esta forma, confirmaron que su composición no tenía absolutamente nada que ver con la de ningún meteorito que, como las rocas terrestres, suelen contener una pequeña cantidad de carbono y una gran cantidad de silicio.
Hipatia, sin embargo, según explica el propio Kramer, «tiene una enorme cantidad de carbono y una cantidad inusualmente pequeña de silicio». Sorprendente, pero no lo más raro que hallaron los investigadores. «Aún más extraño -prosigue Kramer- es el hecho de que la matriz contenga una gran cantidad de compuestos de carbono muy específicos, los llamados hidrocarburos poliaromáticos (HAP), un componente esencial del polvo interestelar, que existía incluso antes de que se formara nuestro Sistema Solar».
Nació antes que el Sol
Lo cual sugiere que la piedra es inmensamente antigua. Su edad concreta está aún por determinar, pero podría ser superior a los 5.000 millones de años. La mayor parte de los HAP, además, se han transformado en pequeños diamantes, un proceso que tuvo lugar debido a la fuerza del impacto contra la Tierra. Hipatia sería solo un fragmento superviviente de una roca mayor, que se hizo pedazos al chocar contra nuestro planeta.
Además de los microdiamantes, Hipatia esconde en su interior otros elementos únicos, como diminutos granos, o pepitas, de aluminio puro, algo jamás visto en ninguna roca terrestre o procedente del espacio. Según explica Georgy Belyanin, coautor de la investigación, «también encontramos fosfato de yodo de plata y granos de carburo de silicio. Algo, de nuevo, inesperado. Es la primera vez que se encuentran esos granos in situ, sin necesidad de disolver primero la roca circundante con ácido. También hay gránulos de un compuesto formado principalmente por níquel y fósforo, con muy poco hierro, una composición mineral jamás antes observada ni en la Tierra ni en meteoritos».
Con estos datos en la mano, los investigadores sugieren que Hipatia nació hace una cantidad de tiempo enorme, mucho antes de que el Sol o los planetas de nuestro sistema comenzaran siquiera a formarse. A partir de ahora, se llevarán a cabo nuevos estudios para tratar de averiguar con la mayor exactitud posible la edad de este meteorito, el más extraño y misterioso del mundo.
Fuente: ABC