Los datos del satélite europeo Gaia confirman una antigua colisión de nuestra galaxia con otra vecina.
El mapa muestra el movimiento de las estrellas en la Vía Láctea en los próximos 1,6 millones de años – ESA/Gaia/DPAC; CC BY-SA 3.0 IGO. Acknowledgement: A. Brown, S. Jordan, T. Roegiers, X. Luri, E. Masana, T. Prusti and A. Moitinho
Un equipo internacional de astrónomos acaba de hacer público el mapa más detallado de la Vía Láctea. Se trata de un impresionante catálogo de más de 1.800 millones de estrellas de nuestra galaxia elaborado con los últimos datos de Gaia, satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA). El atlas, el tercero del observatorio espacial, indica las posiciones, distancias y movimientos de los astros. Viene acompañado de varios estudios de verificación. Uno ha medido la aceleración del sistema solar y otro, con participacion de la Universidad de Barcelona, ha comprobado lo que parecen ser los efectos del choque de una galaxia vecina con la nuestra en el pasado.
Lanzado en 2013, Gaia opera en una órbita alrededor del llamado punto Lagrange 2 (L2), ubicado a 1,5 millones de kilómetros detrás de la Tierra en la dirección opuesta al Sol. Allí, la nave espacial permanece en una posición estable, lo que le permite tener unas vistas del cielo prácticamente sin obstáculos.
El satélite escanea continuamente el cielo, midiendo el cambio aparente en las posiciones de las estrellas a lo largo del tiempo, resultante del movimiento de la Tierra alrededor del Sol. Esto permite calcular las distancias estelares sin las perturbaciones que puede provocar la atmósfera terrestre.
Si el primer mapa de Gaia, lanzado en julio de 2015, incluía las posiciones de 1.000 millones de estrellas y el segundo, publicado en abril de 2018, subía a 1.700 millones, el nuevo (EDR3), disponible ya para cualquier persona que quiera consultarlo, se completa con cien millones más. No solo hay más fuentes, también ha mejorado la precisión general y la de las mediciones. «Los nuevos datos de Gaia prometen ser un verdadero tesoro para los astrónomos», afirma Jos de Bruijne, científico adjunto del proyecto en la ESA.
Junto al nuevo mapa se han dado a conocer cuatro «artículos de verificación», concebidos para destacar las mejoras y la calidad de los datos recién publicados. Uno de ellos ha confirmado una suave aceleración de la velocidad del sistema solar en su órbita (0,23 nm/s cada segundo), lo que desvía su trayectoria cada segundo el diámetro de un átomo. En un año, equivaldría a unos 115 km. La aceleración medida por Gaia concuerda con las expectativas teóricas y ofrece la primera medida de la curvatura de la órbita del sistema solar alrededor de la galaxia en la historia de la astronomía óptica.
Anticentro galáctico
En un segundo estudio, los astrónomos han recreado un capítulo de la historia de nuestra galaxia, al medir las velocidades de unos 4 millones de estrellas en lo que se conoce como el anticentro galáctico, la dirección en el espacio directamente opuesta al centro galáctico, visto desde la Tierra. «En las regiones exteriores del disco hay estrellas por encima del plano de nuestra galaxia que descienden hacia el plano, así como estrellas por debajo del plano que ascienden y que además rotan más rápido alrededor del centro de la galaxia que las primeras», describe Teresa Antoja, de la Universidad de Barcelona y coautora del informe. Este extraño patrón «trenzado» no se había anticipado hasta ahora y podría ser el resultado de un encuentro entre la Vía Láctea y la galaxia enana Sagitario hace entre 300 y 900 millones de años.
Sagitario no dio de lleno a nuestra galaxia, pero eso habría bastado para que su gravedad perturbara a algunas de nuestras estrellas, como cuando cae una piedra en el agua. «Esas estrellas están cerca del límite del disco, que incluso podría extenderse más de lo que creíamos», dice Antoja.
Nuevo censo estelar
Gaia también ha permitido obtener un nuevo censo de estrellas de nuestro vecindario solar. El Catálogo de Estrellas Cercanas contiene 331.312 objetos, que se estima que constituyen el 92 % de las estrellas en un radio de 100 parsecs (326 años luz) del Sol. Los investigadores utilizan estos datos para predecir cómo cambiará el fondo de las estrellas en los próximos 1,6 millones de años.
Además, el satélite se ha fijado en las dos galaxias compañeras más grandes de la Vía Láctea, la Gran Nube de Magallanes y la Pequeña Nube de Magallanes, lo que permitirá a los investigadores ver sus diferentes poblaciones estelares.
«Gaia está midiendo las distancias de cientos de millones de objetos que están a muchos miles de años luz de distancia, con una precisión equivalente a medir el grosor del cabello a una distancia de más de 2.000 kilómetros», asegura Floor van Leeuwen, del Instituto de Astronomía de la Universidad de Cambridge y el Consorcio para el Procesamiento y Análisis de Datos (DPAC) del Reino Unido. «Estos datos son uno de los pilares de la astrofísica, lo que nos permite analizar nuestro vecindario estelar y abordar cuestiones cruciales sobre el origen y el futuro de nuestra galaxia», explica.
Gaia continuará recopilando datos hasta al menos 2022, con una posible extensión de la misión hasta 2025. Se espera que las publicaciones finales de datos arrojen posiciones estelares 1,9 veces más precisas que las publicadas hasta ahora, y movimientos más de 7 veces más precisos, en un catálogo de más de 2.000 millones de objetos. Como reconoce Timo Prusti, científico de la ESA, «esto no ha hecho más que empezar, nos esperan muchos más datos a medida que Gaia siga realizando mediciones en órbita».
Fuente: ABC