Entre los múltiples estallidos detectados, uno de ellos repite un patrón de emisión durante 4 días seguidos para después estar en silencio otros 12. Después, vuelta a empezar.
Fue en 2007 cuando el astrónomo Duncan Lorimer y su estudiante David Narkevic detectaron unas rápidas y extrañas señales de radio mientras estudiaban distintos estallidos de energía transitoria en el espacio, como los púlsares o rayos gamma. Intentaron encontrar registros anteriores, pero no los hallaron. A partir de aquí, la ciencia estuvo muy atenta y ya se han localizado unas cien señales FRB (siglas de su nombre en ingles cuya traducción es ráfagas rápidas de radio), si bien solo una decena de ellas se han vuelto a repetir más de una vez y sin un claro patrón. Sin embargo, un equipo de investidores que trabajan en el experimento de mapeo de intensidad de hidrógeno (CHIME) en Canadá ha encontrado por primera vez una señal de este tipo que sigue un ciclo de 16 días.
En concreto, la señal, llamada FRB 180916.J0158 + 65, se repite cada 16,35 días de la siguiente forma: durante cuatro días llegan a la Tierra una o dos ráfagas rápidas de radio cada hora. Después, durante doce días, el silencio. Tras este periodo, el ciclo se vuelve a repetir. Los astrónomos observaron este fenómeno durante un total de 409 días. Aún no saben qué signfica y el estudio está disponible en el sitio de preimpresión arXiv antes de ser revisado por pares.
Una campaña de rastreo exitosa
Los FRB son destellos de radiación enormemente enérgicos en el espectro de radio que duran solo unos pocos milisegundos. En ese período pueden descargar tanta energía como cientos de millones de soles. La mayoría de ellos solo se han rastreado una vez, lo que hace muy difícil llegar a su origen. CHIME ha tenido suerte y ya el año pasado anunció que había descubierto ocho señales que se repetían (hasta ese momento solo se habían hallado dos) y FRB 180916.J0158 + 65 estaba entre ellas. Observar un patrón ha sido una grata sorpresa para el equipo de investigadores.
«El descubrimiento de una periodicidad de 16,35 días en una fuente de FRB repetida es una pista importante de la naturaleza de este objeto», escriben en el estudio. El hecho de que la emisión se dé una y otra vez ha permitido averiguar desde dónde llega dicha señal: se emite desde las afueras de una galaxia en espiral situada a 500 millones de años luz de nosotros. Esto indica que es poco probable que proceda de un agujero negro supermasivo, si bien podría ser un agujero negro de masa estelar. Los investigadores apuntan a que esta repetición sería la órbita de un cuerpo.
Algunas posibilidades
El patrón repetitivo sugiere que la fuente podría ser un cuerpo de algún tipo que orbita alrededor de una estrella u otro cuerpo. En tal escenario, las señales cesarían cuando son obstruidas por el otro cuerpo. Pero eso todavía no explica cómo podría enviar tales señales de manera regular. Otra posibilidad es que los vientos estelares estén aumentado o bloqueando alternativamente las señales de un cuerpo detrás de ellos. O podría ser que la fuente es un cuerpo que está girando.
Sin embargo, tampoco se puede descartar que lo que origina el FRB sea un objeto único, como un magnetar o un pulsar de rayos X, aunque los investigadores señalan que la explicación del cuerpo solitario es un poco más difícil de conciliar con los datos. Esto se debe a que esos objetos tienen una rotación oscilante que produce periodicidad, y no se sabe que ninguno se tambalee lentamente. Además, los púlsares con señales intermitentes son más débiles que los FRB.
Otra posibilidad a la que apuntan los investigadores es que este FRB se esté repitiendo más veces, pero que la señal sea tan débil que los equipos terrestres no hayan podido detectarla (situación que se ha dado con otros FRB en el pasado: al principio se pensó que no se había dado más veces, pero al mejorar la tecnología se hallaron nuevas señales del mismo tipo). Esta teoría daría lugar a una nueva: en realidad, muchos más FRB se podrían estar sucediendo continuamente. Es por ello que los responsable del estudio «recomiendan encarecidamente» estudiar más este tipo de fenómenos «para ver si son genéricos». De momento, siguen siendo una incógnita.
Fuente: ABC