Por Mariano Andrés Peter
Los cometas han sido admirados desde los albores de la historia
Desde tiempos remotos los cometas han sido admirados y estudiados con la misma fascinación que por ellos sentimos hoy en día.
En las últimas décadas se ha avanzado mucho en el conocimiento de estos cuerpos helados, reliquias de la formación del sistema solar. No obstante los cometas no dejan de asombrar a los científicos que intentan develar todos sus secretos.
Siempre se pensó que estas sucias bolas de nieve se habían formado en los oscuros y fríos confines del sistema solar, sin embargo las nuevas evidencias sugieren que eso no es verdad.
Por Mariano Andrés Peter
Los cometas han sido admirados desde los albores de la historia
Desde tiempos remotos los cometas han sido admirados y estudiados con la misma fascinación que por ellos sentimos hoy en día.
En las últimas décadas se ha avanzado mucho en el conocimiento de estos cuerpos helados, reliquias de la formación del sistema solar. No obstante los cometas no dejan de asombrar a los científicos que intentan develar todos sus secretos.
Siempre se pensó que estas sucias bolas de nieve se habían formado en los oscuros y fríos confines del sistema solar, sin embargo las nuevas evidencias sugieren que eso no es verdad.
La sonda Stardust recogiendo partículas del cometa Wild 2
Fuego y Hielo
En 2005 la sonda Stardust de la NASA recogió en un aerogel partículas desprendidas de la cauda de cometa Wild 2 que posteriormente fueron enviadas a la Tierra en una pequeña cápsula sellada que aterrizó en el desierto de Utah a principios de 2006.
Entre las partículas halladas en el aerogel se encontraba un mineral llamado olivina, compuesto de hierro y magnesio que se forma a temperaturas extremadamente elevadas. Además de la olivina también se detecto en el aerogel la presencia de otros dos minerales, anortita y piroxeno (este último es muy común en los meteoritos que se formaron en zonas con temperaturas de 1.100º C).
Ahora bien, ¿como se explica que estos cuerpos helados contengan elementos forjados a temperaturas tan elevadas?
Tal vez los intensos chorros bipolares del recién nacido Sol depositaron material que se había formado en sus cercanía hacia las regiones más externas y frías del sistema solar. De esta manera los cometas no estarían constituidos solamente de elementos ligeros, por el contrario serían una amalgama de elementos pesados formados al calor del joven Sol y elementos volátiles creados a muy bajas temperaturas en regiones alejadas, frías y oscuras de nuestro sistema solar.
Los nuevos cometas del cinturón de asteroides
Los Nuevos Integrantes
Se pensaba que las únicas reservas cometarias eran el cinturón de Kuiper y la nube de Oort. De estas dos regiones del sistema solar provenían todos los cometas conocidos hasta el momento. Fue una gran sorpresa para los astrónomos descubrir que algunos de los asteroides Troyanos (grupo de asteroides que sigue a Júpiter en su órbita), como Patroclo, eran en realidad cometas que tal vez fueron capturados por la potente gravedad del gigante gaseoso.
Así mismo se ha descubierto que el cinturón principal de asteroides entre las órbitas de Marte y Júpiter es la tercera reserva cometaria del sistema solar.
Uno de los culpables de este hallazgo es el cometa 133P/Elst – Pizarro que fue descubierto en 1979 y catalogado como asteroide. Debido a observaciones realizadas en 1996 desde el Observatorio Austral Europeo se pudo detectar una cauda que es característica inconfundible de los cometas. Dicha cauda es el resultado de la sublimación del hielo y no del impacto con otro objeto.
Otros cometas detectados son el P/2005 U1 y 118401. Estos nuevos cometas se formaron en el cinturón principal de asteroides y no emigraron hasta allí desde otros lugares por lo tanto la composición química e isotópica del hielo debe ser diferente al resto de los cometas. Además es muy probable que estos cometas hayan tenido un rol importante en la formación de los océanos terrestres.
Aún se desconoce como estos nuevos integrantes de la familia cometaria han podido mantener sus cortezas de hielo durante tanto tiempo. Será tarea de futuras investigaciones averiguarlo.
Mariano Andrés Peter, coordinador del observatorio de Oro Verde – AEA