El Gobierno chino ha anunciado para finales de este año el lanzamiento de su primer satélite lunar recuperable, es decir, que regresará a la Tierra después de la misión.
En un comunicado hecho público por la Administración Estatal de Ciencia, Tecnología e Industria para la Defensa Nacional (SASTIND), se destaca el gran avance realizado para este aparato, que deberá soportar las altas temperaturas que se desarrollan cuando una sonda vuelve a entrar en la atmósfera del planeta.
China ve su programa espacial, en el que ha invertido miles de millones de dólares, como un marcador de su creciente estatura global, así como la evidencia del éxito del Partido Comunista gobernante.
Con este nuevo orbitador pondrá a prueba la tecnología china. Pero, además, el objetivo de esta misión es recoger muestras de la superficie de la Luna. Con esta nave, el país asiático continúa con su proyecto Chang’e, formado por diferentes misiones, todas relacionadas con el estudio del satélite. Ésta será la quinta operación realizada bajo este nombre.
Hasta ahora, la Chang’e-3 había sido la más mediática. Esta misión hizo llegar, por primera vez en la historia del grande asiático, un rover a la Luna. El Gobierno ha declarado «un éxito» su trabajo, pero en los últimos meses la nave ha sufrido varios varapalos tecnológicos. El funcionamiento del software y de los paneles solares del vehículo no han funcionado como estaba previsto.
La misión Chang’e-5 será más «sofisticado», según SASTIND y entre sus retos tecnológicos está el acoplamiento a la órbita lunar y el reingreso en la Tierra de alta velocidad.
Estos proyectos acercan a China en sus planes para crear una estación orbital permanente, que pretenden tener lista en 2020 y, finalmente, para enviar un ser humano al satélite, según ha informado la agencia Xinhua.
Fuente: Europa Press