ESO, 21 de Marzo, 2010

Por primera vez los astrónomos han realizado mediciones directas del tamaño y resplandor de zonas de nacimiento estelar en una galaxia muy distante, gracias a un descubrimiento fortuito con el telescopio APEX. La galaxia es tan lejana, y su luz ha tardado tanto en llegar a nosotros, que la vemos como era hace 10 mil millones de años atrás. Un "lente gravitatorio" cósmico aumenta el tamaño de la galaxia y nos da un primer plano que de otro modo sería imposible. Este golpe de suerte revela la agitada y vigorosa formación estelar presente en las galaxias del Universo primordial, con estrellas naciendo cien veces más rápido de lo que se observa en galaxias más recientes. La investigación será publicada en el sitio web de la revista Nature.
Los astrónomos estaban observando un masivo cúmulo de galaxias [1] con el telescopio APEX (Atacama Pathfinder Experiment) en longitudes de onda de luz submilimétricas, cuando más allá del cúmulo encontraron una nueva y asombrosamente luminosa galaxia muy lejana, la más brillante observada hasta ahora en ondas submilimétricas. Su luminosidad se debe a que los granos de polvo cósmico en la galaxia resplandecen después de ser calentados por la luz estelar. La nueva galaxia fue nombrada SMM J2135-0102.
"Quedamos asombrados al descubrir un objeto sorprendentemente brillante que no estaba en la posición esperada. Pronto nos dimos cuenta que era una galaxia anteriormente desconocida y más lejana que estaba siendo ampliada por el cúmulo de galaxias más cercano", dice Carlos De Breuck de ESO, miembro del equipo de investigadores. De Breuck estuvo haciendo las observaciones con el telescopio de APEX, en el llano de Chajnantor, a una altura de 5.000 metros en la Cordillera de Los Andes en Chile.



