Son extrañas bolas de luz que flotan en el aire durante las tormentas y que, ocasionalmente, rompen ventanas y entran en los domicilios ante la mirada atónita de sus propietarios.
Las aventuras de Tintín están plagadas de fenómenos atmosféricos, desde las inundaciones periódicas propias del sureste asiático hasta las tormentas de arena, pasando por lluvias, vendavales, nevadas o arcoíris.
De todos ellos, el más impresionante es, sin duda, el rayo globular –también llamado centella o rayo bola- y que aparece en la portada de «Las siete bolas de cristal».