
Miniagujero negro penetrando en una estrella
La materia oscura (el material invisible que, al parecer, corresponde a la mayor parte de la masa del universo) se percibe por su influencia gravitatoria, pero nunca se la ha podido detectar directamente. No interactúa con la radiación electromagnética. Al no emitirla ni reflejarla como sí lo hace la materia convencional, o atómica, la materia oscura no se puede observar de forma directa mediante las técnicas convencionales de la astronomía.
El efecto gravitatorio de la materia oscura hace que las galaxias giren más rápido de lo esperado. También, el campo gravitatorio de la materia oscura deforma la luz de los objetos que desde la perspectiva visual de la Tierra están ubicados detrás de ella, contribuyendo al llamado "efecto de lente gravitatoria". Midiendo esta clase de fenómenos, los físicos saben que el universo está lleno de este tipo enigmático de materia que no se puede ver.
Las limitaciones actuales deducidas para el abanico posible de propiedades de la materia oscura muestran que la esencia de la materia oscura no puede ser ninguna de las partículas conocidas. La identidad exacta de la materia oscura sigue pues siendo un misterio.
Se barajan varias naturalezas hipotéticas, y una de ellas, que plantea la existencia de diminutos agujeros negros primigenios creados por el Big Bang, podría ser verificable mediante una nueva técnica desarrollada por expertos de las universidades de Princeton y Nueva York, si es que realmente existen esos extraños agujeros negros, y si son lo bastante abundantes como para constituir toda la materia oscura o una parte importante de ella.


