El objeto descubierto, Swift J1822.3-1606, podría ser el segundo ejemplar de una nueva clase de objetos: los magnetares de bajo campo o baja intensidad.
¿Es un magnetar? ¿Es un púlsar? ¿O es un objeto completamente nuevo? Las observaciones de una auténtica armada de telescopios espaciales y algunos terrestres, entre los que figura el Gran Telescopio CANARIAS (GTC), han servido para identificar el segundo ejemplar de una rara especie de estrellas muertas que, sin embargo, giran constantemente sobre sí mismas a gran velocidad. El objeto descubierto, Swift J1822.3-1606, se halla a unos 16.300 años-luz de la Tierra, en la constelación de Sagitario, y cuenta con más de medio millón de años de antigüedad. Los detalles del curioso comportamiento del objeto aparecen publicados en el último número de la revista Astrophysical Journal.
Los magnetares son núcleos muertos de estrellas masivas que han colapsado sobre sí mismas dando lugar a lo que se conoce como estrellas de neutrones. Surgen después de que la estrella haya consumido todo su ‘combustible’ y estallado en forma de supernova. Una de sus principales características es la intensidad de su campo magnético. De hecho, es el más intenso que se conoce en todo el Universo, unas 1.000 veces superior al de un púlsar normal. Por eso, cuando se observa su emisión de rayos X, se aprecia una luz brillante y persistente.
Los púlsares son, por su parte, estrellas de neutrones. No tienen campos magnéticos tan intensos como los magnetares pero sí la capacidad de rotar sobre sí mismos varios cientos de veces cada segundo emitiendo un haz de radiación electromagnética. Este fenómeno provoca que la luz que nos llega de ellos sea en forma de pulsos, semejante a la de un faro en medio de la noche.