
A principios de 2004, una protoestrella, V1647 Orionis, iluminó la nebulosa de McNeil, situada 1.300 años-luz de distancia en una región de activa formación estelar dentro de la constelación de Orión. Ese resplandor se mantuvo hasta que cesó a principios de 2006. En 2008, V1647 Orionis resplandeció de nuevo y desde entonces ha seguido brillando.
Sin embargo, ese brillo no procede todavía de su funcionamiento como estrella. V1647 Orionis actualmente se alimenta del gas canalizado desde el disco que la rodea, y probablemente continuará haciéndolo, aunque no tan rápidamente, durante millones de años. Al final será capaz de generar su propia energía mediante la fusión del hidrógeno en helio en su núcleo, como el Sol y otras estrellas.
La protoestrella no tiene más de un millón de años y probablemente sea mucho más joven.
Valiéndose de las observaciones de V1647 Orionis hechas por el Observatorio Chandra de rayos X de la NASA, el satélite Suzaku, mayormente japonés, y el telescopio espacial XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea, el equipo de Kenji Hamaguchi de la NASA ha determinado que la protoestrella gira a una velocidad muy rápida: Completa una vuelta sobre sí misma en un solo día, a diferencia del Sol que tarda unos 27 días.