Cuatro nuevos candidatos planetas extrasolares en ‘zona habitable’

La misión Kepler de la NASA ha anunciado el descubrimiento de 461 candidatos a planetas nuevos, cuatro de los cuales serían inferiores al doble del tamaño de la Tierra y podrían orbitar a su estrella en la "zona habitable" de su sistema, aquella donde el agua líquida podría existir en la superficie de un planeta.

   Según ha informado la agencia espacial estadounidense, estos datos se han obtenido basándose en las observaciones realizadas desde mayo de 2009 hasta marzo de 2011. Los expertos han indicado que los resultados muestran un aumento constante en el número de candidatos a planetas de menor tamaño, "debido a la mejora de la tecnología", y en el número de estrellas con más de un planeta orbitando a su alrededor.

   En este sentido, el director de la misión Kepler, Christopher Burke, ha señalado que el telescopio de la NASA ha incrementado en un 20 por ciento sus hallazgos, sumando un total de 2.740 planetas potenciales y 2.036 estrellas, desde que se iniciara la misión.

La misión Kepler de la NASA ha anunciado el descubrimiento de 461 candidatos a planetas nuevos, cuatro de los cuales serían inferiores al doble del tamaño de la Tierra y podrían orbitar a su estrella en la "zona habitable" de su sistema, aquella donde el agua líquida podría existir en la superficie de un planeta.

   Según ha informado la agencia espacial estadounidense, estos datos se han obtenido basándose en las observaciones realizadas desde mayo de 2009 hasta marzo de 2011. Los expertos han indicado que los resultados muestran un aumento constante en el número de candidatos a planetas de menor tamaño, "debido a la mejora de la tecnología", y en el número de estrellas con más de un planeta orbitando a su alrededor.

   En este sentido, el director de la misión Kepler, Christopher Burke, ha señalado que el telescopio de la NASA ha incrementado en un 20 por ciento sus hallazgos, sumando un total de 2.740 planetas potenciales y 2.036 estrellas, desde que se iniciara la misión.

Burke ha apuntado que los incrementos más llamativos se observan en el número de cuerpos hallados con el mismo tamaño de la Tierra, así como de Super-Tierras (más del doble de su tamaño) que crecieron en un 43 y 21 por ciento respectivamente. Del mismo modo, se ha observado que el 43 por ciento de los candidatos a planetas de Kepler tienen "vecinos".

   El telescopio espacial Kepler identifica planetas candidatos midiendo el cambio en el brillo de más de 150.000 estrellas cuando los supuestos planetas que pasar por delante. Se conoce como la técnica del "tránsito". Para determinar que existe un planeta orbitando la estrella se necesita, por lo menos, tres tránsitos verificados.

   Si se quiere consultar la lista de planetas hallados hasta ahora, se puede consultar en los archivos de la NASA: http://exoplanetarchive.ipac.caltech.edu/index.html

Fuente: Europa Press

Un asteroide pasará muy cerca de la Tierra en Febrero

Un asteroide pasará 'rozando' la tierra en febrero. Con un diámetro de 50 metros, se acercará a unos 27.000 kilómetros y podría ser una amanaza para la seguridad de los satélites geoestacionarios

Un asteroide de 50 metros de diámetro que sigue la orbita de la Tierra, llamado 2012 DA14, pasará 'rozando' la Tierra el próximo mes de febrero. Los expertos han indicado que no hay peligro de colisión con el planeta, pero podría peligrar la seguridad de algunos satélites artificiales, ya que pasará a una distancia similar a la que se suelen colocar estos aparatos en órbita.

Concretamente, la roca espacial, descubierta en febrero de 2012 por el Observatorio Astronómico de La Sagra (Sevilla), se acercará a solo unos 27.000 kilómetros de la Tierra, una distancia menor a la de algunos de los satélites geoestacionarios.

Un asteroide pasará 'rozando' la tierra en febrero. Con un diámetro de 50 metros, se acercará a unos 27.000 kilómetros y podría ser una amanaza para la seguridad de los satélites geoestacionarios

Un asteroide de 50 metros de diámetro que sigue la orbita de la Tierra, llamado 2012 DA14, pasará 'rozando' la Tierra el próximo mes de febrero. Los expertos han indicado que no hay peligro de colisión con el planeta, pero podría peligrar la seguridad de algunos satélites artificiales, ya que pasará a una distancia similar a la que se suelen colocar estos aparatos en órbita.

Concretamente, la roca espacial, descubierta en febrero de 2012 por el Observatorio Astronómico de La Sagra (Sevilla), se acercará a solo unos 27.000 kilómetros de la Tierra, una distancia menor a la de algunos de los satélites geoestacionarios.

El astrónomo Phil Plait, creador del blog 'Bad Astronomy', ha señalado que las probabilidades de un impacto con la Tierra "son tan bajas que son esencialmente cero". "Esto no descarta un impacto en una fecha futura, pero por ahora estamos a salvo", ha apuntado en su web.

Del mismo modo, ha señalado que su paso cercano a los satélites "no debe ser objeto de preocupación", aunque en este caso no desmiente que existe algún tipo de peligro.

Plait ha destacado que se trata "del paso más cercano de un asteroide de tamaño reseñable nunca antes registrado". Después de este paso en el mes de febrero, se espera que 2012 DA14 se acerque aún más en 2020. "Aún así las probabilidades de un impacto serán menores que la probabilidad de que una persona sea alcanzada por un rayo en toda su vida: de 1 por 100.000", ha concluido el experto.

Fuente: Europa Press

El asteroide Apophis está pasando cerca de la Tierra

Llamado Apophis, nombre del demonio egipcio de la destrucción, está a 14, 5 millones de kilómetros

El observatorio espacial Herschel, de la Agencia Espacial Europea (ESA, según sus siglas en inglés), hizo nuevas observaciones del asteroide Apophis, nombre del demonio egipcio de la destrucción y la oscuridad, a medida que se acercaba a la Tierra el último fin de semana. Los datos indican que es más grande de lo que se había estimado.

Apophis fue apodado "el asteroide del día del juicio final" después de que las observaciones iniciales, realizadas en 2004, le asignaran una chance del 2,7% de chocar contra la Tierra en abril de 2029. Datos adicionales, sin embargo, descartaron esa posibilidad, aunque se estima que pasará a 36.000 km de la superficie del planeta; más cerca, incluso, que los satélites geoestacionarios.

Llamado Apophis, nombre del demonio egipcio de la destrucción, está a 14, 5 millones de kilómetros

El observatorio espacial Herschel, de la Agencia Espacial Europea (ESA, según sus siglas en inglés), hizo nuevas observaciones del asteroide Apophis, nombre del demonio egipcio de la destrucción y la oscuridad, a medida que se acercaba a la Tierra el último fin de semana. Los datos indican que es más grande de lo que se había estimado.

Apophis fue apodado "el asteroide del día del juicio final" después de que las observaciones iniciales, realizadas en 2004, le asignaran una chance del 2,7% de chocar contra la Tierra en abril de 2029. Datos adicionales, sin embargo, descartaron esa posibilidad, aunque se estima que pasará a 36.000 km de la superficie del planeta; más cerca, incluso, que los satélites geoestacionarios.

La orbita de Apophis entre los planetas del sistema solar interior 

El asteroide retornará a regiones vecinas a nuestro planeta en 2036, pero no se sabe con certeza cuánto se aproximará. La nave Herschel observó el asteroide durante dos horas antes del encuentro cercano de ayer a un poco menos de un décimo de la distancia entre la Tierra y el Sol: alrededor de 14,5 millones de kilómetros.

2,7%
posibilidad de colisión
Fueron las estimaciones realizadas en 2004 y luego descartadas

36.000
kilómetros
Es la distancia a la que se espera que se acercará a la Tierra en 2029

Fuente: La Nación

El extraño caso del agujero negro de Andrómeda

Uno de los numerosos agujeros negros presentes en la vecina galaxia de Andrómeda, ha puesto patas arriba los modelos de emisión de rayos X al descubrirse que la luminosidad que emite puede llegar a superar aquella que le correspondería en función de su masa.

Una investigación, en la que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en España, ha establecido la masa de este objeto en unas diez veces la del Sol.

No obstante, algunos de sus registros de luminosidad exceden los límites establecidos por la física. El hallazgo ha sido publicado en la revista Nature.

Una serie de fórmulas matemáticas establece cuál debe ser la luminosidad máxima de un objeto cósmico en función de su masa –conocida como la luminosidad de Eddington–.

Por encima de este límite, por ejemplo, una estrella normal se descompondría. Para un agujero negro de masa una decena de veces superior a la del Sol, esta cifra es de 1×1032 vatios, un millón de veces mayor que la luminosidad del Sol.

Algunas fuentes cósmicas de rayos X alejadas de los centros de las galaxias brillan con luminosidades que superan esta cifra, y por ello se denominan fuentes de rayos X ultraluminosas –ULX por sus siglas en inglés–.

Tienen masas mayores que las de los agujeros negros normales pero menores que las de los agujeros negros supermasivos localizados en los centros de las galaxias.

Uno de los numerosos agujeros negros presentes en la vecina galaxia de Andrómeda, ha puesto patas arriba los modelos de emisión de rayos X al descubrirse que la luminosidad que emite puede llegar a superar aquella que le correspondería en función de su masa.

Una investigación, en la que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en España, ha establecido la masa de este objeto en unas diez veces la del Sol.

No obstante, algunos de sus registros de luminosidad exceden los límites establecidos por la física. El hallazgo ha sido publicado en la revista Nature.

Una serie de fórmulas matemáticas establece cuál debe ser la luminosidad máxima de un objeto cósmico en función de su masa –conocida como la luminosidad de Eddington–.

Por encima de este límite, por ejemplo, una estrella normal se descompondría. Para un agujero negro de masa una decena de veces superior a la del Sol, esta cifra es de 1×1032 vatios, un millón de veces mayor que la luminosidad del Sol.

Algunas fuentes cósmicas de rayos X alejadas de los centros de las galaxias brillan con luminosidades que superan esta cifra, y por ello se denominan fuentes de rayos X ultraluminosas –ULX por sus siglas en inglés–.

Tienen masas mayores que las de los agujeros negros normales pero menores que las de los agujeros negros supermasivos localizados en los centros de las galaxias.

La experta del Instituto de Ciencias del Espacio –centro del CSIC asociado al Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña– Margarita Hernanz, que ha colaborado en la investigación, explica: “Dentro de las ULX, el nivel de luminosidad de este agujero negro es de los menos intensos, de hecho, sólo supera el límite de 1×1032 vatios en algunas ocasiones”.

Este fenómeno se debe a la propia configuración del agujero negro, que pertenece a un sistema binario en el que él y su estrella acompañante orbitan mutuamente entre sí a gran velocidad. Durante este baile cósmico, parte de la materia de la estrella es atraída y absorbida por el agujero. Antes de ser engullida, esta materia crea un disco de acrecimiento alrededor del agujero negro y emite intensamente en rayos X.

Es en este momento cuando puede medirse la luminosidad del objeto y su masa, ya que, como comenta la investigadora del CSIC, “un agujero negro que no interactúa con ningún otro objeto no puede ser observado porque no emite luz”.

La luminosidad de este fenómeno depende de la masa del agujero negro, ya que cuanto más masivo sea, más potente será su campo gravitatorio y más materia será capaz de absorber, lo que le conferirá una mayor luminosidad.

No obstante, resulta lógico pensar que estos parámetros no son estables, sino que varían con el tiempo y, a menor escala del agujero más rápida será la variación de los parámetros. Según Hernanz, “el objeto que comenzó siendo un ULX ha demostrado ser un microcuásar, un sistema binario que alberga un agujero negro de masa pequeña. Las observaciones en radio de los chorros relativistas de materia expulsada por los polos del agujero negro en rotación han ayudado a determinar su masa”.

Los resultados obtenidos por esta investigación abren una nueva ventana de comprensión de los agujeros negros y su evolución en el Universo. Para la investigadora, “comprender el comportamiento de los agujeros negros supone un gran reto, no obstante, las microescalas en las que se presentan los microcuásares hacen que su evolución sea mucho más rápida y les convierten en escenarios perfectos para entender la evolución de los cuásares –los mega agujeros negros ubicados en el centro de las galaxias– para comprender cómo se ha distribuido la masa y la energía en el Universo primitivo y cómo se han formado las galaxias que vemos hoy en día”.

Fuente original: CSIC
Fuente de este artículo: NCYT

El Universo podría resurgir de las cenizas tras el desgarramiento cósmico (2º Parte)

Wei y sus colegas se preguntaron si todos los desgarramientos eran desesperanzadores, o si había otra forma en que la energía oscura pudiese evolucionar que le permitiese a la materia resurgir de las ruinas. “El destino de nuestro universo es un tema recurrente de la filosofía y la religión”, dice Wei. “Así que, como cosmólogo, considerar este tema es muy natural”.

Todos los escenarios de desgarramientos mencionados en el artículo anterior suponen que la densidad de la energía oscura sólo puede aumentar. Pero el hecho de que parece estar aumentando justo cuando los humanos la comienzan a observar hace sospechar a los científicos. Si la densidad cambió una vez, ¿por qué no podría cambiar nuevamente? Tomando esto en cuenta, Wei y sus colegas consideraron un caso donde la densidad aumentaba durante un tiempo, y luego volvía a disminuir.

La primera etapa de este escenario más bien se parece a los otros desgarramientos, con la mayoría de las estructuras cohesionadas, desde galaxias a átomos, finalmente separándose. Sin embargo, antes que se desgarre el espacio-tiempo, la densidad de la energía oscura comienza a disminuir.

Eso haría que la expansión del Universo se acelere en una medida cada vez menor, por lo tanto, el cosmos debería alcanzar un punto donde los fragmentos residuales de materia se encuentran entre ellos y se agrupan de nuevo debido a la gravedad. Cuanto más grandes estos grupos de materia, más fuerte es la gravedad y es más probable que se adhiera más materia. A diferencia de todos los otros modelos de desgarramiento, los átomos y eventualmente las galaxias tienen la posibilidad de volver a formarse. “La fuerza de gravedad ‘pega’ las cenizas en nuevas estructuras, y el Universo puede ser reconstruido”, dice Wei.

Caldwell duda que esto ocurra. “Te encuentras en un universo frío y desolado. Habría mucha energía oscura alrededor, pero el átomo más cercano estaría muy lejos. Pasaría un tiempo extremadamente largo para que las partículas se encuentren unas con otras”.

Wei y sus colegas se preguntaron si todos los desgarramientos eran desesperanzadores, o si había otra forma en que la energía oscura pudiese evolucionar que le permitiese a la materia resurgir de las ruinas. “El destino de nuestro universo es un tema recurrente de la filosofía y la religión”, dice Wei. “Así que, como cosmólogo, considerar este tema es muy natural”.

Todos los escenarios de desgarramientos mencionados en el artículo anterior suponen que la densidad de la energía oscura sólo puede aumentar. Pero el hecho de que parece estar aumentando justo cuando los humanos la comienzan a observar hace sospechar a los científicos. Si la densidad cambió una vez, ¿por qué no podría cambiar nuevamente? Tomando esto en cuenta, Wei y sus colegas consideraron un caso donde la densidad aumentaba durante un tiempo, y luego volvía a disminuir.

La primera etapa de este escenario más bien se parece a los otros desgarramientos, con la mayoría de las estructuras cohesionadas, desde galaxias a átomos, finalmente separándose. Sin embargo, antes que se desgarre el espacio-tiempo, la densidad de la energía oscura comienza a disminuir.

Eso haría que la expansión del Universo se acelere en una medida cada vez menor, por lo tanto, el cosmos debería alcanzar un punto donde los fragmentos residuales de materia se encuentran entre ellos y se agrupan de nuevo debido a la gravedad. Cuanto más grandes estos grupos de materia, más fuerte es la gravedad y es más probable que se adhiera más materia. A diferencia de todos los otros modelos de desgarramiento, los átomos y eventualmente las galaxias tienen la posibilidad de volver a formarse. “La fuerza de gravedad ‘pega’ las cenizas en nuevas estructuras, y el Universo puede ser reconstruido”, dice Wei.

Caldwell duda que esto ocurra. “Te encuentras en un universo frío y desolado. Habría mucha energía oscura alrededor, pero el átomo más cercano estaría muy lejos. Pasaría un tiempo extremadamente largo para que las partículas se encuentren unas con otras”.

Wei reconoce que la energía oscura podría continuar acelerando la expansión del espacio-tiempo, por lo que podría tomar más tiempo para que la materia se vuelva a unir que lo que tardó en separarse. Pero si se volviera a formar, los resultados podrían ser muy extraños para nosotros. Si bien el universo existente, y su espacio-tiempo subyacente, nacieron en un gran estallido (el Big-Bang), el “quasi rip” no destruye el espacio-tiempo. Así que el cosmos fénix es, fundamentalmente, una tela vieja y reciclada con una nueva capa de pintura. Nadie sabe qué apariencia tendría. Wei cree que la energía oscura podría incluso fortalecerse y debilitarse cíclicamente, separando la materia y permitiendo que se vuelva a unir una y otra vez.

Si el o los “quasi rip” de Wei son más probables que el Gran Desgarramiento de Caldwell no se puede determinar aún, dado que todos los escenarios son congruentes con los datos existentes de la energía oscura. Las observaciones del fondo cósmico de microondas –la radiación remanente del Big Bang- que el equipo del satélite Planck debería publicar el próximo año ayudarán a precisar los detalles.

Además, hay otros destinos que pueden esperar a nuestro universo, incluyendo una muerte más repentina debido a la inestabilidad inherente del vacío o un ciclo de nacimientos y muertes desencadenadas por repetidas colisiones con otro universo que es parte de un multiverso mayor.

Caldwell aconseja no desvelarse ni preocuparse sobre el escenario que se desarrollará en esa etapa. “Un gran desgarramiento es sólo una de muchas cosas posibles que podrían, quizá, llegar a ocurrir”, dice.

Fuente: New Scientist