
Estas imágenes de la ocultación de Venus fueron obtenidas por nuestro amigo y compañero en la AEA Walter Elias desde su casa en la localidad de Oro Verde, con su telescopio y cámara digital.
Las últimas noticias de la Asociación Entrerriana de Astronomía

Estas imágenes de la ocultación de Venus fueron obtenidas por nuestro amigo y compañero en la AEA Walter Elias desde su casa en la localidad de Oro Verde, con su telescopio y cámara digital.
La ralentización o pausa en el cambio climático se debe variaciones naturales y no durará mucho tiempo, según el borrador del informe que presentará la próxima semana el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU (IPCC).
De acuerdo con este borrador de 127 páginas y su resumen ejecutivo, factores como la nube de cenizas volcánica o una caída en la energía emitida por el sol, podrían estar contribuyendo a una ralentización del fenómeno.
El informe es el quinto que elabora este panel, compuesto por unos 3.000 científicos de todo el mundo, y actualiza los datos del IV informe, que se publicó en 2007. El documento es una herramienta para los gobiernos y, especialmente, se tiene en cuenta en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático, que aspira llegar a un acuerdo vinculante en 2015 que permita frenar el aumento de las temperaturas a nivel global y acordar medidas para reducir sus efectos.
El hecho de que las temperaturas estén subiendo a un ritmo menor en los últimos años a pesar de incrementos en las emisiones de gases invernadero ha fortalecido las tesis negacionistas y las corrientes más escépticas.
Sin embargo, el borrador, al que ha tenido acceso Reuters, prevé que esta "pausa" es temporal y que el ritmo de la subida de las temperaturas se reanudará próximamente y, como consecuencia, habrá más fenómenos extremos como olas de calor, sequías, inundaciones y aumento del nivel del mar.

La explosión de la vida animal en la Tierra hace unos 520 millones de años fue el resultado de una combinación de factores relacionados entre sí en lugar de una sola causa subyacente, según revela un nuevo estudio publicado en la revista 'Science'.
En las últimas décadas, se habían presentado decenas de teorías individuales sobre la rápida diversificación de las especies animales en el periodo Cámbrico temprano del tiempo geológico.
Sin embargo, un trabajo del profesor Paul Smith, de la Universidad de Oxford, y el profesor David Harper, de la Universidad de Durham, ambas en Reino Unido, sugiere que se requiere un enfoque más holístico para descubrir las razones detrás de lo que se conoce como la Explosión Cámbrica. Las teorías de este suceso se clasifican en tres categorías: geológicas, geoquímicas y biológicas, y la mayoría se han señalado como procesos independientes que fueron la principal causa de la explosión.
Cualquiera que sea la causa, este importante evento evolutivo condujo a una amplia gama de innovación biológica, incluyendo el origen de los ecosistemas modernos, un rápido aumento de la diversidad animal, el origen de los esqueletos y la primera aparición de modos concretos de vida como habitar en madrigueras y nadar.
Entre las criaturas extrañas y maravillosas que surgieron a principios del Cámbrico están los Anomalocaris, un género de animales extintos que están lejanamente relacionados con los antrópodos modernos (cangrejos y langostas), que eran depredadores, nadadores, con una boca compuesta por 32 placas superpuestas que pueden constreñirse para aplastar a sus presas. Los animales vertebrados, los antepasados ??de los peces modernos, reptiles, aves y mamíferos, también hicieron su primera aparición en la explosión del Cámbrico.
Este equipo de científicos pasaron cuatro años trabajando con información de un sitio en el extremo norte de Groenlandia, frente al Océano Ártico. El lugar, en Siriuspasset, está situado en 83° N , a sólo 500 kilómetros del Polo Norte, en una zona remota del norte de Groenlandia, que, aunque logísticamente es muy difícil de alcanzar, atrajo al equipo debido a la alta calidad de su material fósil y los conocimientos que proporciona.

Un estudio elaborado por científicos de Antioquia (Colombia) ha determinado que las lunas alrededor mundos distantes podrían ser demasiado pequeñas para albergar vida. El trabajo, que se publicará en 'Astrophysical Journal Letters', indica que estos cuerpos no pueden poseer campos magnéticos suficientemente fuerte como para proteger la vida extraterrestre de la radiación que circula a su alrededor.
Actualmente, la búsqueda de la vida extraterrestre se concentra en aquellos lugares en los que pueda existir el agua líquida. Los mundos con mayores posibilidades se concentran en lo que los expertos han llamado 'zona habitable', regiones alrededor de las estrellas que están a temperaturas favorables para la existencia del líquido.
Junto a estos planetas también se hallan satélites que se encuentran en esa zona propicia para la existencia de vida y, aunque hasta ahora se estudiaban como un candidato más a albergar vida, el nuevo estudio podría dejarlos sin posibilidades.
El trabajo ha estudiado las lunas que alcanzan menos del doble de la masa de Marte, un tamaño que, según los autores no permitirían la presencia de formas de vida. "Sus campos magnéticos nos serían lo suficientemente potente como para proteger la vida de los rayos cósmicos emergentes desde el espacio profundo o la radiación intensa que fluye entre ellos y sus estrellas madre", ha apuntado uno de los autores, Jorge Zuluaga.
Este científico ha explicado a 'Space.com' que las lunas podrían tener otra fuente de campo magnético que podría emanar de los planetas gigantes que orbitan. Estos planetas están rodeados de magnetosferas –burbujas de plasma creadas por los vientos estelares que chocan contra los campos magnéticos de los planetas– que pueden ser enormes. Esta podría ser la única posibilidad para los satélites.

Científicos de la Universidad de Leeds, en Reino Unido, han resuelto un enigma de 300 años sobre la dirección en la que gira el centro de la Tierra. El núcleo interno de la Tierra, formado por hierro sólido, realiza una "superrotación" en dirección hacia el este, lo que significa que gira más rápido que el resto del planeta, mientras que el núcleo externo, compuesto principalmente por hierro fundido, gira hacia el oeste, a un ritmo más lento.
Aunque Edmund Halley, descubridor del famoso cometa que lleva su nombre, mostró el movimiento hacia el oeste del campo geomagnético de la Tierra en 1692, es la primera vez que los científicos han sido capaces de vincular la forma en que el núcleo interno gira en relación con el comportamiento del núcleo externo. El planeta se comporta de esta manera al responder al campo geomagnético de la Tierra.
Los resultados, publicados este lunes en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', ayudan a los científicos a interpretar la dinámica del núcleo de la Tierra, la fuente del campo magnético de nuestro planeta. En las últimas décadas, los sismógrafos que miden los terremotos que viajan a través del núcleo de la Tierra han identificado una rotación hacia el este o superrotación del núcleo interno sólido con relación a la superficie de la Tierra.
"El enlace se explica simplemente en términos de acción igual y opuesta" , señaló el doctor Philip Livermore, de la Escuela de la Tierra y Medio Ambiente de la Universidad de Leeds, en Reino Unido. "El campo magnético empuja hacia el este en el núcleo interno, haciendo que gire más rápido que la Tierra, y también empuja en la dirección opuesta en el núcleo externo líquido, que crea un movimiento hacia el oeste", añadió.