La lunas en planetas alienígenas no alcanzarían para acoger vida

Un estudio elaborado por científicos de Antioquia (Colombia) ha determinado que las lunas alrededor mundos distantes podrían ser demasiado pequeñas para albergar vida. El trabajo, que se publicará en 'Astrophysical Journal Letters', indica que estos cuerpos no pueden poseer campos magnéticos suficientemente fuerte como para proteger la vida extraterrestre de la radiación que circula a su alrededor.

   Actualmente, la búsqueda de la vida extraterrestre se concentra en aquellos lugares en los que pueda existir el agua líquida. Los mundos con mayores posibilidades se concentran en lo que los expertos han llamado 'zona habitable', regiones alrededor de las estrellas que están a temperaturas favorables para la existencia del líquido.

   Junto a estos planetas también se hallan satélites que se encuentran en esa zona propicia para la existencia de vida y, aunque hasta ahora se estudiaban como un candidato más a albergar vida, el nuevo estudio podría dejarlos sin posibilidades.

   El trabajo ha estudiado las lunas que alcanzan menos del doble de la masa de Marte, un tamaño que, según los autores no permitirían la presencia de formas de vida. "Sus campos magnéticos nos serían lo suficientemente potente como para proteger la vida de los rayos cósmicos emergentes desde el espacio profundo o la radiación intensa que fluye entre ellos y sus estrellas madre", ha apuntado uno de los autores,  Jorge Zuluaga.

   Este científico ha explicado a 'Space.com' que las lunas podrían tener otra fuente de campo magnético que podría emanar de los planetas gigantes que orbitan. Estos planetas están rodeados de magnetosferas –burbujas de plasma creadas por los vientos estelares que chocan contra los campos magnéticos de los planetas– que pueden ser enormes. Esta podría ser la única posibilidad para los satélites.

Un estudio elaborado por científicos de Antioquia (Colombia) ha determinado que las lunas alrededor mundos distantes podrían ser demasiado pequeñas para albergar vida. El trabajo, que se publicará en 'Astrophysical Journal Letters', indica que estos cuerpos no pueden poseer campos magnéticos suficientemente fuerte como para proteger la vida extraterrestre de la radiación que circula a su alrededor.

   Actualmente, la búsqueda de la vida extraterrestre se concentra en aquellos lugares en los que pueda existir el agua líquida. Los mundos con mayores posibilidades se concentran en lo que los expertos han llamado 'zona habitable', regiones alrededor de las estrellas que están a temperaturas favorables para la existencia del líquido.

   Junto a estos planetas también se hallan satélites que se encuentran en esa zona propicia para la existencia de vida y, aunque hasta ahora se estudiaban como un candidato más a albergar vida, el nuevo estudio podría dejarlos sin posibilidades.

   El trabajo ha estudiado las lunas que alcanzan menos del doble de la masa de Marte, un tamaño que, según los autores no permitirían la presencia de formas de vida. "Sus campos magnéticos nos serían lo suficientemente potente como para proteger la vida de los rayos cósmicos emergentes desde el espacio profundo o la radiación intensa que fluye entre ellos y sus estrellas madre", ha apuntado uno de los autores,  Jorge Zuluaga.

   Este científico ha explicado a 'Space.com' que las lunas podrían tener otra fuente de campo magnético que podría emanar de los planetas gigantes que orbitan. Estos planetas están rodeados de magnetosferas –burbujas de plasma creadas por los vientos estelares que chocan contra los campos magnéticos de los planetas– que pueden ser enormes. Esta podría ser la única posibilidad para los satélites.

Para explorar esta idea, los científicos modelaron planetas similares a Neptuno, Saturno y Júpiter en la zona habitable de una estrella similar al Sol con las lunas de la masa y el diámetro de la órbita de Marte. Los investigadores descubrieron que las lunas estarían protegidas por magnetosferas de sus planetas solo si estuvieran fuera de las zonas habitables. Es decir, "las opciones son estar en zona habitable o ser protegidas magnéticamente, pero nunca ambos", ha apuntado el científico.

   "Los entornos habitables podrían ser menos comunes en el universo de lo que se pensaba anteriormente", ha añadido Zuluaga.

INFLUENCIA DE LAS MAREAS

   El problema al que se enfrentan estas lunas tiene que ver en parte con las mareas. Los planetas gigantes pueden ejercer una increíble fuerza de gravedad en sus satélites, la suficiente como para desencadenar un aumento de temperatura o su vulcanismo. Si los satélites están demasiado cerca, el calentamiento de la marea es demasiado para el agua líquida en su superficie, como ocurre en Venus. Sin embargo, si las lunas están demasiado lejos ya no estarían protegidas por la magnetosfera de los planetas.

   Pero los científicos han precisado que las lunas aún podrían ser protegidas si los planetas gigantes que orbitan difieren en la composición de los del Sistema Solar. Por ejemplo, un planeta como Neptuno que se compone casi totalmente de elementos pesados, en lugar de tener casi la mitad de su masa de hidrógeno como Neptuno, tendría alguna posibilidad de defensa hacia las lunas habitables.

   "Se acaba de raspar la punta del iceberg y hay otros factores a considerar y estudiar en profundidad", ha apuntado Zuluaga, quien ha añadido que ahora deben descubrir la primera luna lejana y detectar los primeros campos magnéticos de los planetas gigantes extrasolares para recoger algo de apoyo observacional a estos hallazgos.

Fuente: Europa Press

Primeros planetas como la Tierra en la zona habitable de su sistema

Investigadores han identificado por primera vez planetas del tamaño de la Tierra en la zona habitable de una estrella similar al Sol. Imágenes de la estrella tomadas por el astrofísico Crepp Justin, de la Universidad de Notre Dame, en South Bend, Estados Unidos, descartan explicaciones alternativas de los datos, lo que confirma que cinco planetas orbitan Kepler 62, con dos situados en la zona habitable, como muestran los resultados publicados este jueves en 'Science'.

   "Un sistema de cinco planetas con planetas con 1,41 y 1,61 radios de la Tierra en la zona habitable de una estrella K2V ha sido detectado con la nave espacial Kepler y validado con una alta confianza estadística", informa la revista. Esos dos, llamados Kepler-62 E y F son los más exteriores de los cinco planetas observados y reciben un flujo solar de la estrella similar a la recibida del Sol por Venus y Marte. Su tamaño sugiere que son rocosos, como la Tierra, o que están compuestos principalmente de agua sólida.

Investigadores han identificado por primera vez planetas del tamaño de la Tierra en la zona habitable de una estrella similar al Sol. Imágenes de la estrella tomadas por el astrofísico Crepp Justin, de la Universidad de Notre Dame, en South Bend, Estados Unidos, descartan explicaciones alternativas de los datos, lo que confirma que cinco planetas orbitan Kepler 62, con dos situados en la zona habitable, como muestran los resultados publicados este jueves en 'Science'.

   "Un sistema de cinco planetas con planetas con 1,41 y 1,61 radios de la Tierra en la zona habitable de una estrella K2V ha sido detectado con la nave espacial Kepler y validado con una alta confianza estadística", informa la revista. Esos dos, llamados Kepler-62 E y F son los más exteriores de los cinco planetas observados y reciben un flujo solar de la estrella similar a la recibida del Sol por Venus y Marte. Su tamaño sugiere que son rocosos, como la Tierra, o que están compuestos principalmente de agua sólida.

Un planeta descubierto hace más de un año en la zona habitable de otra estrella como el Sol, Kepler-22, tiene un radio 2,4 veces el radio de la tierra, dejando a los investigadores menos seguros de su composición.

   "Por lo que podemos decir, de su radio y el período orbital, estos son los objetos más similares a la Tierra que hemos encontrado por el momento", dijo Crepp, profesor asistente de física. Los investigadores utilizan las fluctuaciones en el brillo de una estrella para identificar la presencia de un planeta cuyo potencial de tránsito atenúa periódicamente la luz de la estrella.

   Crepp usó grandes telescopios terrestres para tomar la imagen de la estrella madre y analizó el sistema para otros fenómenos astronómicos seguros, como que las inmediaciones de estrellas binarias eclipsantes no están causando fluctuación, un común "falso positivo" encontrado en la investigación. Crepp notó un punto débil cerca de Kepler-62 hace un año, dando lugar a meses de estudio detallado para confirmar la interpretación del planeta.

Fuente: Europa Press

Un planeta fuera del Sistema Solar con vapor de agua en su atmósfera

Un joven planeta hallado fuera del Sistema Solar, que orbita una estrella conocida como HR 8799, tiene vapor de agua y monóxido de carbono en su atmósfera. Sin embargo, en este nuevo mundo no se ha detectado metano, que podría ser un indicio de vida, según explican sus descubridores.

El hallazgo, recién publicado en la revista ‘Science’, sugiere que un determinado mecanismo de formación planetaria similar al de nuestro propio Sistema Solar, conocido como acreción del núcleo, desencadenó el nacimiento del exoplaneta, llamado HR 8799c.

HR 8799c es un gigante gaseoso, con cerca de siete veces la masa de Júpiter, y aunque se ha detectado vapor de agua en su atmósfera, sus descubridores descartan que pueda albergar vida.

“Aunque hemos observado agua, no creemos que pueda existir vida en este planeta. No tiene superficie sólida y es extremadamente caliente”, explica el astrónomo Quinn Konopacky, de la Universidad de Toronto. De hecho, se calcula que la temperatura en su superficie supera los 1.000ºC.
Pistas sobre el Sistema Solar

Konopacky, junto con colegas de Canadá y Estados Unidos, utilizaron datos del Observatorio Keck en Hawai para analizar las características de HR 8799c. Sus resultados arrojan luz sobre la formación de este gigante gaseoso lejano y proporcionan pistas sobre la formación de nuestro propio Sistema Solar.

“Nuestros resultados son consistentes con los planetas que se forman alrededor de HR8799 a través de la acreción del núcleo, muchos de la misma manera en la que pensamos que se formaron los planetas de nuestro Sistema Solar”, explicó Konopacky. “Al estudiar el sistema HR8799, podemos echar un vistazo a cómo planetas similares a Júpiter aparecen muy poco después de formarse”, agrega.

A diferencia de la mayoría de otros exoplanetas, los cuatro planetas que orbitan HR 8799 se han detectado directamente, lo que significa que su luz se distinguía de la de su estrella anfitriona.

Un joven planeta hallado fuera del Sistema Solar, que orbita una estrella conocida como HR 8799, tiene vapor de agua y monóxido de carbono en su atmósfera. Sin embargo, en este nuevo mundo no se ha detectado metano, que podría ser un indicio de vida, según explican sus descubridores.

El hallazgo, recién publicado en la revista ‘Science’, sugiere que un determinado mecanismo de formación planetaria similar al de nuestro propio Sistema Solar, conocido como acreción del núcleo, desencadenó el nacimiento del exoplaneta, llamado HR 8799c.

HR 8799c es un gigante gaseoso, con cerca de siete veces la masa de Júpiter, y aunque se ha detectado vapor de agua en su atmósfera, sus descubridores descartan que pueda albergar vida.

“Aunque hemos observado agua, no creemos que pueda existir vida en este planeta. No tiene superficie sólida y es extremadamente caliente”, explica el astrónomo Quinn Konopacky, de la Universidad de Toronto. De hecho, se calcula que la temperatura en su superficie supera los 1.000ºC.
Pistas sobre el Sistema Solar

Konopacky, junto con colegas de Canadá y Estados Unidos, utilizaron datos del Observatorio Keck en Hawai para analizar las características de HR 8799c. Sus resultados arrojan luz sobre la formación de este gigante gaseoso lejano y proporcionan pistas sobre la formación de nuestro propio Sistema Solar.

“Nuestros resultados son consistentes con los planetas que se forman alrededor de HR8799 a través de la acreción del núcleo, muchos de la misma manera en la que pensamos que se formaron los planetas de nuestro Sistema Solar”, explicó Konopacky. “Al estudiar el sistema HR8799, podemos echar un vistazo a cómo planetas similares a Júpiter aparecen muy poco después de formarse”, agrega.

A diferencia de la mayoría de otros exoplanetas, los cuatro planetas que orbitan HR 8799 se han detectado directamente, lo que significa que su luz se distinguía de la de su estrella anfitriona.

Esta detección directa indica que HR 8799c era un gigante de gas que orbita su estrella a una distancia comparable a la distancia de Plutón de nuestro sol, pero el nacimiento de un planeta masivo tan lejos de su estrella madre está en conflicto con los modelos más populares de la formación planetaria.

El nuevo análisis de Konopacky y su equipo ofrece datos de alta resolución sobre la química, la gravedad y la atmósfera de HR 8799c. “El exoplaneta tiene un conjunto ideal de las propiedades, siendo a la vez muy luminoso y situado lo suficientemente lejos de la estrella que nos permite adquirir estos datos espectrales increíbles”, explicó el investigador. “El hecho de que no vemos metano nos dice mucho acerca de los procesos químicos durante el trabajo en la atmósfera de este gigante gaseoso joven”.
Condensación de hielo

Dos posibles mecanismos se han propuesto para la formación de exoplanetas: un multipaso, proceso de acreción del núcleo por el que el gas se acumula lentamente en un núcleo planetario, y un proceso conocido como inestabilidad gravitatoria, que implica la creación simultánea del interior de un planeta y la atmósfera.

“Aunque vemos una gran cantidad de vapor de agua en la atmósfera de HR 8799c, en realidad detectamos un poco menos de lo que cabría esperar si el planeta tuviera la misma composición que su estrella madre”, dijo Konopacky. A su juicio, esto indica que el planeta tiene una cantidad ligeramente elevada de carbono en comparación con oxígeno.

La elevada relación carbono-oxígeno actúa como una huella dactilar para la formación del exoplaneta y los investigadores sugieren que los granos de hielo de agua deben haberse condensado en el disco planetario que rodea HR 8799 y agotado el oxígeno.

“Estos granos de hielo pegados forman grandes trozos de hielo, a pocos kilómetros de diámetro, que promueven la construcción de núcleo sólido del planeta”, sugirió Konopacky. “La atmósfera de gas viene después de que el planeta sea lo suficientemente grande. En el momento en que sucede, algunos de los granos de hielo se han ido y el gas no tiene tanta agua”, añade.

Estos resultados implican que un proceso de acreción del núcleo, similar al que dio forma a nuestro Sistema Solar, con los gigantes de gas lejos del Sol y los planetas rocosos cercanos a él, también tuvo lugar en este sistema. “Dado que el sistema planetario que rodea HR 8799 se parece a una versión reducida de nuestro Sistema Solar, no sería una sorpresa encontrar planetas como la Tierra más cerca”, según los investigadores.

Fuente: Diario Necochea

Cuatro nuevos candidatos planetas extrasolares en ‘zona habitable’

La misión Kepler de la NASA ha anunciado el descubrimiento de 461 candidatos a planetas nuevos, cuatro de los cuales serían inferiores al doble del tamaño de la Tierra y podrían orbitar a su estrella en la "zona habitable" de su sistema, aquella donde el agua líquida podría existir en la superficie de un planeta.

   Según ha informado la agencia espacial estadounidense, estos datos se han obtenido basándose en las observaciones realizadas desde mayo de 2009 hasta marzo de 2011. Los expertos han indicado que los resultados muestran un aumento constante en el número de candidatos a planetas de menor tamaño, "debido a la mejora de la tecnología", y en el número de estrellas con más de un planeta orbitando a su alrededor.

   En este sentido, el director de la misión Kepler, Christopher Burke, ha señalado que el telescopio de la NASA ha incrementado en un 20 por ciento sus hallazgos, sumando un total de 2.740 planetas potenciales y 2.036 estrellas, desde que se iniciara la misión.

La misión Kepler de la NASA ha anunciado el descubrimiento de 461 candidatos a planetas nuevos, cuatro de los cuales serían inferiores al doble del tamaño de la Tierra y podrían orbitar a su estrella en la "zona habitable" de su sistema, aquella donde el agua líquida podría existir en la superficie de un planeta.

   Según ha informado la agencia espacial estadounidense, estos datos se han obtenido basándose en las observaciones realizadas desde mayo de 2009 hasta marzo de 2011. Los expertos han indicado que los resultados muestran un aumento constante en el número de candidatos a planetas de menor tamaño, "debido a la mejora de la tecnología", y en el número de estrellas con más de un planeta orbitando a su alrededor.

   En este sentido, el director de la misión Kepler, Christopher Burke, ha señalado que el telescopio de la NASA ha incrementado en un 20 por ciento sus hallazgos, sumando un total de 2.740 planetas potenciales y 2.036 estrellas, desde que se iniciara la misión.

Burke ha apuntado que los incrementos más llamativos se observan en el número de cuerpos hallados con el mismo tamaño de la Tierra, así como de Super-Tierras (más del doble de su tamaño) que crecieron en un 43 y 21 por ciento respectivamente. Del mismo modo, se ha observado que el 43 por ciento de los candidatos a planetas de Kepler tienen "vecinos".

   El telescopio espacial Kepler identifica planetas candidatos midiendo el cambio en el brillo de más de 150.000 estrellas cuando los supuestos planetas que pasar por delante. Se conoce como la técnica del "tránsito". Para determinar que existe un planeta orbitando la estrella se necesita, por lo menos, tres tránsitos verificados.

   Si se quiere consultar la lista de planetas hallados hasta ahora, se puede consultar en los archivos de la NASA: http://exoplanetarchive.ipac.caltech.edu/index.html

Fuente: Europa Press

Alfa Centauro podría tener un planeta como el nuestro

Un grupo de astrónomos lidereados por Xavier Dumusque del Observatorio de Ginebra en la Universidad de Oporto dieron a conocer hace unas horas que encontraron señales de un planeta con masa y tamaño similar a la Tierra alrededor de nuestro vecino estelar más cercano, Alfa Centauro.

Esta estrella en realidad son dos, la vemos como una sola por que están muy juntas, pero con un buen telescopio se puede ver que son dos. Una, Alfa Centauro A, es un poco más grande que nuestro Sol, como 10% más grande. La otra, Alfa Centauro B, es un poco más que pequeña que el Sol, como 10% más pequeña. Las dos orbitan entre sí a una distancia que va más o menos de la del Sol a Saturno hasta un poco más lejos de lo que está Neptuno. Alrededor de estas dos hay otra pequeñita que se llama Próxima Centauro, una enana roja que por el momento es la estrella más cercana al Sol. Mira puedes ver como es en esta infografía.

Pues resulta que los astrónomos estuvieron viendo estas estrellas usando el Observatorio Europeo del Sur en el Observatorio de la Silla en Chile y en particular un instrumento llamado Buscador de Planetas por Velocidad Radial de Alta Precisión, o HARPS para los amigos, percibieron una pequeña variación en la velocidad de Alfa Centauro B, que persistió después de eliminar todas las otras cosas conocidas de este sistema. Una vez eliminado lo conocido lo que queda debe ser desconocido y lo que mejor se ajusta al patrón de esta variación es un planeta de la misma masa que el nuestro, orbitando a una distancia de 6 millones de kilómetros de esta estrella y tarda solo 3.2 días en darle la vuelta.

Un grupo de astrónomos lidereados por Xavier Dumusque del Observatorio de Ginebra en la Universidad de Oporto dieron a conocer hace unas horas que encontraron señales de un planeta con masa y tamaño similar a la Tierra alrededor de nuestro vecino estelar más cercano, Alfa Centauro.

Esta estrella en realidad son dos, la vemos como una sola por que están muy juntas, pero con un buen telescopio se puede ver que son dos. Una, Alfa Centauro A, es un poco más grande que nuestro Sol, como 10% más grande. La otra, Alfa Centauro B, es un poco más que pequeña que el Sol, como 10% más pequeña. Las dos orbitan entre sí a una distancia que va más o menos de la del Sol a Saturno hasta un poco más lejos de lo que está Neptuno. Alrededor de estas dos hay otra pequeñita que se llama Próxima Centauro, una enana roja que por el momento es la estrella más cercana al Sol. Mira puedes ver como es en esta infografía.

Pues resulta que los astrónomos estuvieron viendo estas estrellas usando el Observatorio Europeo del Sur en el Observatorio de la Silla en Chile y en particular un instrumento llamado Buscador de Planetas por Velocidad Radial de Alta Precisión, o HARPS para los amigos, percibieron una pequeña variación en la velocidad de Alfa Centauro B, que persistió después de eliminar todas las otras cosas conocidas de este sistema. Una vez eliminado lo conocido lo que queda debe ser desconocido y lo que mejor se ajusta al patrón de esta variación es un planeta de la misma masa que el nuestro, orbitando a una distancia de 6 millones de kilómetros de esta estrella y tarda solo 3.2 días en darle la vuelta.

 

Antes de preparar las maletas e ir a comprar un boleto para visitar, toma en cuenta que esa distancia hace que la superficie del planeta esté a más de 1000 grados Celsius, lo más seguro es que no le quede atmósfera y la superficie sea de roca fundida, lava.

De todos modos la comunidad científica está emocionada porque, bueno, para empezar se emocionan fácilmente y, además, donde hay un planeta hay más. Durante mucho tiempo se ha especulado sobre la posibilidad de un planeta o dos que puedan estar en las zonas de habitabilidad de estas estrellas. Aunque algunos dicen que es muy poco probable porque la gravitación de las dos estrellas hubieran impedido que se formara algún planeta, otros decían que entre las dos había suficiente espacio para que hubieran planetas terrestres.

La tecnología que tenemos no es suficientemente buena para descubrir un planeta como el nuestro dentro de la zona habitable de estas estrellas; y este nuevo planeta podría no ser tal, la señal es muy débil y con mayores análisis se puede descubrir que se trata de otra cosa, pero seguro durante los próximos años se explorará Alfa Centauro más detenidamente.

Fuente: Vaca Cosmica