Tras perder su sonda marciana, Rusia está en la Luna

 

La Agencia Federal Espacial Rusa (Roscosmos) está dispuesta a concentrar sus esfuerzos en el estudio de la Luna en un futuro próximo.
El lanzamiento del aparato Luná-Glob, que se llevará a cabo con el fin de estudiar nuestro satélite desde la órbita y realizar varios experimentos en su superficie, está previsto para el año 2015. Asimismo, se está desarrollando el ingenio Luná-Resurs en colaboración con la Agencia espacial de la India.
"Vamos a ver una vez más cómo repartir los esfuerzos. Podría tener sentido empezar a dar pasos concretos hacia la Luna. En cuanto a Marte, podríamos apostar por la cooperación con nuestros socios, por ejemplo con Europa, que nos propone que participemos en el proyecto ExoMars", comentó el vicedirector de la Agencia Federal Espacial Rusa, Vitali Davýdov.

 

La Agencia Federal Espacial Rusa (Roscosmos) está dispuesta a concentrar sus esfuerzos en el estudio de la Luna en un futuro próximo.
El lanzamiento del aparato Luná-Glob, que se llevará a cabo con el fin de estudiar nuestro satélite desde la órbita y realizar varios experimentos en su superficie, está previsto para el año 2015. Asimismo, se está desarrollando el ingenio Luná-Resurs en colaboración con la Agencia espacial de la India.
"Vamos a ver una vez más cómo repartir los esfuerzos. Podría tener sentido empezar a dar pasos concretos hacia la Luna. En cuanto a Marte, podríamos apostar por la cooperación con nuestros socios, por ejemplo con Europa, que nos propone que participemos en el proyecto ExoMars", comentó el vicedirector de la Agencia Federal Espacial Rusa, Vitali Davýdov.

En su día la Agencia Espacial Europea (ESA) propuso a Roscosmos participar en el proyecto de exploración de Marte ExoMars, en el marco del cual se planea lanzar una misión al Planeta Rojo.
Este martes Roscosmos constató oficialmente la pérdida de la misión Fobos-Grunt, que despegó el 9 de noviembre y que no pudo encender sus motores de crucero y abandonar la órbita terrestre. El proyecto marciano ruso prácticamente ya no tiene posibilidades de continuar su misión. De hecho, especialistas de la agencia espacial, predicen que dentro de poco caerán en la Tierra fragmentos del Fobos-Grunt.
En una conferencia de prensa en el Centro de Control de Vuelos espaciales (TsUP, según sus siglas en ruso) de Koroliov, en la región de Moscú, los expertos explicaron que la llamada “ventana astronómica”, el período oportuno para la realización de la misión espacial, todavía no se ha cerrado, pero dijeron que la esperanza de que se pueda utilizar es ínfima. 
Según ellos existen dos “ventanas”, una óptima y una más prolongada, que durará hasta finales del mes en curso. La siguiente “ventana astronómica”, de acuerdo a la posición de los planetas en el espacio, se abrirá dentro de dos años, pero el Fobos-Grunt no podrá mantenerse en órbita durante tanto tiempo.
Ya en el arranque del próximo año los pedazos de la estación podrían caer en la Tierra. Anteriormente, los especialistas estimaron que no existe peligro para el planeta, puesto que todos los fragmentos de la sonda se desintegrarán durante su reentrada en la atmósfera. La posibilidad de que ésta caiga “en la cabeza de alguien” es casi nula, indican los expertos. El  área donde caerán de los pedazos de Fobos-Grunt sólo podrá determinarse con un día de anticipación.
Actualmente, el aparato, que sigue realizando su vuelo fuera de control, cambia la altura de su órbita de vez en cuando. Los expertos todavía no disponen de información telemétrica, por lo que no pueden entender exactamente qué le ocurre al aparato.
Según una de las versiones, el sistema de control del ingenio sigue funcionando. Los especialistas en balística sostienen que las baterías solares abiertas de Fobos-Grunt podrían proporcionar cierta fuerza de sustentación. Según su opinión, el aumento de la órbita de la estación podría aplazar la caída del ingenio en la Tierra hasta marzo de 2012.

Articulo completo en: http://actualidad.rt.com/ciencia_y_tecnica/cosmos/issue_32712.html

Rusia y Europa explorarán satélites de Júpiter

La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) junto con la Agencia Federal Espacial rusa (Roscosmos) desarrollarán un programa para explorar los satélites de Júpiter. El grupo científico compuesto por especialistas de ambas instituciones presentará el plan del proyecto el 30 de noviembre.
Fuentes cercanas a Roscosmos dijeron al rotativo ruso Izvéstiya que próximamente iniciarán proyectos conjuntos para estudiar la Luna y lanzar sondas cósmicas al sistema satelital de Júpiter. El vuelo de vehículos no pilotados a los satélites de este planeta tendría que efectuarse en los próximos 10 o 11 años, indicaron los especialistas.
El satélite jupiteriano de mayor interés para estas investigaciones es Europa (en la imágen), que tiene una superficie de hielo bajo la cual se esconde un océano varias veces mayor que el la masa acuática terrestre. Algunos científicos sostienen que este espacio acuoso podría estar poblado por ciertas formas de vida orgánica.
La atmósfera de Europa es de oxígeno molecular. Sin embargo, debido a que el satélite se encuentra a poca distancia de Júpiter, un planeta altamente radioactivo, las condiciones para una larga estancia en Europa están lejos de ser ideales. El cuerpo celeste es un poco menor que la Luna.

La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) junto con la Agencia Federal Espacial rusa (Roscosmos) desarrollarán un programa para explorar los satélites de Júpiter. El grupo científico compuesto por especialistas de ambas instituciones presentará el plan del proyecto el 30 de noviembre.
Fuentes cercanas a Roscosmos dijeron al rotativo ruso Izvéstiya que próximamente iniciarán proyectos conjuntos para estudiar la Luna y lanzar sondas cósmicas al sistema satelital de Júpiter. El vuelo de vehículos no pilotados a los satélites de este planeta tendría que efectuarse en los próximos 10 o 11 años, indicaron los especialistas.
El satélite jupiteriano de mayor interés para estas investigaciones es Europa (en la imágen), que tiene una superficie de hielo bajo la cual se esconde un océano varias veces mayor que el la masa acuática terrestre. Algunos científicos sostienen que este espacio acuoso podría estar poblado por ciertas formas de vida orgánica.
La atmósfera de Europa es de oxígeno molecular. Sin embargo, debido a que el satélite se encuentra a poca distancia de Júpiter, un planeta altamente radioactivo, las condiciones para una larga estancia en Europa están lejos de ser ideales. El cuerpo celeste es un poco menor que la Luna.

Anteriormente, se había desarrollado un proyecto para estudiar el sistema de Júpiter, el Europa Jupiter System Mission (EJSM), en el cual participaban la ESA y la NASA. Pero estas agencias espaciales en realidad crearon dos programas distintos con el mismo objetivo. Se planeaba el vuelo de un vehículo estadounidense a Europa y el lanzamiento de una expedición con un aparato europeo a Ganímedes, otro satélite jupiteriano. Pero debido a los recortes presupuestales de la NASA, los estadounidenses se vieron obligados a suspender varias misiones importantes, incluida la EJSM.
Sin embargo, los europeos siguen desarrollando su parte del proyecto. Durante noviembre, la ESA preparará las directrices de la nueva misión a Júpiter, que incluirá la exploración de Ganímedes y Europa con sondas. A su vez, los científicos rusos consideran necesario que un aparato científico llegue a la superficie de Europa.
Según indica Olég Korablióv, subdirector del Instituto de Estudios Cósmicos ruso, los aterrizajes son el punto fuerte de la ingeniería espacial rusa. Por eso, ellos actualmente analizan la posibilidad de enviar un artefacto que descienda al satélite jupiteriano. Además, en la superficie del cuerpo celeste el impacto de la radiación disminuiría diez veces, lo que aumentaría otras tantas la vida útil del equipo, en comparación con su funcionamiento en órbita, donde se mantendría no más de medio año, explicó el especialista.
Para los lanzamientos de los vehículos cósmicos ambas partes necesitarían un cohete portador pesado Proton M. Solo un lanzamiento de este cohete actualmente cuesta 2.380 millones de rublos (77 millones de dólares). El desarrollo de las sondas también requiere de tecnologías más avanzadas y muchos recursos financieros. La colaboración de Roscosmos y la ESA haría más ejecutable el ambicioso proyecto.

Articulo completo en: http://actualidad.rt.com/ciencia_y_tecnica/cosmos/issue_31876.html

 

El satélite Rosat caerá este domingo 23 de Octubre

Se trata del satélite de rayos X ROSAT de la agencia espacial alemana (DLR) que de acuerdo a la Sociedad astronómica Urania podría ingresar entre el 21 al 23 de octubre y el Nano Sail-D de la NASA, informó el diario El Universal

Los últimos cálculos revelan que es posible que hasta 30 piezas individuales del ROSAT, con un peso total de 1.7 toneladas, puedan llegar a la superficie de la Tierra. El fragmento más grande será probablemente el espejo del telescopio, que es muy resistente al calor y puede llegar a pesar más de una tonelada.

La hora y el lugar de reentrada no se puede predecir con precisión, afirmaron los especialistas. En la actualidad, los científicos esperan que el satélite de rayos X, que completa una órbita alrededor de la Tierra en unos 90 minutos, se precipite  entre 21 y 24 de octubre próximos.

Durante su misión de 1990 a 1999, el satélite ROSAT realizó sus observaciones en una órbita elíptica a una distancia de entre 585 y 565 kilómetros sobre la superficie del planeta.

Desde su retiro del servicio, la resistencia atmosférica hizo que el satélite pierda altura. En junio de 2011, el satélite ya había alcanzado una distancia de 327 kilómetros sobre la Tierra. Debido a que no tiene un sistema de propulsión a bordo, no fue posible hacer maniobras para controlar su reingreso cuando terminó su misión en 1999.

Se trata del satélite de rayos X ROSAT de la agencia espacial alemana (DLR) que de acuerdo a la Sociedad astronómica Urania podría ingresar entre el 21 al 23 de octubre y el Nano Sail-D de la NASA, informó el diario El Universal

Los últimos cálculos revelan que es posible que hasta 30 piezas individuales del ROSAT, con un peso total de 1.7 toneladas, puedan llegar a la superficie de la Tierra. El fragmento más grande será probablemente el espejo del telescopio, que es muy resistente al calor y puede llegar a pesar más de una tonelada.

La hora y el lugar de reentrada no se puede predecir con precisión, afirmaron los especialistas. En la actualidad, los científicos esperan que el satélite de rayos X, que completa una órbita alrededor de la Tierra en unos 90 minutos, se precipite  entre 21 y 24 de octubre próximos.

Durante su misión de 1990 a 1999, el satélite ROSAT realizó sus observaciones en una órbita elíptica a una distancia de entre 585 y 565 kilómetros sobre la superficie del planeta.

Desde su retiro del servicio, la resistencia atmosférica hizo que el satélite pierda altura. En junio de 2011, el satélite ya había alcanzado una distancia de 327 kilómetros sobre la Tierra. Debido a que no tiene un sistema de propulsión a bordo, no fue posible hacer maniobras para controlar su reingreso cuando terminó su misión en 1999.

De acuerdo a Urania, cuando la nave reingrese en la atmósfera a una velocidad de unos 28 mil kilómetros por hora, el observatorio de rayos X se romperá en fragmentos, algunos de los cuales se quemaran por el calor extremo.

Por su parte, el Nano Sail-D es un microsatélite que sirvió para probar un sistema de propulsión basado en la luz del sol, mediante velas desplegadas. Este es tan pequeño que ninguno de sus fragmentos sobrevivirá en su reingreso en la atmósfera.

En la actualidad, la fecha de reentrada sólo se puede calcular con una precisión de más o menos dos días. El intervalo de tiempo de la incertidumbre se reduce a medida que se acerca la fecha de reentrada. Sin embargo, incluso un día antes de la reentrada, la máxima estimación tendrá una precisión de más o menos cinco horas.

Todas las áreas bajo la órbita del ROSAT, que se extiende a 53 grados de latitud norte y sur podrían verse afectados por su reentrada. La mayor parte de los escombros caerán en la trayectoria del satélite. Sin embargo, fragmentos aislados podrían caer a la Tierra en un área de 80 kilómetros de ancho.

Según la agrupación astronómica, las principales causas de incertidumbre en la estimación de la fecha de reentrada son las fluctuaciones de la actividad solar. La radiación solar calienta la atmósfera de la Tierra y por lo tanto aumenta la resistencia atmosférica

El espectáculo de La Luna y Marte

Los dos planetas formarán parte del espectáculo estelar que podrá verse este fin de semana en la bóveda celeste durante la lluvia anual de meteoritos Oriónidas, que este año se espera para el sábado 22 de octubre, informó la NASA.

Los meteorólogos esperan que más de 15 meteoritos por hora, desprendidos del cometa Halley, atraviesen la atmósfera terrestre el sábado al amanecer cuando la lluvia alcance su máximo apogeo.

"Aunque no es la lluvia de meteoros más grande del año, definitivamente vale la pena levantarse para verla", declaró Bill Cooke de la Oficina Medioambiental sobre Meteoritos de la NASA.

El experto informó que este año las Oriónidas emergerán del cielo en la noche enmarcadas por algunas de las constelaciones más brillantes procedentes de Orión y pasarán por Tauro, Géminis, Leo y la Osa Mayor.

Pero este año, además, la Luna y Marte son parte del espectáculo. El satélite natural de la Tierra y el Planeta Rojo formarán los dos vértices de un triángulo celeste que cerrará Regulus, la estrella más brillante de la constelación Leo en el momento más activo de la lluvia, horas antes del amanecer.

Cooke y su equipo estarán vigilando los meteoritos que atraviesen la Tierra y también los que impacten en la Luna, ya que según explicó los restos de cometas como el Halley están presentes en todo el sistema Tierra-Luna.

La diferencia es que la Luna, al no tener atmósfera, recibe a los meteoritos directamente, los cuales impactan y estallan en la superficie lunar provocando el calentamiento térmico de las rocas lunares y un brillo que a veces es visto desde la Tierra con telescopios de aficionado.

El equipo de Cooke empezó a trabajar en 2005 y desde entonces detectó más de 250 meteoritos lunares, algunos de los cuales estallan "con energías superiores a cientos de kilos de dinamita".

En este periodo han registrado 15 Oriónidas que han golpeado la Luna, dos en 2007, cuatro en 2008, y nueve en 2009, a las que esperan agregar la de este año, ya que cerca del 25 % de la cara oscura estará expuesta a la corriente de desechos de Halley.

Observar cómo golpean estos meteoritos al satélite es una buena manera de aprender acerca de la estructura de los flujos de escombros del cometa y la energía de sus partículas, explica el científico, quien ayudará a su grupo a calcular los factores de riesgo para los astronautas que esperan, algún día, vuelvan a caminar sobre la superficie lunar.

Fuente: EFE

Podrían caer más satélites en los próximos años

La estación espacial soviética Salyut 7 cayo en 1991 debido a una tormenta solar

Sobre el posible impacto de otro satélite en la Tierra la semana próxima, el secretario de la Asociación Entrerriana de Astronomía, Mariano Peter, explicó que la caída de estos elementos se registrará hasta 2014, ya que “estamos iniciando el máximo de actividad solar, que se extenderá unos años más”, e indicó que el fenómeno hace que “la atmósfera se expanda”, lo que provoca que “los dispositivos pierdan velocidad”.

En diálogo con esta Agencia y sobre el posible impacto de otro satélite en la Tierra la semana próxima, Peter explicó que “estamos iniciando el ciclo que se conoce como máximo solar, que dura 11 años y el pico de esta actividad se registrará hasta 2014”.

La estación espacial soviética Salyut 7 cayo en 1991 debido a una tormenta solar

Sobre el posible impacto de otro satélite en la Tierra la semana próxima, el secretario de la Asociación Entrerriana de Astronomía, Mariano Peter, explicó que la caída de estos elementos se registrará hasta 2014, ya que “estamos iniciando el máximo de actividad solar, que se extenderá unos años más”, e indicó que el fenómeno hace que “la atmósfera se expanda”, lo que provoca que “los dispositivos pierdan velocidad”.

En diálogo con esta Agencia y sobre el posible impacto de otro satélite en la Tierra la semana próxima, Peter explicó que “estamos iniciando el ciclo que se conoce como máximo solar, que dura 11 años y el pico de esta actividad se registrará hasta 2014”.

Por esta razón, “es probable que vayan cayendo varios satélites de acá a unos años más”, expresó y agregó que “por la ráfaga solar, la atmósfera se expande” y, “al haber satélites próximos  a caer en orbita baja, los dispositivos pierden velocidad; eso es lo que le paso al Uars semanas atrás”.

El especialista detalló cómo puede afectar a la Tierra la caída de satélites y manifestó que una de las preocupaciones “es que caiga en cualquier lado”, cuestión que “es muy difícil”, ya que “la superficie poblada es ínfima en comparación a las masas oceánicas o deshabitadas en los continentes”. De todos modos, aclaró que “no es imposible”.

Además, “hay que evaluar el peligro que pueda generar al caer en un lugar poblado”, porque “los elementos espaciales pueden tener radiación o  restos con sustancias tóxicas”. Incluso “suelen tener energía nuclear y el combustible  es tóxico”.

De todos modos, Peter indicó a AIM que después de esta fecha, “se pasará de una actividad máxima a una estable, donde no hay problemas de este tipo”.

En una nota a AIM, el representante de la Asociación advirtió que para 2012, “se prevén tormentas solares de gran magnitud, que podrían ocasionar una catástrofe tremenda, ya que quedarían inutilizados los transformadores de energía eléctrica y se tardaría varias décadas en poder solucionar el problema”, y señaló que “estamos ingresando en un período de gran actividad que se produce cada 11 años”.

Fuente: AIM Digital, entrevista a Mariano Peter  – AEA

China lanza su primera estación espacial

China continúa con su ambicioso programa tripulado, efectuando, con el lanzamiento de su primera estación espacial, un gran paso adelante en su persecución de la tecnología que lo equipare totalmente a las otras potencias astronáuticas.

Avanzando poco a poco, y ante la negativa occidental a que China pudiera participar en la estación espacial internacional, el país decidió emprender por sí mismo un programa que le proporcionara la independencia necesaria en este sector. Con sus cápsulas Shenzhou empleadas ya repetidamente para enviar astronautas al espacio, el próximo objetivo sería colocar a un módulo-laboratorio en órbita y acoplar a una de las primeras a él.

China continúa con su ambicioso programa tripulado, efectuando, con el lanzamiento de su primera estación espacial, un gran paso adelante en su persecución de la tecnología que lo equipare totalmente a las otras potencias astronáuticas.

Avanzando poco a poco, y ante la negativa occidental a que China pudiera participar en la estación espacial internacional, el país decidió emprender por sí mismo un programa que le proporcionara la independencia necesaria en este sector. Con sus cápsulas Shenzhou empleadas ya repetidamente para enviar astronautas al espacio, el próximo objetivo sería colocar a un módulo-laboratorio en órbita y acoplar a una de las primeras a él.

Este primer módulo se llama Tiangong-1 y dispone de un único puerto de unión, de modo que es una piedra en el edificio por demostrar los mecanismos básicos que permitan en un futuro cercano la construcción de una estación orbital de considerables dimensiones.

La Tiangong-1 está inspirada en las viejas Salyut soviéticas, si bien es más pequeña. Con un peso de 8.500 kg, necesitó de un cohete mejorado (CZ-2FT1) con aceleradores más largos para poder alcanzar el espacio.

El lanzamiento desde Jiuquan ocurrió a las 13:16 UTC del 29 de septiembre, y se desarrolló conforme a lo previsto. Las cámaras de a bordo mostraron el ascenso con relativa claridad, teniendo en cuenta la hora nocturna. La última etapa del cohete situó al vehículo en una órbita de 198 por 332 km, y una inclinación de 42,75 grados. La Tiangong-1 se separó sin dificultades, abrió los paneles solares y empezó a comunicar con la Tierra. En sucesivos días, maniobrará para convertir a su órbita en circular, a la espera de la llegada de una Shenzhou-8 no tripulada, antes de que termine el año (quizá en noviembre), la cual practicará el acoplamiento automático. Tras permanecer 12 días unida a ella, se apartará y volverá a intentar la unión, antes de regresar definitivamente a casa.

Si la misión tiene éxito, en 2012 se enviará a la primera cápsula tripulada (Shenzhou-9), probablemente con un único astronauta, para repetir la maniobra e iniciar un período de ocupación limitado. Más adelante volará la Shenzhou-10, con más hombres y quizá una mujer. La Tiangong-1 transporta suministros para dos años, y dado que sólo tiene un puerto de atraque, no puede recibir naves de carga mientras haya astronautas en ella. Será a partir de la Tiangong-3 cuando debutarán nuevos sistemas, incluyendo sistemas de reciclaje de agua, etc. Si incorpora un puerto de atraque adicional, las estancias podrán prolongarse en el tiempo, gracias a la llegada de naves de suministros. Tras un período de explotación razonable, China tendrá ya listos sus nuevos cohetes CZ-5 y podrá lanzar módulos de 20 toneladas, para iniciar la construcción de una estación parecida a la Mir rusa o la Skylab americana.

La Tiangong-1 consta de dos partes principales: una zona de servicio, con los paneles solares y los tanques de combustible, y una zona para los experimentos. En total, se dispone de 530 pies cúbicos de volumen para el trabajo de tres astronautas.

Fuente: Noticias de la Ciencia