Recibidas las primeras señales de los CubeSats de la ESA

Poco después del lanzamiento de los siete CubeSats de la ESA a bordo del vuelo inaugural de Vega, los equipos de estudiantes y radioaficionados de todo el mundo apuntaron sus antenas al espacio y comenzaron a escuchar las primeras señales de vida de sus diminutos satélites.
 
La señal del CubeSat español, XaTcobeo, se recibió por primera vez dos horas después del lanzamiento (que tuvo lugar el 13 de febrero de 2012, a las 11:00 CET), durante su primer pase sobre la estación de seguimiento de la Universidad de Vigo. Los primeros datos recibidos confirman que las baterías del satélite están cargadas y que los sistemas de telecomando y telemetría funcionan correctamente, un comienzo muy prometedor para esta misión.

El equipo húngaro recibió las primeras señales de MaSat-1 a través de un radioaficionado de Florida, apenas transcurridas dos horas desde el lanzamiento. Dos horas más tarde, la estación de seguimiento del equipo en Budapest recibió los primeros datos ‘oficiales’ del satélite, que confirman que se encuentra en perfecto estado. Durante los próximos días se probarán los distintos subsistemas de abordo.

Poco después del lanzamiento de los siete CubeSats de la ESA a bordo del vuelo inaugural de Vega, los equipos de estudiantes y radioaficionados de todo el mundo apuntaron sus antenas al espacio y comenzaron a escuchar las primeras señales de vida de sus diminutos satélites.
 
La señal del CubeSat español, XaTcobeo, se recibió por primera vez dos horas después del lanzamiento (que tuvo lugar el 13 de febrero de 2012, a las 11:00 CET), durante su primer pase sobre la estación de seguimiento de la Universidad de Vigo. Los primeros datos recibidos confirman que las baterías del satélite están cargadas y que los sistemas de telecomando y telemetría funcionan correctamente, un comienzo muy prometedor para esta misión.

El equipo húngaro recibió las primeras señales de MaSat-1 a través de un radioaficionado de Florida, apenas transcurridas dos horas desde el lanzamiento. Dos horas más tarde, la estación de seguimiento del equipo en Budapest recibió los primeros datos ‘oficiales’ del satélite, que confirman que se encuentra en perfecto estado. Durante los próximos días se probarán los distintos subsistemas de abordo.

PW-Sat, el CubeSat polaco, también se hizo oír alto y claro unas pocas horas después del lanzamiento. Su señal fue recibida por la estación de seguimiento del equipo y por radioaficionados del Reino Unido, India, Alemania y de los Países Bajos. Se ha podido comprobar que el satélite se encuentra en buen estado y el equipo ya ha comenzado sus operaciones. 
 
dos CubeSats italianos, recibió la señal del satélite, todavía codificada, a través de una estación de seguimiento en Kentucky (EEUU) y, poco después, desde la estación del equipo en Roma. Están esperando a los próximos pases sobre su estación para recibir una señal más clara y poder analizar el estado del satélite.

Por ahora sólo se ha recibido una señal muy débil de los CubeSats e-st@r (Italia), Goliat (Rumanía) y Robusta (Francia). Todos los equipos universitarios y radioaficionados de la red AMSAT están trabajando juntos para intentar escuchar a estos satélites con más claridad.

Se piensa que estos tres satélites podrían no haber alcanzado todavía una orientación estable tras su separación del lanzador, por lo que no habrían sido capaces de recargar sus baterías lo suficiente como para que sus sistemas de comunicaciones establezcan un enlace con las estaciones de seguimiento. Esta situación podría mejorar en cuestión de horas o días, por lo que se permanecerá a la escucha.

Más información en los próximos días.

Actualización del 15 febrero 2012: El equipo e-st@ar recibió de su CubeSat señales a través de su estación de seguimiento de su equipo y por otros radioaficionados. El equipo de Torino está convencido de que su satélite estará muy pronto completamente operativo.

Fuente: Noticias de la Ciencia

Espionaje Espacial: Naves secretas vigilan a otras naves

La comunidad espacial en línea quedó sorprendida, por decir lo menos. Un respetado editor de una revista espacial británica dijo la semana pasada que el avión espacial secreto no tripulado X-37B del Pentágono probablemente espiaba a un satélite chino.

La blogosfera estalló en indignación: Las órbitas de los vehículos espaciales eran muy diferentes, dijeron los expertos.

“¡INCORRECTO!”, tuiteó @EllieAsksWhy.

El excontrolador de misiones de la NASA, James Oberg, publicó en su blog que la “muy respetada sociedad británica de vuelos espaciales” había cometido un “error tremendo”.

Mientras tanto las búsquedas en Google Trends para el X-37B se fueron hasta las nubes.

El reporte también afirmó que la tecnología había hecho que la vigilancia desde el espacio fuese ahora “un juego completamente nuevo”.

¿En verdad? Es de conocimiento general en la comunidad de inteligencia que Estados Unidos ha utilizado satélites para inspeccionar otros hardware en órbita durante medio siglo, dice el analista de defensa John Pike de globalsecurity.org. ¿Qué factores entran ahora en juego que impulsan un juego de espionaje en órbita a un nivel sin precedentes?

La comunidad espacial en línea quedó sorprendida, por decir lo menos. Un respetado editor de una revista espacial británica dijo la semana pasada que el avión espacial secreto no tripulado X-37B del Pentágono probablemente espiaba a un satélite chino.

La blogosfera estalló en indignación: Las órbitas de los vehículos espaciales eran muy diferentes, dijeron los expertos.

“¡INCORRECTO!”, tuiteó @EllieAsksWhy.

El excontrolador de misiones de la NASA, James Oberg, publicó en su blog que la “muy respetada sociedad británica de vuelos espaciales” había cometido un “error tremendo”.

Mientras tanto las búsquedas en Google Trends para el X-37B se fueron hasta las nubes.

El reporte también afirmó que la tecnología había hecho que la vigilancia desde el espacio fuese ahora “un juego completamente nuevo”.

¿En verdad? Es de conocimiento general en la comunidad de inteligencia que Estados Unidos ha utilizado satélites para inspeccionar otros hardware en órbita durante medio siglo, dice el analista de defensa John Pike de globalsecurity.org. ¿Qué factores entran ahora en juego que impulsan un juego de espionaje en órbita a un nivel sin precedentes?

En las siguientes décadas, se espera que los satélites sean más pequeños, más furtivos, manejables y sus capacidades de sensores aumentarán al ritmo acelerado del desarrollo tecnológico, según los expertos. Estados Unidos todavía lidera el mundo de la tecnología espacial, pero otros países, incluyendo a China, reducen cada vez más su distancia. Los chinos “reconocieron el valor de los activos en el espacio y lo agregan rápidamente a su inventario y a sus capacidades”, dice la analista de política de defensa espacial Joan Johnson-Frese.

Estados Unidos cuenta con satélites furtivos diseñados para evitar ser detectados desde los primeros años de la década de los 90, dice Pike. “Los rusos y los chinos están trabados 20 años detrás de nosotros, por lo tanto desarrollar satélites furtivos sólo es algo que tratan de hacer. Pero no sé si realmente lo estén haciendo”, dice Pike.

Hay muchas cosas ahí. Y la mayoría es basura que flota en el espacio. En total, hay cerca de 21,000 objetos fabricados por el hombre mayores de 10 centímetros que en este momento dan vueltas sobre el planeta, de acuerdo con el Pentágono. Se piensa que otros 1,000 objetos más son satélites activos, de acuerdo con la Union of Concerned Sicentists (Unión de Científicos Interesados). Localizar todos es bastante complicado e identificarlos puede ser más difícil.

Satélites furtivos y espías en el Universo.

La razón principal para participar en una vigilancia desde y hacia el mismo espacio es identificar los satélites furtivos, según Pike.

Algo crítico en toda la ecuación es algo que los expertos llaman RPO —rendezvous and proximity operations (operaciones de encuentro y aproximación)— la capacidad de los satélites para volar cerca de otro y desempeñar tareas, como el espionaje. El desarrollo RPO, dicen los expertos, está en camino de servir bien a la comunidad de vigilancia durante las siguientes dos décadas.

Por supuesto, el hardware en la mesa de planeación es secreto. Pero a los analistas y a los aficionados a rastrear satélites les encanta especular sobre los pequeños satélites de alto desempeño, sorprendentemente manejables y diseñados para espiar a otros objetos en órbita. Se habla sobre nuevos módulos orbitales antisatélite diseñados para chocar deliberadamente con otras naves en orbita.

El año pasado el satélite SJ-12 de China chocó contra otro satélite chino, lo que llevó a la especulación sobre si el incidente fue una parte intencional del programa de desarrollo antisatélite. Brian Weeden, exanalista de órbita de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y que ahora analiza tecnología espacial en Secure World Foundation, observó de cerca los datos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos sobre el incidente chino. Weeden duda que el choque fuera intencional.

“Si quieres probar un sistema de armas antisatélite necesitabas chocar con el objetivo de otra forma. La aproximación necesita suceder de una manera muy rápida para que tengan poca o ninguna alerta, con el resultado de que el choque a una alta velocidad destruiría el objetivo. El SJ-12 hizo completamente lo opuesto”, dice Weeden.

El Pentágono también ha estado ocupado con un satélite RPO. El satélite experimental XSS-11 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos que se lanzó en 2005 se encontró con la parte superior de su propio cohete de lanzamiento.

“Usando un radar o un telescopio en tierra, puedes obtener un poco de información de un satélite. Pero si puedes subir y volar junto a él, por supuesto que tendrás una cantidad mucho mayor de información”, dice Weeden.

Pero acercarse a estos satélites en órbita no es sencillo. Algunos de estos objetos viajan a más de 25,106 kilómetros por hora. Tomar una foto de algo bajo esas condiciones podría frustrar a los paparazzi más implacables de Hollywood.

Justo el año pasado la Fuerza Aérea de Estados Unidos lanzó un telescopio de 1,043 kilogramos llamado el Sistema de Vigilancia con Base en el Espacio (SBSS por sus siglas en inglés), un satélite que viaja en la órbita baja de la Tierra descrito por Boeing, su fabricante, como un “sensor con base en el espacio con la capacidad para detectar escombros, naves espaciales y otros objetos distantes en el espacio”.

“No han avanzado más allá de eso”, dice Weeden. “No han dicho lo que pueden rastrear y lo que no pueden y cuáles son los límites”.

Naturalmente todos los países con actividad espacial quieren proteger sus ojos en el cielo. Pero Pike dice que Washington sólo está preocupado de que alguien “nos saque los ojos”.

“Debido a que estamos ubicados del otro lado de Rusia y de China. Es más difícil para Estados Unidos saber qué sucede en nuestras áreas de interés que en sus áreas de interés”, explica.

La vigilancia desde el espacio al espacio no sólo tiene como objetivo identificar el propósito, sino también la tecnología de los satélites.

En la actualidad, los satélites espías sirven para mucho más que sólo fotografiar objetos. Las imágenes multiespectrales y las hiperspectrales utilizan cientos de longitudes de onda diferentes de luz para ver lo que de otra manera sería invisible. Diferentes materiales absorben las longitudes de onda de luz. Esto puede servir para revelar a los analistas con qué se fabricó un objeto.

Otra herramienta crítica es el radar

La ventaja del radar es que penetra las nubes y "se habla de usar radares satelitales para rastrear vehículos en tierra, pero eso todavía es un concepto a futuro”, dice Weeden. “Con el software correcto pueden explorar grandes partes del océano y rastrear barcos”.

Apenas el mes pasado, Japón lanzó un satélite espía equipado con radar con el que los analistas especularon se utilizaría para espiar a Corea del Norte, de acuerdo con informes de noticias.

Para 2015, la Fuerza Aérea de Estados Unidos piensa desarrollar un sistema de radar espacial con una constelación de nueve satélites que rodeen al planeta para aumentar significativamente nuestro nivel de vigilancia continua contra nuestros adversarios”.

El futuro del espionaje espacial.

Weeden predice que se usarán una gran cantidad de vehículos orbitales no tripulados para distintas razones.

“Todo, desde las inspecciones en órbita, la reparación de satélites, recarga o incluso (para) eliminar los escombros de la órbita”.

El Pentágono desarrolla un fascinante proyecto basado en el RPO de nombre Phoenix, con el objetivo de desarrollar hardware que pueda acercarse a satélites muertos en órbita, recoger el equipo utilizable —como antenas— y volver a utilizar las partes para construir nuevos satélites en el mismo sitio.

¿Qué pasa con el ejército? Las Directrices Estratégicas de Defensa 2012 del Pentágono hacen hincapié en la inversión en seguridad para el espacio de Estados Unidos. Pero Johnson-Freese, un miembro del cuerpo docente del U.S. Naval War College (Colegio de Guerra Naval de Estados Unidos), teme que no sea suficiente. “Debemos mejorar el GPS; los sistemas de reconocimiento; debemos mejorar los sistemas de comunicación. Deberíamos hacer más de lo que se hace actualmente”.

A pesar de que el acalorado comentario en la red de la afirmación de la semana pasada del X-37B se enfrió, la pregunta permanece: ¿Cuál es la misión del avión espacial?

“Bien podría tener una capacidad de vigilancia desde el espacio al espacio. Pudo haber liberado objetos de prueba para observarlos”, dice Pike.

Pero Pike es escéptico. La nave espacial, que esta en desarrollo desde 1999, primero por la NASA y después por DARPA, la división de investigación del Pentágono, y después por la Fuerza Aérea de Estados Unidos, ha tenido “muchos administradores” y “cocineros”. “Es la naturaleza de los proyectos burocráticos. El secreto de eso podría ser que se gastaron miles de millones de dólares sin un propósito real”, dice Pike.

Fuente: CNN

La NASA ahorra energía en la Voyager 1 para que funcione hasta 2025

Con el fin de reducir el consumo de energía, los controladores de la misión han desconectado uno de los calentadores de la nave espacial Voyager 1 de la NASA, bajando la temperatura de su instrumento espectrómetro ultravioleta más de 23 grados Celsius. la nave, lanzada en 1977, es el objeto fabricado por el hombre más alejado de la Tierra. Se encuentra en el confín del Sistema Solar, en la denominada heliopausa.

Ahora está operando a una temperatura por debajo de menos 79 grados Celsius, la temperatura más fría que el instrumento ha tenido que soportar. Este cierre de calentador es un paso más en el manejo cuidadoso de la disminución de potencia eléctrica para que la nave espacial Voyager puede seguir recogiendo y transmitiendo datos hasta el año 2025.

Por el momento, el espectrómetro se ha adptado a su nueva situación y continúa trabajando. Originalmente fue diseñado para funcionar a temperaturas tan bajas como menos 35 grados Celsius, pero no ha dejado de funcionar en temperaturas frías siempre que los calentadores a su alrededor se han apagado en los últimos 17 años de misión.

Con el fin de reducir el consumo de energía, los controladores de la misión han desconectado uno de los calentadores de la nave espacial Voyager 1 de la NASA, bajando la temperatura de su instrumento espectrómetro ultravioleta más de 23 grados Celsius. la nave, lanzada en 1977, es el objeto fabricado por el hombre más alejado de la Tierra. Se encuentra en el confín del Sistema Solar, en la denominada heliopausa.

Ahora está operando a una temperatura por debajo de menos 79 grados Celsius, la temperatura más fría que el instrumento ha tenido que soportar. Este cierre de calentador es un paso más en el manejo cuidadoso de la disminución de potencia eléctrica para que la nave espacial Voyager puede seguir recogiendo y transmitiendo datos hasta el año 2025.

Por el momento, el espectrómetro se ha adptado a su nueva situación y continúa trabajando. Originalmente fue diseñado para funcionar a temperaturas tan bajas como menos 35 grados Celsius, pero no ha dejado de funcionar en temperaturas frías siempre que los calentadores a su alrededor se han apagado en los últimos 17 años de misión.

No se sabía si el espectrómetro iba a seguir trabajando, pero desde 2005, ha estado operando a menos 56 grados Celsius. Así que los ingenieros se han mostrado muy animados una vez que han comprobado que todo sigue en orden tras el apagado del calentador en diciembre. Es probable que el espectrómetro opere a una una temperatura algo inferior a menos 79 grados Celsius, pero el detector de temperatura está al límite.

Los científicos y los encargados de la misión continuarán monitoreando el desempeño del espectrómetro. Fue muy útil durante los encuentros de la Voyager 1 con Júpiter y Saturno, y desde entonces un equipo internacional dirigido por científicos en Francia ha estado analizando los datos del espectrómetro.

Este último calentador de cierre era en realidad parte del espectrómetro de infrarrojo cercano, que en sí no está operativo en la Voyager 1 desde 1998.

Fuente: Europa Press

NASA anticipa vuelos espaciales

La cápsula Orión tiene como objetivo que astronautas puedan viajar a asteroides, la Luna, Marte y a remotos destinos del sistema solar.

La agencia espacial de Estados Unidos (NASA) anunció que se propone llevar a cabo a principios de 2014 los primeros vuelos de prueba de la cápsula Orión, diseñada para enviar astronautas a Marte, la Luna, asteroides y a parajes más distantes del sistema solar.

Originalmente los vuelos de ensayo estaban concebidos para el 2017 pero la NASA informó que realizará las pruebas tres años antes con vuelos no tripulados.

La cápsula Orión tiene como objetivo que astronautas puedan viajar a asteroides, la Luna, Marte y a remotos destinos del sistema solar.

La agencia espacial de Estados Unidos (NASA) anunció que se propone llevar a cabo a principios de 2014 los primeros vuelos de prueba de la cápsula Orión, diseñada para enviar astronautas a Marte, la Luna, asteroides y a parajes más distantes del sistema solar.

Originalmente los vuelos de ensayo estaban concebidos para el 2017 pero la NASA informó que realizará las pruebas tres años antes con vuelos no tripulados.

Un portavoz de la agencia dijo que "el presidente (Barack) Obama y el Congreso han trazado un ambicioso plan de exploración espacial y la NASA está actuando rápidamente para implementarlo”.

La cápsula Orión reemplazará la flota de transbordadores espaciales ya pasados a retiro con la particularidad de que ha sido concebida para misiones extraterrestres a distancias y tiempos mayores que los de los vuelos realizados hasta ahora.

La NASA tiene en planes también la construcción de un gigantesco cohete, nombrado con las siglas SLS, de Sistema de Lanzamiento Espacial, especialmente diseñado para propulsar la cápsula, que es similar a la Apolo.

Pero la agencia no esperará hasta entonces y la Orión, que es desarrollada por la firma Lockheed Martin, haría sus primeras pruebas impulsada por un cohete Delta 4 o un Atlas 5 desde Cabo Cañaveral en Florida, en 2014.

La NASA quiere determinar cuánto antes cómo regresa la cápsula a la Tierra luego de orbitar un par de veces el planeta y entrar a la atmósfera a una velocidad superior a los 32.000 kilómetros por hora, y también cómo la recupera para volverla a usar después del amarizaje.

Fuente: Voz de América

Cayo la sonda rusa en el Pacífico

MOSCU (AP).- Una sonda espacial rusa que iba a una luna de Marte, pero que no pudo salir de la órbita terrestre, se desintegró al caer ayer y sus restos se esparcieron sobre el Pacífico sur, frente a la costa chilena. Según informó el Ministerio de Defensa de Rusia, los fragmentos cayeron a 1250 kilómetros al oeste de la isla Wellington.

La Phobos-Grunt es una de las piezas de basura espacial más pesadas y tóxicas que se hayan desplomado, pero funcionarios espaciales y expertos dijeron que los riesgos eran mínimos, pues tanto el tóxico combustible de la sonda como la mayor parte de la estructura de la nave debían quemarse en la atmósfera.

 

MOSCU (AP).- Una sonda espacial rusa que iba a una luna de Marte, pero que no pudo salir de la órbita terrestre, se desintegró al caer ayer y sus restos se esparcieron sobre el Pacífico sur, frente a la costa chilena. Según informó el Ministerio de Defensa de Rusia, los fragmentos cayeron a 1250 kilómetros al oeste de la isla Wellington.

La Phobos-Grunt es una de las piezas de basura espacial más pesadas y tóxicas que se hayan desplomado, pero funcionarios espaciales y expertos dijeron que los riesgos eran mínimos, pues tanto el tóxico combustible de la sonda como la mayor parte de la estructura de la nave debían quemarse en la atmósfera.

 

Miles de restos de vehículos espaciales orbitan la Tierra, con el ocasional peligro para los astronautas y satélites en órbita, aunque hasta ahora nadie ha resultado herido por esos restos. Con un peso de 13,5 toneladas métricas (14,9 toneladas), la sonda espacial rusa, de 170 millones de dólares, fue la más cara y la más ambiciosa desde la era soviética. Debía aterrizar en Phobos, una de las dos lunas de Marte, recoger muestras del suelo y volar de vuelta a la Tierra.

La agencia espacial rusa, Roscosmos, había dicho que la sonda no tripulada se estrellaría en cualquier punto de sus próximas órbitas, incluidos Europa, el sudeste de Asia, Australia y América del Sur. Estados Unidos, Canadá y gran parte de Rusia quedaron fuera de la zona de peligro.

Fuente: La Nación