La Luna espera un nuevo cohete

El ministerio de Defensa de Rusia ha informado que en el cosmódromo de Plesetsk se llevan a cabo experimentos para el lanzamiento del cohete 'Angara', especialmente fabricado para las bases espaciales rusas.
Las pruebas, que empezaron a finales de julio, se alargarán cerca de tres meses y tendrán que concluir con el complejo técnico preparado para su explotación. El inicio de las pruebas de vuelo se prevé para mediados del año 2013. Los especialistas rusos realizan un ciclo completo de pruebas eléctricas y de presión con el prototipo de cohete 'Angara'.
 
Fue en 1995 cuando se empezó a trabajar en el complejo de cohetes espaciales 'Angará', orientados a los cosmódromos situados en Rusia. Está capacitado para realizar tareas de portador de cargas ligera, media y pesada. La producción de la nueva generación de cohetes se incluye en el Programa federal especial de desarrollo de los cosmódromos para los años 2006-2015.  

El ministerio de Defensa de Rusia ha informado que en el cosmódromo de Plesetsk se llevan a cabo experimentos para el lanzamiento del cohete 'Angara', especialmente fabricado para las bases espaciales rusas.
Las pruebas, que empezaron a finales de julio, se alargarán cerca de tres meses y tendrán que concluir con el complejo técnico preparado para su explotación. El inicio de las pruebas de vuelo se prevé para mediados del año 2013. Los especialistas rusos realizan un ciclo completo de pruebas eléctricas y de presión con el prototipo de cohete 'Angara'.
 
Fue en 1995 cuando se empezó a trabajar en el complejo de cohetes espaciales 'Angará', orientados a los cosmódromos situados en Rusia. Está capacitado para realizar tareas de portador de cargas ligera, media y pesada. La producción de la nueva generación de cohetes se incluye en el Programa federal especial de desarrollo de los cosmódromos para los años 2006-2015.  

La familia de cohetes 'Angara' pertenece a la nueva generación de portadores en base al módulo universal de cohete con motor de oxígeno y keroseno. Los portadores que se están fabricando tienen una capacidad de carga entre 1,5 y 25 toneladas en lanzamientos a la órbita baja terrestre.  Sin embargo, como anteriormente informaron los medios rusos, se está planeando la construcción de un cohete súper pesado capaz de realizar un vuelo pilotado a la Luna en base al 'Angara'.
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Un plan de consecuencias cósmicas
 
La capacidad de carga útil del nuevo cohete súper pesado será de 70 toneladas. De esta forma se convertirá en el más potente del mundo, pero sin superar el récord histórico que alcanzó el soviético 'Energía'. Su capacidad de carga era de hasta 105 toneladas. El cohete estaba destinado para lanzar a la órbita terrestre baja el transbordador 'Burán'.
 
En septiembre de 2011 Estados Unidos hizo público sus planes para fabricar el portador súper pesado SLS (Space Launch System) con una capacidad de carga de 165 toneladas. El coste estimado del proyecto es de 35.000 millones de dólares, de los cuáles se planea invertir los primeros 18.000 durante los próximos cinco años. Para hacer una comparación, el cohete-portador norteamericano 'Saturn-5', que hizo posible un vuelo pilotado de la NASA a la Luna, podía sacar a la órbita hasta 130 toneladas. Sin embargo, la primera variante de SLS, como se presupone, no podrá enviar al espacio más de 70 toneladas de carga. Los estadounidenses planean llevar a cabo un lanzamiento de prueba del cohete súper pesado en diciembre del 2017.

Fuente: Rossíyskaya Gazeta

Dos satélites se convierten en basura espacial tras fallo de cohete Proton – M

Un fallo en el bloque acelerador impidió esta madrugada al cohete propulsor ruso Protón-M colocar en órbita dos satélites de telecomunicaciones, que quedaron fuera de control y se convirtieron en basura espacial potencialmente peligrosa, informó una fuente del sector aeroespacial ruso.
El Protón-M despegó la noche del lunes para poner en órbita los satélites ruso Express-MD2 y el indonesio Telkom. No obstante, los satélites no pudieron separarse del cohete debido a un fallo en el bloque acelerador Briz-M, cuyos motores; según datos preliminares, funcionaron tan sólo siete segundos en lugar de los 18 minutos 5 segundos previstos.
“Tras el fallo el bloque acelerador con ambos satélites quedó fuera de control, aunque visible mediante instrumentos terrestres de observación. La etapa superior del cohete se ha convertido en basura espacial potencialmente peligrosa para otros objetos espaciales”, señaló la fuente.
Según explicó, las posibilidades de corregir el vuelo de los satélites o colocarlos en sus respectivas orbitas operacionales son prácticamente nulas, por lo que los dos aparatos podrían darse por perdidos.
El experto también indicó que, previsiblemente, los lanzamientos de cohetes del tipo Protón-M que incorporan el bloque acelerador Briz-M, fabricado por el Centro ruso de Ingeniería Espacial Jrúnichev, serán suspendidos hasta que se esclarezcan las causas del accidente.

Un fallo en el bloque acelerador impidió esta madrugada al cohete propulsor ruso Protón-M colocar en órbita dos satélites de telecomunicaciones, que quedaron fuera de control y se convirtieron en basura espacial potencialmente peligrosa, informó una fuente del sector aeroespacial ruso.
El Protón-M despegó la noche del lunes para poner en órbita los satélites ruso Express-MD2 y el indonesio Telkom. No obstante, los satélites no pudieron separarse del cohete debido a un fallo en el bloque acelerador Briz-M, cuyos motores; según datos preliminares, funcionaron tan sólo siete segundos en lugar de los 18 minutos 5 segundos previstos.
“Tras el fallo el bloque acelerador con ambos satélites quedó fuera de control, aunque visible mediante instrumentos terrestres de observación. La etapa superior del cohete se ha convertido en basura espacial potencialmente peligrosa para otros objetos espaciales”, señaló la fuente.
Según explicó, las posibilidades de corregir el vuelo de los satélites o colocarlos en sus respectivas orbitas operacionales son prácticamente nulas, por lo que los dos aparatos podrían darse por perdidos.
El experto también indicó que, previsiblemente, los lanzamientos de cohetes del tipo Protón-M que incorporan el bloque acelerador Briz-M, fabricado por el Centro ruso de Ingeniería Espacial Jrúnichev, serán suspendidos hasta que se esclarezcan las causas del accidente.

Al mismo tiempo, un portavoz del Centro de Control de Vuelos Espaciales afirmó que los satélites no suponen por ahora amenaza alguna para la Estación Espacial Internacional (ISS).
“Los satélites no suponen amenaza para la ISS. No se prevé por ahora ninguna maniobra de desviación”, aseguró.
Se trata del séptimo lanzamiento fallido de un vehículo espacial ruso en los últimos tres años. Uno de estos accidentes ocurrió en noviembre de 2011, cuando la sonda Fobos-Grunt, la primera sonda interplanetaria rusa lanzada en 15 años, no pudo tomar rumbo a Marte por un fallo de motores y quedó atrapada en la órbita terrestre, para estrellarse dos meses después en el sur del Pacífico.
Desarrollado por el Centro Jrúnichev en colaboración con Thales Alenia Space, el Express-MD2 es el segundo satélite de la serie MD creado y fabricado por una empresa rusa. Estaba destinado para realizar retransmisiones 24 horas en la red rusa de telecomunicaciones por satélite.
A su vez, el satélite Telkom-3, fabricado por la empresa rusa Sistemas Satelitales de Información Reshetniov para la compañía indonesia РТ Telekomunikasi Indonesia Tbk, tenía que proporcionar comunicaciones en Indonesia e Indochina.

Fuente: RIA Novosti

Programa espacial europeo lanzó cohete Ariane número 50

El lanzamiento número 50 de manera consecutiva de un cohete Ariane 5 fue considerado hoy aquí como un éxito para la Agencia Espacial Europea, en la cual Francia tiene 64 por ciento de su participación.

La nave, con dos satélites de comunicación a bordo y una carga récord de 10,3 toneladas, despegó durante la noche de jueves a viernes desde la base de Kourou, en la Guayana francesa.

El evento fue seguido por medio de una video conferencia por la ministra gala de Educación Superior e Investigación, Geneviéve Fioraso.

La cincuentava misión del portador europeo confirma los resultados de la reorganización iniciada después de la explosión de un cohete tipo ECA, es decir capaz de lanzar dos satélites al mismo tiempo, el 11 de diciembre de 2002.

El lanzamiento número 50 de manera consecutiva de un cohete Ariane 5 fue considerado hoy aquí como un éxito para la Agencia Espacial Europea, en la cual Francia tiene 64 por ciento de su participación.

La nave, con dos satélites de comunicación a bordo y una carga récord de 10,3 toneladas, despegó durante la noche de jueves a viernes desde la base de Kourou, en la Guayana francesa.

El evento fue seguido por medio de una video conferencia por la ministra gala de Educación Superior e Investigación, Geneviéve Fioraso.

La cincuentava misión del portador europeo confirma los resultados de la reorganización iniciada después de la explosión de un cohete tipo ECA, es decir capaz de lanzar dos satélites al mismo tiempo, el 11 de diciembre de 2002.

En 2003 se decidió que todos los trabajos de desarrollo, producción y puesta en órbita del programa Ariane 5 estarían bajo una sola dirección por medio de la filial espacial Astrium.

A partir de entonces se producen entre seis y siete cohetes por año con la colaboración de unas 60 industrias europeas, señaló Alain Charmeau, presidente de Astrium.

Freuchet Michel, director del programa de lanzadores de Astrium, aseguró este viernes que un nuevo cohete, denominado Ariane 5 ME, estará listo en 2017 y será capaz de colocar más de 12 toneladas en órbita geoestacionaria.

Además de Francia, en la Agencia Espacial Europea participan también Alemania, Reino Unido, España y otros países.
 
Fuente: PL

NASA elige tres empresas privadas para construir taxis espaciales

La NASA eligió a tres compañías aeroespaciales para que construyan pequeñas naves con el fin primordial de llevar y traer astronautas a la Estación Espacial Internacional.
Esta es la tercera fase de los esfuerzos de la NASA por hacer que compañías privadas asuman la labor del transbordador espacial, ya retirado de servicio. Las empresas compartirán más de 1.100 millones de dólares.
Dos de las naves son cápsulas similares a las de la era del proyecto Apolo y el diseño de la tercera se parece un poco al de los recientes transbordadores.
Una vez que se construyan las naves, la NASA planea contratar a las compañías privadas para que envíen a los astronautas al espacio antes de los próximos cinco años. Hasta que estén listas, la agencia espacial le está pagando a Rusia para que haga ese trabajo, a razón de 63 millones de dólares por astronauta.
En un comunicado difundido el viernes, Charles Bolden, el administrador de la NASA, dijo que la medida "nos ayudará a mantenernos en el camino para dirigirnos hacia la subcontratación de los vuelos espaciales tripulados".

La NASA eligió a tres compañías aeroespaciales para que construyan pequeñas naves con el fin primordial de llevar y traer astronautas a la Estación Espacial Internacional.
Esta es la tercera fase de los esfuerzos de la NASA por hacer que compañías privadas asuman la labor del transbordador espacial, ya retirado de servicio. Las empresas compartirán más de 1.100 millones de dólares.
Dos de las naves son cápsulas similares a las de la era del proyecto Apolo y el diseño de la tercera se parece un poco al de los recientes transbordadores.
Una vez que se construyan las naves, la NASA planea contratar a las compañías privadas para que envíen a los astronautas al espacio antes de los próximos cinco años. Hasta que estén listas, la agencia espacial le está pagando a Rusia para que haga ese trabajo, a razón de 63 millones de dólares por astronauta.
En un comunicado difundido el viernes, Charles Bolden, el administrador de la NASA, dijo que la medida "nos ayudará a mantenernos en el camino para dirigirnos hacia la subcontratación de los vuelos espaciales tripulados".

La NASA espera que, al tener a firmas privadas que transporten astronautas a la órbita baja de la Tierra, pueda concentrarse en metas a largo plazo de mayor envergadura, como el envío de tripulaciones a algún asteroide cercano y, a la larga, a Marte. Las compañías privadas también pueden ganar dinero en el turismo y en otros negocios no relacionados con la NASA.
Las tres empresas son Boeing Co., de Houston; Space Exploration Technologies, llamada SpaceX, de Hawthorne, California; y Sierra Nevada Corp., de Louisville, Colorado.
Son compañías muy distintas entre sí.
Boeing es una de las empresas espaciales más antiguas y grandes con una larga historia en la construcción y lanzamiento de cohetes y de trabajar con la NASA, colaboración que se remonta a los días del proyecto Mercury. SpaceX es una compañía relativamente nueva iniciada por Elon Musk, que ayudó a crear la empresa de administración de pagos PayPal y dirige la de automóviles eléctricos Tesla Motors. Sierra Nevada lleva 25 años en el negocio espacial, pero la mayor parte de ellos en una escala mucho menor que Boeing.
En línea:
Programa comercial de tripulaciones de la NASA:
http://www.nasa.gov/exploration/commercial/index.html

Entrevista al argentino cerebro de la misión Curiosity a Marte

Momento de alegría, el Curiosity llego a Marte

Miguel San Martín vivió varios años en Río Negro hasta que se fue a estudiar ingieneria con el fin de cumplir su sueño el de investigar el universo.

En los últimos días se puede leer en varios medios internacionales su dedicación al diseño del programa que permitirá al explorador Curiosity descender de forma automática sobre la superficie del astro rojo este lunes 6 de agosto.

La mayoría de los medios dedicados a la ciencia y los nacionales transcriben una note de la BBC que hace mención al Argentino Miguel San Martín recuerda bien el momento en el que supo que quería ser un ingeniero espacial: “Fue en una fría noche de invierno, en 1976, mirando el cielo en la chacra de mi familia en Río Negro, mientras escuchaba por la onda corta de la BBC cómo la nave Viking llegaba a Marte”. San Martín tenía 17 años. Un año después dejaría su Argentina natal y viajaría a Estados Unidos para hacer realidad su sueño. Primero estudió electrónica y luego hizo una maestría en aeronáutica y astronáutica en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Apenas concluyó sus estudios pudo cumplir con una fantasía que tienen millones de niños en todo el mundo: ingresar a la agencia espacial estadounidense, la NASA, meca de la investigación cósmica.

Difícilmente habría podido imaginar este argentino que casi tres décadas más tarde seguiría trabajando para la NASA y sería uno de los máximos responsables del que hoy es el programa más ambicioso de la agencia: la misión Curiosity (Curiosidad) a Marte.

El Curiosity es el vehículo explorador más grande y más sofisticado que ha construido la NASA. Pesa cerca de una tonelada y tiene el tamaño de un auto (el doble que sus antecesores, los rovers Spirit y Opportunity, enviados a la superficie marciana en 2004).

La difícil misión de San Martín es garantizar que este enorme vehículo espacial llegue hasta la superficie de Marte sin un solo rasguño, el próximo lunes a las 5.30 GMT (las 22.30 del domingo en Los Ángeles, donde estarán San Martín y el resto de su equipo del Laboratorio de Ciencia de Marte).

Momento de alegría, el Curiosity llego a Marte

Miguel San Martín vivió varios años en Río Negro hasta que se fue a estudiar ingieneria con el fin de cumplir su sueño el de investigar el universo.

En los últimos días se puede leer en varios medios internacionales su dedicación al diseño del programa que permitirá al explorador Curiosity descender de forma automática sobre la superficie del astro rojo este lunes 6 de agosto.

La mayoría de los medios dedicados a la ciencia y los nacionales transcriben una note de la BBC que hace mención al Argentino Miguel San Martín recuerda bien el momento en el que supo que quería ser un ingeniero espacial: “Fue en una fría noche de invierno, en 1976, mirando el cielo en la chacra de mi familia en Río Negro, mientras escuchaba por la onda corta de la BBC cómo la nave Viking llegaba a Marte”. San Martín tenía 17 años. Un año después dejaría su Argentina natal y viajaría a Estados Unidos para hacer realidad su sueño. Primero estudió electrónica y luego hizo una maestría en aeronáutica y astronáutica en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Apenas concluyó sus estudios pudo cumplir con una fantasía que tienen millones de niños en todo el mundo: ingresar a la agencia espacial estadounidense, la NASA, meca de la investigación cósmica.

Difícilmente habría podido imaginar este argentino que casi tres décadas más tarde seguiría trabajando para la NASA y sería uno de los máximos responsables del que hoy es el programa más ambicioso de la agencia: la misión Curiosity (Curiosidad) a Marte.

El Curiosity es el vehículo explorador más grande y más sofisticado que ha construido la NASA. Pesa cerca de una tonelada y tiene el tamaño de un auto (el doble que sus antecesores, los rovers Spirit y Opportunity, enviados a la superficie marciana en 2004).

La difícil misión de San Martín es garantizar que este enorme vehículo espacial llegue hasta la superficie de Marte sin un solo rasguño, el próximo lunes a las 5.30 GMT (las 22.30 del domingo en Los Ángeles, donde estarán San Martín y el resto de su equipo del Laboratorio de Ciencia de Marte).

No es un videojuego

“Cuando se enteran de que soy responsable del guiado, navegación y control de esta misión muchos imaginan que manejo el Curiosity de forma remota, como si tuviera un joystick y jugara a un videojuego”, se ríe el experto.

La realidad es mucho más compleja: debido a la distancia entre la Tierra y Marte (570 millones de kilómetros) las comunicaciones tienen un retraso de 14 minutos, por lo que controlar el amartizaje en vivo es imposible.

Por eso, San Martín diseñó un software que permite que todo el proceso sea automático.

El desafío será supremo: el Curiosity llegará a la parte más externa de la atmósfera de Marte a 20.000 kilómetros por hora, dentro de una cápsula de protección que es la más grande que ha usado la NASA y empezará a frenar con ayuda de un enorme paracaídas, también de proporciones récord.

Diez minutos antes de llegar a la superficie, el rover se desprenderá de su cápsula y seguirá el resto del camino dentro de una grúa espacial que se encargará de depositarlo, utilizando retropropulsores y un sistema de cables, sobre el planeta rojo.

“Los llamamos los siete minutos de terror: es el tiempo que tardará el descenso. La nave tiene que accionar 76 dispositivos distintos en ese tiempo para que todo salga con éxito”, explicó San Martín.

Se trata de una tecnología nueva. Hasta ahora los rovers descendían con ayuda de bolsas de aire que servían como amortiguadores. Pero debido al peso del Curiosity ese sistema debió descartarse.

San Martín y su equipo crearon un nuevo sistema de navegación que permitirá que el Curiosity llegue en autopiloto hasta el lugar preciso donde deberá llevar a cabo su labor: el cráter de Gale, uno de los lugares más profundos de Marte.

Los expertos de la NASA no podrán mirar lo que está pasando durante el amartizaje, sólo tendrán dos referencias: la información codificada que les llegará desde satélites que orbitan Marte y tonos de radiofrecuencia que se activarán con las diversas acciones que se van suscitando.

Una vida dedicada a Marte

A pesar de que la primera misión de la NASA a Marte, el Viking, acaparó la atención del mundo en 1976 –e inspiró al joven San Martín- los resultados no fueron los esperados.

“Marte es el planeta más cercano a la Tierra y había mucha expectativa de que allí se encontraría vida”, recuerda el ingeniero espacial.

Esa “decepción” llevó a que el mundo perdiera el interés en el planeta rojo. Pasaron más de dos décadas hasta que la NASA volvió a organizar una nueva misión: esta vez para llevar hasta Marte los vehículos rover, que -a diferencia del Viking, que era una estación fija- permitiría la exploración.

Fue así como en 1997 San Martín terminó trabajando en la misión Pathfinder, que llevó hasta Marte al primer rover, el Sojourner.

“Cuando seguí la transmisión de la primera misión a Marte de chico nunca imaginé que estaría trabajando en la siguiente misión”, se emocionó.

Según el experto, lo que impulsó esas primeras misiones sigue siendo lo mismo que impulsa ahora el proyecto Curiosity: saber si alguna vez existió vida en otro planeta.

Para averiguarlo, el rover transportará el Laboratorio Científico Marte (MSL, por sus siglas en inglés), el más avanzado hasta ahora, que se encargará de estudiar si hay o hubo alguna vez condiciones para el desarrollo de la vida en Marte.

Una cuestión del azar

Los expertos creen que el cráter de Gale, el cual, si todo sale bien, el Curiosity estará recorriendo durante los próximos dos años, podría revelar muchas pistas nuevas, ya que la NASA detectó desde órbita la presencia de arcillas en ese lugar, algo que relacionan con la presencia de agua en algún momento del pasado.

Para San Martín, la evidencia que se halle dependerá en gran medida de la suerte.

“Buscar lugares propicios para la vida desde órbita es más arte que ciencia”, aseguró.

“Uno planea lo mejor posible pero nunca sabe qué encontrará. El Spirit tardó años en buscar información valiosa mientras que el Opportunity apenas llegó, sacó una foto que fue todo un descubrimiento”, ejemplificó.

También el descenso exitoso del Curiosity dependerá en parte del azar.

“Hemos calculado todos los riesgos posibles, incluyendo los factores que ya sabemos que no vamos a conocer, como el viento”, explicó San Martín.

“Lo que me quita el sueño de noche son aquellas cosas que no sabemos que no sabemos: esos imprevistos que podrían arruinar la misión”, se sinceró.

No obstante, el veterano de la NASA apuesta a que todo saldrá bien. Incluso, ya sabe en qué bar de Los Ángeles celebrará con su equipo toda la noche una vez que el Curiosity esté firmemente sobre la superficie de Marte.

Fuente: Lo Principal