Rusia aspira a explorar Júpiter y Saturno con el nuevo proyecto de Roscosmos

 

Tres nuevos proyectos marcarán el futuro de la actividad espacial durante los próximos años.

Roscosmos, la Agencia Espacial Federal de Rusia, planea gastar 2.100 millones de rublos (unos 70 millones de dólares) en “la elaboración de los aparatos y sistemas espaciales del futuro”.

La agencia anunció tres concursos diferentes para seleccionar a las empresas que recibirán la suma asignada para ocuparse del desarrollo del sector.

El primer concurso debe determinar quién llevará a cabo los estudios relacionados con la creación de complejos espaciales avanzados, incluido su aspecto físico, “conforme a los objetivos y prioridades de la política de innovación de Rusia”.

 

Tres nuevos proyectos marcarán el futuro de la actividad espacial durante los próximos años.

Roscosmos, la Agencia Espacial Federal de Rusia, planea gastar 2.100 millones de rublos (unos 70 millones de dólares) en “la elaboración de los aparatos y sistemas espaciales del futuro”.

La agencia anunció tres concursos diferentes para seleccionar a las empresas que recibirán la suma asignada para ocuparse del desarrollo del sector.

El primer concurso debe determinar quién llevará a cabo los estudios relacionados con la creación de complejos espaciales avanzados, incluido su aspecto físico, “conforme a los objetivos y prioridades de la política de innovación de Rusia”.

De acuerdo con lo establecido en las bases, el ganador del concurso debe determinar las características básicas de todos los futuros vehículos espaciales rusos, como por ejemplo vehículos de lanzamiento, y la infraestructura necesaria. Entre otros, estos aparatos espaciales incluyen sondas para estudiar el Sol, la Luna, Marte (en el marco de los proyectos de ExoMars y Mars-Grunt), Júpiter y Saturno.

El segundo concurso decidirá a la corporación que se encargará de estudiar los problemas del desarrollo de la tecnología espacial y redactar documentos teóricos como el proyecto de Programa Espacial Federal de Rusia para los años 2016-2025, entre otros.

El tercer contrato se adjudicará al estudio de los problemas de la actividad espacial en Rusia hasta el año 2030 y la redacción de documentos que definirán la política estatal de Rusia en este ámbito.

Fuente: RT

Saltó desde la estratósfera para superar la barrera del sonido

 

El austríaco Felix Baumgartner habría alcanzado una velocidad de 1.137 kilómetros por hora. La caída libre duró 4 minutos y 19 segundos. Millones de personas siguieron la proeza en directo.

Después del intento frustrado del martes y las demoras de ayer, el deportista de alto riesgo austríaco Felix Baumgartner habría logrado romper la barrera del sonido en caída libre tras realizar en forma exitosa un salto récord desde poco más de 39 mil metros de altura sobre el suelo de Nuevo México, al sudeste de los Estados Unidos.

Baumgartner (43) logró la caída libre más rápida de la historia y habría alcanzado una velocidad de 1.137 kilómetros por hora durante los cuatro minutos y los 19 segundos anteriores a la apertura del paracaídas, dijo Sarah Anderson, la portavoz de la misión Red Bull Stratos. Son datos preliminares que deberán de ser ratificados por expertos independientes y que sitúan su caída libre en una punta de velocidad de 373 metros por segundo.

En condiciones normales, en la atmósfera terrestre la velocidad del sonido es de 1.234 kilómetros por hora, mientras que en la estratósfera se puede alcanzar con unos 1.110 debido a la menor resistencia del aire, según explicó el equipo de la misión.

“Creo que han caído 20 toneladas sobre mis hombros. Me preparé para esto durante siete años”, dijo en alemán al canal austríaco ServusTV, en su primera entrevista tras el salto.

Durante el ascenso en una cápsula impulsada por un globo aerostático y la posterior caída, el austríaco batió varias marcas: el mayor ascenso en un globo aerostático tripulado, el salto al vacío desde mayor altura, perteneciente hasta ahora al ex coronel de la Fuerza Aérea estadounidense Joe Kittinger (31.333 metros en 1960) y la ruptura de la barrera del sonido.

 

El austríaco Felix Baumgartner habría alcanzado una velocidad de 1.137 kilómetros por hora. La caída libre duró 4 minutos y 19 segundos. Millones de personas siguieron la proeza en directo.

Después del intento frustrado del martes y las demoras de ayer, el deportista de alto riesgo austríaco Felix Baumgartner habría logrado romper la barrera del sonido en caída libre tras realizar en forma exitosa un salto récord desde poco más de 39 mil metros de altura sobre el suelo de Nuevo México, al sudeste de los Estados Unidos.

Baumgartner (43) logró la caída libre más rápida de la historia y habría alcanzado una velocidad de 1.137 kilómetros por hora durante los cuatro minutos y los 19 segundos anteriores a la apertura del paracaídas, dijo Sarah Anderson, la portavoz de la misión Red Bull Stratos. Son datos preliminares que deberán de ser ratificados por expertos independientes y que sitúan su caída libre en una punta de velocidad de 373 metros por segundo.

En condiciones normales, en la atmósfera terrestre la velocidad del sonido es de 1.234 kilómetros por hora, mientras que en la estratósfera se puede alcanzar con unos 1.110 debido a la menor resistencia del aire, según explicó el equipo de la misión.

“Creo que han caído 20 toneladas sobre mis hombros. Me preparé para esto durante siete años”, dijo en alemán al canal austríaco ServusTV, en su primera entrevista tras el salto.

Durante el ascenso en una cápsula impulsada por un globo aerostático y la posterior caída, el austríaco batió varias marcas: el mayor ascenso en un globo aerostático tripulado, el salto al vacío desde mayor altura, perteneciente hasta ahora al ex coronel de la Fuerza Aérea estadounidense Joe Kittinger (31.333 metros en 1960) y la ruptura de la barrera del sonido.

Sin embargo, no pudo quebrar la marca de la caída libre más larga, ya que sus 4 minutos 19 segundos quedaron cortos ante los 4 minutos 36 segundos de Kittinger.

Una de las primeras personas que lo felicitó fue el presidente de Austria, Heinz Fischer. “Felicito calurosamente a Felix Baumgartner por este gran éxito, que se logró con coraje y perseverancia”, dijo y agregó por Facebook que Austria “está orgullosa” de su logro.

Ascenso y descenso. El ascenso, que duró más de dos horas, comenzó a las 9.30 local, 12.30 de Argentina. Tras alcanzar la altura prevista, levemente por encima de los 39 mil metros, y tras revisar que todas las condiciones para el salto se cumplieran, Baumgartner saltó al vacío. Luego de una decena de segundos alcanzó la velocidad máxima del trayecto.

Luego, el austriaco abrió su paracaídas y tocó tierra, donde fue recibido por un fotógrafo y otras persona. Durante el ascenso, se registró un problema menor: falló uno de los calefactores de la placa frontal del casco de Baumgartner, lo que empañaba su visión. Sin embargo, tras sopesar las opciones, la misión decidió seguir adelante. “Finalmente decidí saltar. Y fue la decisión correcta”, señaló Baumgartner luego de aterrizar.

Este era el segundo intento del equipo, luego de que la semana pasada las condiciones climáticas impidieran concretar la hazaña. El mayor riesgo que enfrentaba el paracaidista era la posibilidad de girar fuera de control, lo que podría hacerle perder el conocimiento. Pero desde el momento en que saltó de la cápsula, logró controlar su postura y mantener el control de la caída pese a algunos tumbos. Reconoció que en un momento pensó “que perdía la conciencia”.

Los riesgos eran considerables si se tiene en cuenta que si el traje especial presurizado que llevaba el austríaco se rompía, su sangre herviría debido a la presión extrema causada por la altitud.

Importancia extra

Trajes espaciales. Con este salto, la Nasa también podría certificar una nueva generación de trajes espaciales para proteger a los astronautas.

20 segundos de retraso

La hazaña fue seguida en directo por varios millones de personas en una retransmisión en diferido, en caso de que ocurriera un accidente. Por insistencia de Baumgartner, 30 cámaras grabaron la hazaña. Aunque se dijo que sería transmitida en vivo, en realidad tuvo un retraso de unos 20 segundos.

Fuente: La Voz del Interior

El transbordador Endeavour llega a su destino final

 

El transbordador Endeavour, el último de la flota de la NASA que marcó una era en la exploración espacial estadounidense, aterrizó ayer en Houston (Texas), a lomos de un Boeing 747, en su viaje final con destino a un museo en Los Ángeles (California).

Miles de personas en la "costa espacial" de Florida despidieron esta mañana al Endeavour que, aupado por un avión, emprendió su último viaje dejando atrás sueños científicos realizados y empleos perdidos.

Un avión Boeing 747, de la agencia espacial estadounidense NASA, levantó vuelo a la hora 11.22 GMT llevando en su lomo al más joven de la flota de cinco transbordadores espaciales.

El 747, junto al "Pathfinder", un C-9 que vigila las condiciones meteorológicas para la travesía, realizó varios vuelos sobre el Centro Espacial Kennedy y Cabo Cañaveral y, luego, tomó rumbo al oeste, con pasadas a baja altura sobre el Centro Espacial Stennis en Misisipi y la Instalación Michoud de ensamblaje de la NASA en Nueva Orleans.

El dúo aterrizó en Houston (Texas) a las 15.40 GMT.

El jueves el transbordador y su transporte emprenderán vuelo hacia California, donde la nave que entre 1992 y 2011 pasó 299 días en 4.671 órbitas de la Tierra, que sumaron 197.761.261 kilómetros, será llevada a un museo.

Entre quienes observaron los varios vuelos a baja altura del Boeing 747 y su "jinete" en Houston estuvo el astronauta Mark Kelly, quien el año pasado comandó la misión final del Endeavour a la Estación Espacial Internacional (EEI), que fue a su vez la penúltima de un transbordador.

"Es algo impresionante, hay que verlo", dijo Kelly a la televisión de la NASA. "Es asombroso ver algo que pesa más de 88 toneladas sujeto encima de otro avión, volando".

Cuando el transbordador se acopló en la EEI el comandante Mark Kelly saludó a su hermano mellizo Scott Kelly, quien formaba parte de la tripulación del puesto espacial que orbita a unos 385 kilómetros de la Tierra.

 

El transbordador Endeavour, el último de la flota de la NASA que marcó una era en la exploración espacial estadounidense, aterrizó ayer en Houston (Texas), a lomos de un Boeing 747, en su viaje final con destino a un museo en Los Ángeles (California).

Miles de personas en la "costa espacial" de Florida despidieron esta mañana al Endeavour que, aupado por un avión, emprendió su último viaje dejando atrás sueños científicos realizados y empleos perdidos.

Un avión Boeing 747, de la agencia espacial estadounidense NASA, levantó vuelo a la hora 11.22 GMT llevando en su lomo al más joven de la flota de cinco transbordadores espaciales.

El 747, junto al "Pathfinder", un C-9 que vigila las condiciones meteorológicas para la travesía, realizó varios vuelos sobre el Centro Espacial Kennedy y Cabo Cañaveral y, luego, tomó rumbo al oeste, con pasadas a baja altura sobre el Centro Espacial Stennis en Misisipi y la Instalación Michoud de ensamblaje de la NASA en Nueva Orleans.

El dúo aterrizó en Houston (Texas) a las 15.40 GMT.

El jueves el transbordador y su transporte emprenderán vuelo hacia California, donde la nave que entre 1992 y 2011 pasó 299 días en 4.671 órbitas de la Tierra, que sumaron 197.761.261 kilómetros, será llevada a un museo.

Entre quienes observaron los varios vuelos a baja altura del Boeing 747 y su "jinete" en Houston estuvo el astronauta Mark Kelly, quien el año pasado comandó la misión final del Endeavour a la Estación Espacial Internacional (EEI), que fue a su vez la penúltima de un transbordador.

"Es algo impresionante, hay que verlo", dijo Kelly a la televisión de la NASA. "Es asombroso ver algo que pesa más de 88 toneladas sujeto encima de otro avión, volando".

Cuando el transbordador se acopló en la EEI el comandante Mark Kelly saludó a su hermano mellizo Scott Kelly, quien formaba parte de la tripulación del puesto espacial que orbita a unos 385 kilómetros de la Tierra.

Al amanecer de este jueves 20 de septiembre, el 747 y el Endeavour partirán de Houston.

Harán una escala de reabastecimiento en el Aeródromo Biggs del Ejército en El Paso (Texas) con vuelos bajos sobre la Instalación de Pruebas White Sands cerca de Las Cruces (Nuevo México) y el Centro Dryden de Investigación de Vuelos de la Nasa, cerca de la Base Edwards de la Fuerza Aérea en California, antes de aterrizar al mediodía en Dryden.

El viernes, el 747 y su carga partirán de Dryden con vuelos bajos sobre el norte de California, cerca del Centro Ames de Investigación de la NASA en Moffett Field, y sobre varias ciudades incluidas Sacramento y San Francisco.

El avión hará un vuelo de baja altura sobre varias áreas de Los Ángeles antes de aterrizar alrededor del mediodía (hora local).

Los transbordadores estadounidenses, de los cuales tres se perdieron en conflagraciones que costaron la vida a 14 astronautas, fueron vehículos esenciales para la construcción de la EEI, un proyecto de más de 100.000 millones de dólares en el cual participan dieciséis países.

El Endeavour atracó una vez en una estación espacial rusa Mir y 12 veces en la EEI.

El 11 de octubre del año pasado. la NASA transfirió el título y la propiedad de la nave al Centro de Ciencia Espacial de California y, a pesar de la demora de un día, la agencia mantiene su programa de traslado del Endeavour al Aeropuerto Internacional de Los Ángeles el viernes 21 de septiembre.

Estados Unidos terminó el programa de los transbordadores el año pasado y ahora trabaja en asociación con la industria privada para la construcción de otros tipos de vehículos que transporten a los astronautas hasta órbitas cercanas a la Tierra.

Los transbordadores fueron vehículos diseñados para partir hacia órbita como cohetes y retornar a tierra como planeadores, con una bodega de carga que llevó miles de piezas de equipo a la EEI, un brazo robótico que ayudó en la construcción espacial y capacidad para media docena de astronautas.

Fuente: La Jornada

La sonda Voyager 1 detecta un aumento en los rayos cósmicos

Lanzadas en 1977 para realizar un largo viaje por los planetas exteriores, la buena suerte hizo que las sondas gemelas Voyager tomaran la dirección del movimiento del Sol relativo a las estrellas cercanas. Treinta y cinco años más tarde , la Voyager 1 parece a punto llegar a la frontera entre la heliosfera solar y el espacio interestelar.

Lanzadas en 1977 para realizar un largo viaje por los planetas exteriores, la buena suerte hizo que las sondas gemelas Voyager tomaran la dirección del movimiento del Sol relativo a las estrellas cercanas. Treinta y cinco años más tarde , la Voyager 1 parece a punto llegar a la frontera entre la heliosfera solar y el espacio interestelar.

La heliosfera es el reino del Sol definido por la influencia del viento solar y del campo magnético solar. ¿Cómo se puede saber, sin embargo, cuando una sonda cruza la frontera hacia el espacio interestelar? Una pista podría ser un aumento repentino en la detección de rayos cósmicos. Las partículas de alta energía atraviesan el espacio interestelar aceleradas por supernovas distantes de nuestra galaxia, pero normalmente son desviadas o ralentizadas por la heliosfera. Este gráfico cubre un período de 12 meses (septiembre de 2011 a septiembre de 2012) y muestra el espectacular aumento de la tasa de detección de partículas de rayos cósmicos por la sonda Voyager 1 en los últimos meses. Actualmente, la Voyager 1 se encuentra a 18 millones de kilómetros (17 horas luz, 122 unidades astronómicas) del Sol. Pronto será la primera sonda procedente de la Tierra que penetre en el reino de las estrellas.

Fuente: LIADA

Adiós al asteroide gigante Vesta

Los controladores de la misión DAWN recibieron la confirmación que la nave espacial de la NASA había escapado ya de la suave gravedad del asteroide gigante Vesta. Oficialmente ahora esta en su camino hacia su segundo destino, el planeta enano Ceres.

Dawn partió de Vesta en las primeras horas del 5 de Septiembre. Las comunicaciones desde la nave a través de la Red de Espacio Profundo de la NASA confirmaron su salida y que la nave está ahora viajando hacia Ceres.

Los controladores de la misión DAWN recibieron la confirmación que la nave espacial de la NASA había escapado ya de la suave gravedad del asteroide gigante Vesta. Oficialmente ahora esta en su camino hacia su segundo destino, el planeta enano Ceres.

Dawn partió de Vesta en las primeras horas del 5 de Septiembre. Las comunicaciones desde la nave a través de la Red de Espacio Profundo de la NASA confirmaron su salida y que la nave está ahora viajando hacia Ceres.

"Ahora le decimos adiós a Vesta y queda por reflexionar sobre los asombrosos descubrimientos obtenidos en este tiempo, ansiosamente esperamos a la próxima fase de nuestra aventura en Ceres, donde esperan aún más emocionantes descubrimientos", dijo Robert Mase, Gerente del Proyecto Dawn, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, que fue lanzada el 27 de septiembre de 2007 y que Dawn se ubicó en órbita alrededor de Vesta el 16 de julio de 2011.

Durante el año pasado, Dawn ha examinado exhaustivamente este mundo previamente desconocido, revelando un bloque planetario exótico y diverso. Los resultados están ayudando a los científicos a traer luz sobre algunos de los secretos de cómo se formó el sistema solar, incluyendo nuestra propia Tierra.

Dawn se mueve en espiral alejándose de Vesta tan suavemente como llegó. Su siguiente puerto de escala es Ceres, a principios de 2015.

Luis Mansilla
COORDINADOR ADJUNTO
SECCION ASTEROIDES LIADA
WEB
https://sites.google.com/site/seccionasteroidesliada/home
BLOG http://asteroides-liada.blogspot.com/
CORREO asteroides.liada@gmail.com
FORO asteroides-liada@gruposyahoo.com.ar
"53 Años … Semper Observandum"