La primera taikonauta

Hace pocos días se confirmó la presencia de dos mujeres pilotos dentro del segundo grupo de astronautas chinos, llamados "Taikonautas" en esta parte del mundo, aunque sabemos que ellos no se denominan a sí mismos de esa manera y una de ellas, llamada Wang Yaping, ya fue presentada en algunos medios de su país.
 
La Agencia Espacial China sigue manteniendo el hermetismo de siempre, sin embargo, hace algunos meses, trascendió el egreso del segundo grupo de astronautas, dentro de los cuales se hallan estas dos mujeres.

Wang Yaping, de 32 años es Capitán de Aviación del Ejército de la República Popular China,  junto a otra colega, no identificada aún, fue seleccionada en marzo de este año, pero recién pudo ser vista recientemente en noticieros de su país, lo que facilitó que trascendiera su identidad.

Hace pocos días se confirmó la presencia de dos mujeres pilotos dentro del segundo grupo de astronautas chinos, llamados "Taikonautas" en esta parte del mundo, aunque sabemos que ellos no se denominan a sí mismos de esa manera y una de ellas, llamada Wang Yaping, ya fue presentada en algunos medios de su país.
 
La Agencia Espacial China sigue manteniendo el hermetismo de siempre, sin embargo, hace algunos meses, trascendió el egreso del segundo grupo de astronautas, dentro de los cuales se hallan estas dos mujeres.

Wang Yaping, de 32 años es Capitán de Aviación del Ejército de la República Popular China,  junto a otra colega, no identificada aún, fue seleccionada en marzo de este año, pero recién pudo ser vista recientemente en noticieros de su país, lo que facilitó que trascendiera su identidad.

Los chinos ya planeaban de antemano incluír mujeres dentro de su segundo grupo de astronautas ya que, paralelamente a esta selección, hubo un grupo de quince precandidatas, entre las que se encontraba Yaping.

Wang Yaping nació en abril de 1978, tiene otras dos hermanas y está casada con otro piloto de Aviación del Ejército chino llamado Zhao Peng, se desconoce si tiene hijos, aunque, fuentes confiables, señalan que muy probablemente tendría un niño de dos o tres años.

La nueva Taikonauta está entrenando en el Centro de entrenamiento Espacial , cerca de la ciudad de Beiging con miras a la misión Shenzhou 10, la cual prevee el acople con la primera estación espacial china , la Tiangong 1 a mediados de 2012.
 
http://prensaespacial.blogspot.com/2010/11/la-primera-taikonauta.html

Diego César Córdova
Coordinador Sección Astronáutica
LIADA – Liga Iberoamericana de Astronomía
Lic. Periodismo y Comunicaciones

El 1º satélite de observación argentino cumple diez años

Construido íntegramente en el país en el marco del Plan Espacial Nacional, fue lanzado desde los Estados Unidos el 21 de noviembre de 2000.

Brinda información territorial, continental y marítima de diversas aplicaciones.

El primer satélite de teleobservación argentino, el SAC-C, cumplirá mañana diez años en órbita, duplicando la expectativa mínima de vida para la que fue diseñado.

A las 16:55 del día 21 de noviembre de 2000 llegó al espacio, creado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y fue la primera misión satelital operativa de teledetección del Plan Espacial Nacional, realizada en cooperación con la NASA como socio principal, y con participación de otras agencias espaciales como la italiana, la francesa y la brasileña.

Construido íntegramente en el país en el marco del Plan Espacial Nacional, fue lanzado desde los Estados Unidos el 21 de noviembre de 2000.

Brinda información territorial, continental y marítima de diversas aplicaciones.

El primer satélite de teleobservación argentino, el SAC-C, cumplirá mañana diez años en órbita, duplicando la expectativa mínima de vida para la que fue diseñado.

A las 16:55 del día 21 de noviembre de 2000 llegó al espacio, creado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y fue la primera misión satelital operativa de teledetección del Plan Espacial Nacional, realizada en cooperación con la NASA como socio principal, y con participación de otras agencias espaciales como la italiana, la francesa y la brasileña.

“El SAC-C nos dio muchas satisfacciones y posiblemente nos siga dando”, expresó Conrado Varotto, Director Ejecutivo y Técnico de la CONAE. “Muchas cosas han sucedido en estos 10 años en el campo espacial en nuestro país y mucho le debemos al SAC-C.

En el área de aplicaciones, pudimos proveer información sobre nuestro territorio continental y marítimo, que resultó muy útil para diversos sectores de la producción, la academia, la educación, la salud, el clima, las emergencias, la planificación territorial, la energía, la protección del medio ambiente y la seguridad. Y nuestro SAC-C se ha portado muy, pero muy bien”, destacó orgulloso el responsable de la agencia espacial argentina.

Y, en rigor de verdad, sus palabras no hacen más que reflejar lo que el satélite certifica con sus numerosas labores.

Por ejemplo, realiza el monitoreo de la calidad del agua de los océanos, detectando floraciones de algas nocivas. También el seguimiento de volcanes, aportando vital información sobre la erupción de El Chaitén, en Chile.

Además, sirve para la vigilancia de plagas agrícolas, asistiendo al Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires en determinación de áreas a tratar en 28 partidos.

Sin embargo, los usos son muy variados y muchos.

En obras hídricas, por caso, en la descarga de la Laguna La Picasa al Río Paraná y en estimación de superficies inundadas. Igualmente, en el monitoreo de incendios y sequía en Córdoba y el alud de lodo en Tartagal, Salta, y colaborando con otros organismos como el Instituto Nacional del Agua (INA), que elabora alertas de riesgo hidrológico y evaluaciones de emergencias hídricas; la Secretaría de Agricultura, Pesca y Alimentación, el INTA, la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, entre otros usuarios del sector estiman cosechas; inventarios forestales por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable.

Proyectos de investigación científica en universidades, institutos del CONICET y centros del exterior.

El desarrollo y construcción del SAC-C estuvo en manos de profesionales del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y de empresas de tecnología como INVAP, contratista principal del satélite.

El equipo congregó a más de 250 ingenieros electrónicos, mecánicos y aeronáuticos; también a matemáticos y físicos, y a otras especialidades del ámbito de las ciencias aplicadas. La coordinación estuvo a cargo de profesionales de la CONAE, en su rol de “arquitecto” espacial.

“Fue la primera vez que se construyó un satélite de la complejidad del SAC-C en la Argentina”, señala el ingeniero Fernando Hisas, asesor de Proyectos Satelitales de la CONAE.

“Esto significó aprender a resolver diversas problemáticas, hacer las primeras cámaras para volar en el espacio y cumplir con los requerimientos de calidad de una misión operativa.”

http://satelitesargentinos.blogspot.com/2010/11/el-primer-satelite-de-observacion.html
http://www.fcagr.unr.edu.ar/mdt/GTS/sacc.htm

José Ramos – LIADA

Proponen viaje a Marte sin retorno

El prestigioso físico y cosmólogo Paul Davies, de la Universidad Estatal de Arizona, y su colega Dirk Schulze-Makuch, de la Universidad de Washington, acaban de publicar en «Journal of Cosmology» un extenso artículo en el que explican la necesidad, y la urgencia, de enviar seres humanos a Marte sin billete de vuelta. Es decir, astronautas que emprendan el viaje sabiendo que nunca regresarán a la Tierra.

 

 ABC.Los astronautas establecerán colonias permanentes en Marte «Una misión tripulada a Marte -explica el artículo- es algo tecnológicamente posible, pero enormemente costoso y que requiere de grandes compromisos tanto políticos como financieros. Una solución creativa a este dilema podría ser el envío de misiones humanas a Marte solo de ida (…). Nuestra propuesta reduciría los costes a una fracción de los actuales».
En efecto, la mayor parte del coste de una futura misión a Marte no está en llevar seres humanos hasta allí, sino en traerlos de regreso a casa. Por no hablar de la necesidad de años enteros de rehabilitación una vez terminado el viaje, que no serían necesarios «si los astronautas se quedaran en el ambiente de baja gravedad de Marte».
Los científicos, que abogan por recuperar el mismo espíritu de exploración que impulsó a hombres como Colón o Amundsen, aseguran que, sobre la base de una misión solo de ida al Planeta Rojo, se desarrollaría todo un programa de exploración largo y estable. Inicialmente habría que enviar dos naves, con dos tripulantes cada una y con todos los pertrechos necesarios para una larga permanencia. Al estar todo duplicado, una nave podría auxiliar a la otra en caso de emergencia o necesidad.
Antes de la llegada de los primeros humanos, sin embargo, una flotilla de misiones no tripuladas habría llevado hasta el lugar elegido del mundo vecino los materiales, vehículos, herramientas y provisiones para sobrevivir varios años. Los astronautas, además, recibirían periódicamente suministros y provisiones de la Tierra, hasta que la incipiente colonia no fuera capaz de conseguir su sustento del propio Marte. Algo que, según los científicos, podría tardar décadas enteras en llegar.

El prestigioso físico y cosmólogo Paul Davies, de la Universidad Estatal de Arizona, y su colega Dirk Schulze-Makuch, de la Universidad de Washington, acaban de publicar en «Journal of Cosmology» un extenso artículo en el que explican la necesidad, y la urgencia, de enviar seres humanos a Marte sin billete de vuelta. Es decir, astronautas que emprendan el viaje sabiendo que nunca regresarán a la Tierra.

 

 ABC.Los astronautas establecerán colonias permanentes en Marte «Una misión tripulada a Marte -explica el artículo- es algo tecnológicamente posible, pero enormemente costoso y que requiere de grandes compromisos tanto políticos como financieros. Una solución creativa a este dilema podría ser el envío de misiones humanas a Marte solo de ida (…). Nuestra propuesta reduciría los costes a una fracción de los actuales».
En efecto, la mayor parte del coste de una futura misión a Marte no está en llevar seres humanos hasta allí, sino en traerlos de regreso a casa. Por no hablar de la necesidad de años enteros de rehabilitación una vez terminado el viaje, que no serían necesarios «si los astronautas se quedaran en el ambiente de baja gravedad de Marte».
Los científicos, que abogan por recuperar el mismo espíritu de exploración que impulsó a hombres como Colón o Amundsen, aseguran que, sobre la base de una misión solo de ida al Planeta Rojo, se desarrollaría todo un programa de exploración largo y estable. Inicialmente habría que enviar dos naves, con dos tripulantes cada una y con todos los pertrechos necesarios para una larga permanencia. Al estar todo duplicado, una nave podría auxiliar a la otra en caso de emergencia o necesidad.
Antes de la llegada de los primeros humanos, sin embargo, una flotilla de misiones no tripuladas habría llevado hasta el lugar elegido del mundo vecino los materiales, vehículos, herramientas y provisiones para sobrevivir varios años. Los astronautas, además, recibirían periódicamente suministros y provisiones de la Tierra, hasta que la incipiente colonia no fuera capaz de conseguir su sustento del propio Marte. Algo que, según los científicos, podría tardar décadas enteras en llegar.

No es una misión suicida
Davies y Schulze-Makuch subrayan que no se trata de una «misión suicida» en la que los astronautas son abandonados en un lugar hostil. Al contrario, el lugar de aterrizaje se buscaría con sumo cuidado, teniendo en cuenta la existencia de refugios naturales (cuevas y tubos de lava como los que muestra la imagen), minerales y agua. Recibiendo además, la citada ayuda periódica, los primeros astronautas dispondrían de todo lo necesario para construir una especie de "campamento base" que, una vez terminado, serviría para acoger a más colonos.
"Existen -se asegura en el artículo- numerosas razones que justifican el establecimiento de una colonia en Marte. Somos una especie vulnerable que vive en una parte de la galaxia en la que los acontecimientos cósmicos, como el impacto de asteroides y cometas o la explosión de supernovas, suponen una significativa amenaza para la vida en la Tierra, especialmente para la vida humana. (…) Así, la colonización de otros mundos es una necesidad si la especie humana quiere sobrevivir a largo plazo. Los primeros objetivos potenciales para colonizar podrían ser los asteroides, la Luna y Marte. (…) Marte es, de lejos, el más prometedor para soportar una colonización continuada, ya que en muchos aspectos es similar a la Tierra".
Los invetsigadores afirman también que estos asentamientos permenentes ofrecerían a la Humanidad "un bote salvavidas" en el caso de producirse una gran catástrofe en la Tierra. Y serían, a la vez, la mejor forma de resolver, de una vez por todas, algo que hasta ahora ninguna misión robótica ha logrado: establecer si en Marte hubo vida alguna vez y si, de alguna forma, esa vida ha logrado sobrevivir hasta la actualidad.
El éxito del proyecto que proponen Davies y Schulze-Makuch depende de que se cumplan a rajatabla tres fases: la cuidadosa elección del lugar de aterrizaje, utilizando todos los datos de las misiones actuales y futuras al Planeta Rojo; el establecimiento previo de una base no habitada pero con los recursos necesarios para sustentar la vida humana; y el envío de astronautas dispuestos a realizar un vieje sólo de ida, sin esperanza alguna de regresar a la Tierra.
Mayores y con experiencia
La selección de esta primera tripulación deberá realizarse teniendo en cuenta varios factores: en primer lugar, sería preferible que los primeros colonos hayan superado su edad reproductiva, y que sus esperanzas de vida estén por debajo de los veinte años; en segundo, que se envíen dos naves diferentes con dos astronautas en cada una. Uno de los cuatro colonos debería ser un físico experimentado, y el resto deberá tener amplios conocimientos científicos y técnicos, así como un fuerte compromiso con la investigación científica y la exploración.
Aunque parezca mentira, la NASA cuenta ya con voluntarios de sobra para realizar una misión de estas características. Y todos ellos se ajustan al perfil requerido por Davies y Schulze-Makuch. Una vez llegados a la base, sus tareas no serían muy diferentes de las que realizaron en su día los primeros colonos de Norte América, sólo que con recursos y herramientas mucho más sofisticadas. Enriquecer el terreno hasta hacerlo apto para el cultivo, construir refugios para futuros colonos y para sí mismos, recolectar los materiales necesarios para ampliar la colonia… y poner a punto su propia biosfera, un entorno capaz de aprovechar los recursos del planeta para su propia supervivencia.
Los primeros astronautas, además, habrán recibido un intenso entrenamiento tanto físico como psicológico antes de emprender su misión, y mantendrán, una vez allí, contacto permanente con la Tierra por medio de email, radio y videoconferencia. Los autores del artículo subrayan que, en plena era de las comunicaciones, estos primeros colonos marcianos estarán «más conectados a casa que los primeros exploradores antárticos».
Programa reproductivo
Según Davies y Schulze-Makuch, en apenas unas décadas la población humana de Marte podría haber crecido hasta los 150 individuos, lo que supone «un pull genético viable y que permitirá la posibilidad de llevar a cabo un programa reproductivo a largo plazo».
Concluye el artículo subrayando que, en nuestro Sistema Solar, Marte es el planeta que "está razonablemente más cercano" a tener los recursos necesarios para hacer posible este proyecto de colonización. «Aquí, proponemos la forma más pragmática para conseguir este objetivo estableciendo primero una base robotizada permanente que será seguida por una serie de misiones tripuladas, solo de ida, a Marte».

Fuente: ABC

Cápsula Espacial, boletín del Departamento Astronáutica de la AEA

Cápsula Espacial
Boletín del Departamento Astronáutica de la Asociación Entrerriana de Astronomía
Por Juan Manuel Biagi

Hacia mucho tiempo que había ganas de hacer algo para todos aquellos a los que les gusta tanto la astronáutica como la astronomía, y en una forma monográfica, sencilla y fácil de entender, con muchas fotos y datos técnicos, del cual se puede desplegar todo cuanto uno investiga acerca de un tema…

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Investigación Espacial Argentina:
Pasado, presente y futuro.

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Apollo 11 : El gran paso a la exploración Lunar

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Por Juan Manuel Biagi

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Las fuentes de los temas son libros, paginas de Internet de fuentes destacadas y fidedignas, revistas, diarios y otros recursos de información que se encuentren a nuestro alcance, con el propósito de explicar sencillamente los contenidos, y ser lo mas precisos y objetivos posible (podemos encontrar  varias versiones sobre un mismo tema), y de eso se trata también, de investigar, hacer deesto también un generador de preguntas y debates que pueden ser fructíferos parael conocimiento de quien quiere informarse.Trataremos de los mas diversos temas concernientes a cohetes,naves espaciales, exploración planetaria, estrellas, historia de la astronomía, -y por que no- también temas como la construcción de telescopios o cómo sacar fotografías del espacio (astrofotografía).


Deseamos hacer de este boletín (en formato PDF y de forma gratuita) algo que pueda llegar a todas las edades, y de esta manera discutir temas como :

“¿Donde estamos ubicados en el universo?”, “¿Como se investigan los planetas”,
“¿Que tipo de tecnología había y hay en materia de cohetes en la Argentina y en el mundo”, o
“¿Cómo se llegó a la Luna?”, todas temáticas de interés y cultura general para cualquier lector.

La idea es llegar a distintas generaciones, a los jóvenes para informarse y a los
mayores para el recuerdo.

Muchas Gracias
Juan Manuel Biagi

Dto. Astronáutica,Asociación Entrerriana de Astronomía,Paraná, Entre Ríos, Republica Argentina,

Contacto Email:     
                          capsula_espacial@yahoo.com

Un nuevo aniversario del lanzamiento del Voyager I

Pensaron que iba a dar juego sólo durante 5 años, pero ya van muchos más. Se trata de la Voyager I, la invención humana que más lejos ha llegado en el espacio profundo. Actualmente se encuentra en los límites del Sistema Solar cuando su misión original era sólo visitar Júpiter y Saturno. Una veterana de 33 años que resiste allá donde no ha llegado nadie.

El 5 de septiembre de 1977 fue lanzada desde Cabo Cañaveral en Florida, curiosamente después de la Voyager 2. Cuando completó algunas misiones en el Sistema Solar, en los años 79 y 80, descubrió atmósfera en Titán, una luna de Saturno. En la NASA tomaron la decisión de que se desviara de su ruta para estudiar más este satélite, improvisación con la que sacrificaban el resto de sus misiones planetarias.

Pensaron que iba a dar juego sólo durante 5 años, pero ya van muchos más. Se trata de la Voyager I, la invención humana que más lejos ha llegado en el espacio profundo. Actualmente se encuentra en los límites del Sistema Solar cuando su misión original era sólo visitar Júpiter y Saturno. Una veterana de 33 años que resiste allá donde no ha llegado nadie.

El 5 de septiembre de 1977 fue lanzada desde Cabo Cañaveral en Florida, curiosamente después de la Voyager 2. Cuando completó algunas misiones en el Sistema Solar, en los años 79 y 80, descubrió atmósfera en Titán, una luna de Saturno. En la NASA tomaron la decisión de que se desviara de su ruta para estudiar más este satélite, improvisación con la que sacrificaban el resto de sus misiones planetarias.

A partir de entonces, el destino de Voyager I fue totalmente diferente. Al modificar su ruta se dirigía al borde de nuestro Sistema Solar para localizar y estudiar sus límites. Para poder mantenerse operativa durante tantos años contaba, demás de con los paneles solares, con tres generadores nucleares que le permitieron seguir funcionando tan lejos del Sol.

Para los extraterrestres

Dentro de la sonda no sólo hay complicados instrumentos para la detección y exploración en el espacio. También tiene un disco con músicas e imágenes que retratan la diversidad de la vida y la cultura en la Tierra. Se incorporó a la nave para dar a conocer la existencia de vida civilizada en nuestro planeta a cualquier posible forma de vida inteligente que se tope con él.