
Este 2012 (en el que se cumplirán 35 años desde que la Voyager 1 partió de la Tierra el 5 de Septiembre de 1977), el personal del Control de Vuelo en la Tierra ha tenido que desconectar un sistema de calefacción en una parte de la nave, a fin de reducir el consumo de energía.
La desconexión ha hecho bajar la temperatura de su espectrómetro ultravioleta en más de 23 grados centígrados. Ahora debe estar funcionando a una temperatura de 79 grados centígrados bajo cero (o incluso algo más fría), la temperatura más baja a la que el instrumento ha trabajado. Este sistema de calefacción apagado es un paso en la optimización del consumo de energía eléctrica, para que la nave pueda recopilar y transmitir datos hasta 2025. Si ello se consigue, esta carismática nave de la NASA habrá funcionado durante casi medio siglo, a pesar de que fue diseñada para una misión de sólo 4 años.
En el momento de escribir estas líneas, el espectrómetro continúa recolectando y enviando datos. Originalmente fue diseñado para funcionar a temperaturas tan bajas como 35 grados centígrados bajo cero, pero en los últimos 17 años ha seguido operando a temperaturas sucesivamente más frías a medida que se han ido desactivando dispositivos de calefacción alrededor de ella. Al llevar a cabo las primeras desconexiones, no se sabía si el espectrómetro podría seguir trabajando, pero desde 2005 ha estado operando a 56 grados centígrados bajo cero. Los ingenieros confían en que el instrumento soportará también una temperatura algo más fría. En realidad, es probable que el espectrómetro esté funcionando a una temperatura un poco más fría que 79 grados centígrados bajo cero, pero no es posible confirmarlo ya que el sensor de temperatura interna no es capaz de medir temperaturas más bajas que esa.