Dos satélites se convierten en basura espacial tras fallo de cohete Proton – M

Un fallo en el bloque acelerador impidió esta madrugada al cohete propulsor ruso Protón-M colocar en órbita dos satélites de telecomunicaciones, que quedaron fuera de control y se convirtieron en basura espacial potencialmente peligrosa, informó una fuente del sector aeroespacial ruso.
El Protón-M despegó la noche del lunes para poner en órbita los satélites ruso Express-MD2 y el indonesio Telkom. No obstante, los satélites no pudieron separarse del cohete debido a un fallo en el bloque acelerador Briz-M, cuyos motores; según datos preliminares, funcionaron tan sólo siete segundos en lugar de los 18 minutos 5 segundos previstos.
“Tras el fallo el bloque acelerador con ambos satélites quedó fuera de control, aunque visible mediante instrumentos terrestres de observación. La etapa superior del cohete se ha convertido en basura espacial potencialmente peligrosa para otros objetos espaciales”, señaló la fuente.
Según explicó, las posibilidades de corregir el vuelo de los satélites o colocarlos en sus respectivas orbitas operacionales son prácticamente nulas, por lo que los dos aparatos podrían darse por perdidos.
El experto también indicó que, previsiblemente, los lanzamientos de cohetes del tipo Protón-M que incorporan el bloque acelerador Briz-M, fabricado por el Centro ruso de Ingeniería Espacial Jrúnichev, serán suspendidos hasta que se esclarezcan las causas del accidente.

Un fallo en el bloque acelerador impidió esta madrugada al cohete propulsor ruso Protón-M colocar en órbita dos satélites de telecomunicaciones, que quedaron fuera de control y se convirtieron en basura espacial potencialmente peligrosa, informó una fuente del sector aeroespacial ruso.
El Protón-M despegó la noche del lunes para poner en órbita los satélites ruso Express-MD2 y el indonesio Telkom. No obstante, los satélites no pudieron separarse del cohete debido a un fallo en el bloque acelerador Briz-M, cuyos motores; según datos preliminares, funcionaron tan sólo siete segundos en lugar de los 18 minutos 5 segundos previstos.
“Tras el fallo el bloque acelerador con ambos satélites quedó fuera de control, aunque visible mediante instrumentos terrestres de observación. La etapa superior del cohete se ha convertido en basura espacial potencialmente peligrosa para otros objetos espaciales”, señaló la fuente.
Según explicó, las posibilidades de corregir el vuelo de los satélites o colocarlos en sus respectivas orbitas operacionales son prácticamente nulas, por lo que los dos aparatos podrían darse por perdidos.
El experto también indicó que, previsiblemente, los lanzamientos de cohetes del tipo Protón-M que incorporan el bloque acelerador Briz-M, fabricado por el Centro ruso de Ingeniería Espacial Jrúnichev, serán suspendidos hasta que se esclarezcan las causas del accidente.

Al mismo tiempo, un portavoz del Centro de Control de Vuelos Espaciales afirmó que los satélites no suponen por ahora amenaza alguna para la Estación Espacial Internacional (ISS).
“Los satélites no suponen amenaza para la ISS. No se prevé por ahora ninguna maniobra de desviación”, aseguró.
Se trata del séptimo lanzamiento fallido de un vehículo espacial ruso en los últimos tres años. Uno de estos accidentes ocurrió en noviembre de 2011, cuando la sonda Fobos-Grunt, la primera sonda interplanetaria rusa lanzada en 15 años, no pudo tomar rumbo a Marte por un fallo de motores y quedó atrapada en la órbita terrestre, para estrellarse dos meses después en el sur del Pacífico.
Desarrollado por el Centro Jrúnichev en colaboración con Thales Alenia Space, el Express-MD2 es el segundo satélite de la serie MD creado y fabricado por una empresa rusa. Estaba destinado para realizar retransmisiones 24 horas en la red rusa de telecomunicaciones por satélite.
A su vez, el satélite Telkom-3, fabricado por la empresa rusa Sistemas Satelitales de Información Reshetniov para la compañía indonesia РТ Telekomunikasi Indonesia Tbk, tenía que proporcionar comunicaciones en Indonesia e Indochina.

Fuente: RIA Novosti

Programa espacial europeo lanzó cohete Ariane número 50

El lanzamiento número 50 de manera consecutiva de un cohete Ariane 5 fue considerado hoy aquí como un éxito para la Agencia Espacial Europea, en la cual Francia tiene 64 por ciento de su participación.

La nave, con dos satélites de comunicación a bordo y una carga récord de 10,3 toneladas, despegó durante la noche de jueves a viernes desde la base de Kourou, en la Guayana francesa.

El evento fue seguido por medio de una video conferencia por la ministra gala de Educación Superior e Investigación, Geneviéve Fioraso.

La cincuentava misión del portador europeo confirma los resultados de la reorganización iniciada después de la explosión de un cohete tipo ECA, es decir capaz de lanzar dos satélites al mismo tiempo, el 11 de diciembre de 2002.

El lanzamiento número 50 de manera consecutiva de un cohete Ariane 5 fue considerado hoy aquí como un éxito para la Agencia Espacial Europea, en la cual Francia tiene 64 por ciento de su participación.

La nave, con dos satélites de comunicación a bordo y una carga récord de 10,3 toneladas, despegó durante la noche de jueves a viernes desde la base de Kourou, en la Guayana francesa.

El evento fue seguido por medio de una video conferencia por la ministra gala de Educación Superior e Investigación, Geneviéve Fioraso.

La cincuentava misión del portador europeo confirma los resultados de la reorganización iniciada después de la explosión de un cohete tipo ECA, es decir capaz de lanzar dos satélites al mismo tiempo, el 11 de diciembre de 2002.

En 2003 se decidió que todos los trabajos de desarrollo, producción y puesta en órbita del programa Ariane 5 estarían bajo una sola dirección por medio de la filial espacial Astrium.

A partir de entonces se producen entre seis y siete cohetes por año con la colaboración de unas 60 industrias europeas, señaló Alain Charmeau, presidente de Astrium.

Freuchet Michel, director del programa de lanzadores de Astrium, aseguró este viernes que un nuevo cohete, denominado Ariane 5 ME, estará listo en 2017 y será capaz de colocar más de 12 toneladas en órbita geoestacionaria.

Además de Francia, en la Agencia Espacial Europea participan también Alemania, Reino Unido, España y otros países.
 
Fuente: PL

NASA elige tres empresas privadas para construir taxis espaciales

La NASA eligió a tres compañías aeroespaciales para que construyan pequeñas naves con el fin primordial de llevar y traer astronautas a la Estación Espacial Internacional.
Esta es la tercera fase de los esfuerzos de la NASA por hacer que compañías privadas asuman la labor del transbordador espacial, ya retirado de servicio. Las empresas compartirán más de 1.100 millones de dólares.
Dos de las naves son cápsulas similares a las de la era del proyecto Apolo y el diseño de la tercera se parece un poco al de los recientes transbordadores.
Una vez que se construyan las naves, la NASA planea contratar a las compañías privadas para que envíen a los astronautas al espacio antes de los próximos cinco años. Hasta que estén listas, la agencia espacial le está pagando a Rusia para que haga ese trabajo, a razón de 63 millones de dólares por astronauta.
En un comunicado difundido el viernes, Charles Bolden, el administrador de la NASA, dijo que la medida "nos ayudará a mantenernos en el camino para dirigirnos hacia la subcontratación de los vuelos espaciales tripulados".

La NASA eligió a tres compañías aeroespaciales para que construyan pequeñas naves con el fin primordial de llevar y traer astronautas a la Estación Espacial Internacional.
Esta es la tercera fase de los esfuerzos de la NASA por hacer que compañías privadas asuman la labor del transbordador espacial, ya retirado de servicio. Las empresas compartirán más de 1.100 millones de dólares.
Dos de las naves son cápsulas similares a las de la era del proyecto Apolo y el diseño de la tercera se parece un poco al de los recientes transbordadores.
Una vez que se construyan las naves, la NASA planea contratar a las compañías privadas para que envíen a los astronautas al espacio antes de los próximos cinco años. Hasta que estén listas, la agencia espacial le está pagando a Rusia para que haga ese trabajo, a razón de 63 millones de dólares por astronauta.
En un comunicado difundido el viernes, Charles Bolden, el administrador de la NASA, dijo que la medida "nos ayudará a mantenernos en el camino para dirigirnos hacia la subcontratación de los vuelos espaciales tripulados".

La NASA espera que, al tener a firmas privadas que transporten astronautas a la órbita baja de la Tierra, pueda concentrarse en metas a largo plazo de mayor envergadura, como el envío de tripulaciones a algún asteroide cercano y, a la larga, a Marte. Las compañías privadas también pueden ganar dinero en el turismo y en otros negocios no relacionados con la NASA.
Las tres empresas son Boeing Co., de Houston; Space Exploration Technologies, llamada SpaceX, de Hawthorne, California; y Sierra Nevada Corp., de Louisville, Colorado.
Son compañías muy distintas entre sí.
Boeing es una de las empresas espaciales más antiguas y grandes con una larga historia en la construcción y lanzamiento de cohetes y de trabajar con la NASA, colaboración que se remonta a los días del proyecto Mercury. SpaceX es una compañía relativamente nueva iniciada por Elon Musk, que ayudó a crear la empresa de administración de pagos PayPal y dirige la de automóviles eléctricos Tesla Motors. Sierra Nevada lleva 25 años en el negocio espacial, pero la mayor parte de ellos en una escala mucho menor que Boeing.
En línea:
Programa comercial de tripulaciones de la NASA:
http://www.nasa.gov/exploration/commercial/index.html

Entrevista al argentino cerebro de la misión Curiosity a Marte

Momento de alegría, el Curiosity llego a Marte

Miguel San Martín vivió varios años en Río Negro hasta que se fue a estudiar ingieneria con el fin de cumplir su sueño el de investigar el universo.

En los últimos días se puede leer en varios medios internacionales su dedicación al diseño del programa que permitirá al explorador Curiosity descender de forma automática sobre la superficie del astro rojo este lunes 6 de agosto.

La mayoría de los medios dedicados a la ciencia y los nacionales transcriben una note de la BBC que hace mención al Argentino Miguel San Martín recuerda bien el momento en el que supo que quería ser un ingeniero espacial: “Fue en una fría noche de invierno, en 1976, mirando el cielo en la chacra de mi familia en Río Negro, mientras escuchaba por la onda corta de la BBC cómo la nave Viking llegaba a Marte”. San Martín tenía 17 años. Un año después dejaría su Argentina natal y viajaría a Estados Unidos para hacer realidad su sueño. Primero estudió electrónica y luego hizo una maestría en aeronáutica y astronáutica en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Apenas concluyó sus estudios pudo cumplir con una fantasía que tienen millones de niños en todo el mundo: ingresar a la agencia espacial estadounidense, la NASA, meca de la investigación cósmica.

Difícilmente habría podido imaginar este argentino que casi tres décadas más tarde seguiría trabajando para la NASA y sería uno de los máximos responsables del que hoy es el programa más ambicioso de la agencia: la misión Curiosity (Curiosidad) a Marte.

El Curiosity es el vehículo explorador más grande y más sofisticado que ha construido la NASA. Pesa cerca de una tonelada y tiene el tamaño de un auto (el doble que sus antecesores, los rovers Spirit y Opportunity, enviados a la superficie marciana en 2004).

La difícil misión de San Martín es garantizar que este enorme vehículo espacial llegue hasta la superficie de Marte sin un solo rasguño, el próximo lunes a las 5.30 GMT (las 22.30 del domingo en Los Ángeles, donde estarán San Martín y el resto de su equipo del Laboratorio de Ciencia de Marte).

Momento de alegría, el Curiosity llego a Marte

Miguel San Martín vivió varios años en Río Negro hasta que se fue a estudiar ingieneria con el fin de cumplir su sueño el de investigar el universo.

En los últimos días se puede leer en varios medios internacionales su dedicación al diseño del programa que permitirá al explorador Curiosity descender de forma automática sobre la superficie del astro rojo este lunes 6 de agosto.

La mayoría de los medios dedicados a la ciencia y los nacionales transcriben una note de la BBC que hace mención al Argentino Miguel San Martín recuerda bien el momento en el que supo que quería ser un ingeniero espacial: “Fue en una fría noche de invierno, en 1976, mirando el cielo en la chacra de mi familia en Río Negro, mientras escuchaba por la onda corta de la BBC cómo la nave Viking llegaba a Marte”. San Martín tenía 17 años. Un año después dejaría su Argentina natal y viajaría a Estados Unidos para hacer realidad su sueño. Primero estudió electrónica y luego hizo una maestría en aeronáutica y astronáutica en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Apenas concluyó sus estudios pudo cumplir con una fantasía que tienen millones de niños en todo el mundo: ingresar a la agencia espacial estadounidense, la NASA, meca de la investigación cósmica.

Difícilmente habría podido imaginar este argentino que casi tres décadas más tarde seguiría trabajando para la NASA y sería uno de los máximos responsables del que hoy es el programa más ambicioso de la agencia: la misión Curiosity (Curiosidad) a Marte.

El Curiosity es el vehículo explorador más grande y más sofisticado que ha construido la NASA. Pesa cerca de una tonelada y tiene el tamaño de un auto (el doble que sus antecesores, los rovers Spirit y Opportunity, enviados a la superficie marciana en 2004).

La difícil misión de San Martín es garantizar que este enorme vehículo espacial llegue hasta la superficie de Marte sin un solo rasguño, el próximo lunes a las 5.30 GMT (las 22.30 del domingo en Los Ángeles, donde estarán San Martín y el resto de su equipo del Laboratorio de Ciencia de Marte).

No es un videojuego

“Cuando se enteran de que soy responsable del guiado, navegación y control de esta misión muchos imaginan que manejo el Curiosity de forma remota, como si tuviera un joystick y jugara a un videojuego”, se ríe el experto.

La realidad es mucho más compleja: debido a la distancia entre la Tierra y Marte (570 millones de kilómetros) las comunicaciones tienen un retraso de 14 minutos, por lo que controlar el amartizaje en vivo es imposible.

Por eso, San Martín diseñó un software que permite que todo el proceso sea automático.

El desafío será supremo: el Curiosity llegará a la parte más externa de la atmósfera de Marte a 20.000 kilómetros por hora, dentro de una cápsula de protección que es la más grande que ha usado la NASA y empezará a frenar con ayuda de un enorme paracaídas, también de proporciones récord.

Diez minutos antes de llegar a la superficie, el rover se desprenderá de su cápsula y seguirá el resto del camino dentro de una grúa espacial que se encargará de depositarlo, utilizando retropropulsores y un sistema de cables, sobre el planeta rojo.

“Los llamamos los siete minutos de terror: es el tiempo que tardará el descenso. La nave tiene que accionar 76 dispositivos distintos en ese tiempo para que todo salga con éxito”, explicó San Martín.

Se trata de una tecnología nueva. Hasta ahora los rovers descendían con ayuda de bolsas de aire que servían como amortiguadores. Pero debido al peso del Curiosity ese sistema debió descartarse.

San Martín y su equipo crearon un nuevo sistema de navegación que permitirá que el Curiosity llegue en autopiloto hasta el lugar preciso donde deberá llevar a cabo su labor: el cráter de Gale, uno de los lugares más profundos de Marte.

Los expertos de la NASA no podrán mirar lo que está pasando durante el amartizaje, sólo tendrán dos referencias: la información codificada que les llegará desde satélites que orbitan Marte y tonos de radiofrecuencia que se activarán con las diversas acciones que se van suscitando.

Una vida dedicada a Marte

A pesar de que la primera misión de la NASA a Marte, el Viking, acaparó la atención del mundo en 1976 –e inspiró al joven San Martín- los resultados no fueron los esperados.

“Marte es el planeta más cercano a la Tierra y había mucha expectativa de que allí se encontraría vida”, recuerda el ingeniero espacial.

Esa “decepción” llevó a que el mundo perdiera el interés en el planeta rojo. Pasaron más de dos décadas hasta que la NASA volvió a organizar una nueva misión: esta vez para llevar hasta Marte los vehículos rover, que -a diferencia del Viking, que era una estación fija- permitiría la exploración.

Fue así como en 1997 San Martín terminó trabajando en la misión Pathfinder, que llevó hasta Marte al primer rover, el Sojourner.

“Cuando seguí la transmisión de la primera misión a Marte de chico nunca imaginé que estaría trabajando en la siguiente misión”, se emocionó.

Según el experto, lo que impulsó esas primeras misiones sigue siendo lo mismo que impulsa ahora el proyecto Curiosity: saber si alguna vez existió vida en otro planeta.

Para averiguarlo, el rover transportará el Laboratorio Científico Marte (MSL, por sus siglas en inglés), el más avanzado hasta ahora, que se encargará de estudiar si hay o hubo alguna vez condiciones para el desarrollo de la vida en Marte.

Una cuestión del azar

Los expertos creen que el cráter de Gale, el cual, si todo sale bien, el Curiosity estará recorriendo durante los próximos dos años, podría revelar muchas pistas nuevas, ya que la NASA detectó desde órbita la presencia de arcillas en ese lugar, algo que relacionan con la presencia de agua en algún momento del pasado.

Para San Martín, la evidencia que se halle dependerá en gran medida de la suerte.

“Buscar lugares propicios para la vida desde órbita es más arte que ciencia”, aseguró.

“Uno planea lo mejor posible pero nunca sabe qué encontrará. El Spirit tardó años en buscar información valiosa mientras que el Opportunity apenas llegó, sacó una foto que fue todo un descubrimiento”, ejemplificó.

También el descenso exitoso del Curiosity dependerá en parte del azar.

“Hemos calculado todos los riesgos posibles, incluyendo los factores que ya sabemos que no vamos a conocer, como el viento”, explicó San Martín.

“Lo que me quita el sueño de noche son aquellas cosas que no sabemos que no sabemos: esos imprevistos que podrían arruinar la misión”, se sinceró.

No obstante, el veterano de la NASA apuesta a que todo saldrá bien. Incluso, ya sabe en qué bar de Los Ángeles celebrará con su equipo toda la noche una vez que el Curiosity esté firmemente sobre la superficie de Marte.

Fuente: Lo Principal

La sonda Curiosity ya llego a Marte

Pasadas las 2:30 am (hora Argentina), el Curiosity amartizó. La misión en el planeta rojo durará dos años.

La primera imágen de la superficie marciana tomada por la sonda Curiosity instantes después de amartizar

El vehículo de exploración Curiosity llegó este lunes a la superficie de Marte. Esto sucedió unos 14 minutos después de haberse posado, en razón del tiempo que tarda la señal en recorrer la distancia entre Marte y la Tierra.

El grueso de los equipos están reunidos en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de Pasadena (California, oeste de EEUU), que conduce la misión. Los científicos aguardaron allí el domingo, con una mezcla de confianza y angustia, el tan esperado descenso de su "rover" de 2.500 millones de dólares.

La primera imagen que transmitió el vehículo fue de una rueda del mismo. Se espera que durante la madrugada y el día del lunes, se reciban más imagenes.

Lanzado el 26 de noviembre de 2011 desde Cabo Cañaveral, Florida (sureste de EEUU), el vehículo robótico no tripulado Mars Science Laboratory (MSL) de la Nasa, conocido como Curiosity, debe posarse en suelo marciano tras viajar 570 millones de kilómetros.

Pasadas las 2:30 am (hora Argentina), el Curiosity amartizó. La misión en el planeta rojo durará dos años.

La primera imágen de la superficie marciana tomada por la sonda Curiosity instantes después de amartizar

El vehículo de exploración Curiosity llegó este lunes a la superficie de Marte. Esto sucedió unos 14 minutos después de haberse posado, en razón del tiempo que tarda la señal en recorrer la distancia entre Marte y la Tierra.

El grueso de los equipos están reunidos en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de Pasadena (California, oeste de EEUU), que conduce la misión. Los científicos aguardaron allí el domingo, con una mezcla de confianza y angustia, el tan esperado descenso de su "rover" de 2.500 millones de dólares.

La primera imagen que transmitió el vehículo fue de una rueda del mismo. Se espera que durante la madrugada y el día del lunes, se reciban más imagenes.

Lanzado el 26 de noviembre de 2011 desde Cabo Cañaveral, Florida (sureste de EEUU), el vehículo robótico no tripulado Mars Science Laboratory (MSL) de la Nasa, conocido como Curiosity, debe posarse en suelo marciano tras viajar 570 millones de kilómetros.

 

Alegría desbordante en el JPL tras el amartizaje de la sonda

Pero su descenso a hasta el suelo marciano es el más difícil que haya efectuado un aparato de la NASA, ya que Curiosity, un vehículo de 900 kg, es demasiado pesado para que el impacto sea amortiguado por bolsas de aire, por lo que se diseñó una especie de "grúa" que llevará al robot, con cuerdas de nailon, en los segundos finales del descenso.

La nave deberá acelerar con la fuerza de gravedad mientras se acerque a la atmósfera de Marte, haciendo un vertiginoso ingreso a una velocidad de 21.240 km/h y luego enlenteciéndose hasta 2,74 km/h con la ayuda de un paracaídas supersónico de 21 metros de diámetro."Este es el descenso más desafiante que jamás hemos intentado", manifestó Doug McCuistion, director del Programa de la Nasa para Exploración de Marte. "Si lo logramos, será una de las más grandes hazañas de la historia espacial", añadió.

Tras la complicada maniobra, el Curiosity debe posarse en el Cráter Gale, cerca del Monte de Sharp (5.000 m). El sitio, uno de los más bajos de Marte y punto de convergencia de varios ríos que se cree fluían provenientes de zonas altas, podría contener valiosa información sobre el pasado en sus capas sedimentarias."¿Podremos hacer esto? Creo que sí (…). Pero los riesgos persisten. Será una tarea difícil", dijo McCuistion, quien recordó que solo han resultado exitosas 40% de las tentativas de enviar naves a Marte.

Los científicos han descubierto señales de la existencia de agua en el planeta más cercano a la Tierra, lo que indicaría que alguna forma de vida podría haberse desarrollado en el pasado del planeta rojo, que actualmente dispone de una delgada atmósfera, con inviernos extremos y tormentas de polvo.

Durante la exploración, que debe llevar dos años terrestres de duración, Curiosity tratará de descubrir si el ambiente marciano pudo haber sido favorable al desarrollo de vida microbiana y buscará recabar datos para preparar una futura misión tripulada

El vehículo robótico o "rover", de seis ruedas y del tamaño de un automóvil pequeño, es el más grande construido para realizar una exploración planetaria.

Fuente: Minuto Uno