Postales del cometa Panstarrs en su paso por el hemisferio austral

Estas imágenes del cometa Panstarrs fueron tomadas por Germán Savor, integrante del Dto. de Astrofotografía de la AEA, el día miércoles 6 de Marzo de 2013 después de las 20 hs. desde el balneario Thompson de la ciudad de Paraná.

 

En las fotos se puede apreciar al cometa Panstarrs sobre el edificio del hotel internacional Mayorazgo, en el Parque Urquiza.

Un planeta fuera del Sistema Solar con vapor de agua en su atmósfera

Un joven planeta hallado fuera del Sistema Solar, que orbita una estrella conocida como HR 8799, tiene vapor de agua y monóxido de carbono en su atmósfera. Sin embargo, en este nuevo mundo no se ha detectado metano, que podría ser un indicio de vida, según explican sus descubridores.

El hallazgo, recién publicado en la revista ‘Science’, sugiere que un determinado mecanismo de formación planetaria similar al de nuestro propio Sistema Solar, conocido como acreción del núcleo, desencadenó el nacimiento del exoplaneta, llamado HR 8799c.

HR 8799c es un gigante gaseoso, con cerca de siete veces la masa de Júpiter, y aunque se ha detectado vapor de agua en su atmósfera, sus descubridores descartan que pueda albergar vida.

“Aunque hemos observado agua, no creemos que pueda existir vida en este planeta. No tiene superficie sólida y es extremadamente caliente”, explica el astrónomo Quinn Konopacky, de la Universidad de Toronto. De hecho, se calcula que la temperatura en su superficie supera los 1.000ºC.
Pistas sobre el Sistema Solar

Konopacky, junto con colegas de Canadá y Estados Unidos, utilizaron datos del Observatorio Keck en Hawai para analizar las características de HR 8799c. Sus resultados arrojan luz sobre la formación de este gigante gaseoso lejano y proporcionan pistas sobre la formación de nuestro propio Sistema Solar.

“Nuestros resultados son consistentes con los planetas que se forman alrededor de HR8799 a través de la acreción del núcleo, muchos de la misma manera en la que pensamos que se formaron los planetas de nuestro Sistema Solar”, explicó Konopacky. “Al estudiar el sistema HR8799, podemos echar un vistazo a cómo planetas similares a Júpiter aparecen muy poco después de formarse”, agrega.

A diferencia de la mayoría de otros exoplanetas, los cuatro planetas que orbitan HR 8799 se han detectado directamente, lo que significa que su luz se distinguía de la de su estrella anfitriona.

Un joven planeta hallado fuera del Sistema Solar, que orbita una estrella conocida como HR 8799, tiene vapor de agua y monóxido de carbono en su atmósfera. Sin embargo, en este nuevo mundo no se ha detectado metano, que podría ser un indicio de vida, según explican sus descubridores.

El hallazgo, recién publicado en la revista ‘Science’, sugiere que un determinado mecanismo de formación planetaria similar al de nuestro propio Sistema Solar, conocido como acreción del núcleo, desencadenó el nacimiento del exoplaneta, llamado HR 8799c.

HR 8799c es un gigante gaseoso, con cerca de siete veces la masa de Júpiter, y aunque se ha detectado vapor de agua en su atmósfera, sus descubridores descartan que pueda albergar vida.

“Aunque hemos observado agua, no creemos que pueda existir vida en este planeta. No tiene superficie sólida y es extremadamente caliente”, explica el astrónomo Quinn Konopacky, de la Universidad de Toronto. De hecho, se calcula que la temperatura en su superficie supera los 1.000ºC.
Pistas sobre el Sistema Solar

Konopacky, junto con colegas de Canadá y Estados Unidos, utilizaron datos del Observatorio Keck en Hawai para analizar las características de HR 8799c. Sus resultados arrojan luz sobre la formación de este gigante gaseoso lejano y proporcionan pistas sobre la formación de nuestro propio Sistema Solar.

“Nuestros resultados son consistentes con los planetas que se forman alrededor de HR8799 a través de la acreción del núcleo, muchos de la misma manera en la que pensamos que se formaron los planetas de nuestro Sistema Solar”, explicó Konopacky. “Al estudiar el sistema HR8799, podemos echar un vistazo a cómo planetas similares a Júpiter aparecen muy poco después de formarse”, agrega.

A diferencia de la mayoría de otros exoplanetas, los cuatro planetas que orbitan HR 8799 se han detectado directamente, lo que significa que su luz se distinguía de la de su estrella anfitriona.

Esta detección directa indica que HR 8799c era un gigante de gas que orbita su estrella a una distancia comparable a la distancia de Plutón de nuestro sol, pero el nacimiento de un planeta masivo tan lejos de su estrella madre está en conflicto con los modelos más populares de la formación planetaria.

El nuevo análisis de Konopacky y su equipo ofrece datos de alta resolución sobre la química, la gravedad y la atmósfera de HR 8799c. “El exoplaneta tiene un conjunto ideal de las propiedades, siendo a la vez muy luminoso y situado lo suficientemente lejos de la estrella que nos permite adquirir estos datos espectrales increíbles”, explicó el investigador. “El hecho de que no vemos metano nos dice mucho acerca de los procesos químicos durante el trabajo en la atmósfera de este gigante gaseoso joven”.
Condensación de hielo

Dos posibles mecanismos se han propuesto para la formación de exoplanetas: un multipaso, proceso de acreción del núcleo por el que el gas se acumula lentamente en un núcleo planetario, y un proceso conocido como inestabilidad gravitatoria, que implica la creación simultánea del interior de un planeta y la atmósfera.

“Aunque vemos una gran cantidad de vapor de agua en la atmósfera de HR 8799c, en realidad detectamos un poco menos de lo que cabría esperar si el planeta tuviera la misma composición que su estrella madre”, dijo Konopacky. A su juicio, esto indica que el planeta tiene una cantidad ligeramente elevada de carbono en comparación con oxígeno.

La elevada relación carbono-oxígeno actúa como una huella dactilar para la formación del exoplaneta y los investigadores sugieren que los granos de hielo de agua deben haberse condensado en el disco planetario que rodea HR 8799 y agotado el oxígeno.

“Estos granos de hielo pegados forman grandes trozos de hielo, a pocos kilómetros de diámetro, que promueven la construcción de núcleo sólido del planeta”, sugirió Konopacky. “La atmósfera de gas viene después de que el planeta sea lo suficientemente grande. En el momento en que sucede, algunos de los granos de hielo se han ido y el gas no tiene tanta agua”, añade.

Estos resultados implican que un proceso de acreción del núcleo, similar al que dio forma a nuestro Sistema Solar, con los gigantes de gas lejos del Sol y los planetas rocosos cercanos a él, también tuvo lugar en este sistema. “Dado que el sistema planetario que rodea HR 8799 se parece a una versión reducida de nuestro Sistema Solar, no sería una sorpresa encontrar planetas como la Tierra más cerca”, según los investigadores.

Fuente: Diario Necochea

Se descubre la fuente de energía del viento solar

Usando datos de una veterana nave espacial de la NASA, investigadores han encontrado indicios de una fuente de energía en el viento solar que ha captado la atención de quienes investigan en el campo de la fusión. La NASA podrá poner a prueba esta nueva teoría más adelante, en el transcurso de esta década, cuando envíe una nueva sonda hacia el Sol con el fin de realizar observaciones de cerca.

El descubrimiento fue realizado por un grupo de astrónomos que intentaba resolver un misterio que tiene décadas: ¿qué es lo que calienta y acelera el viento solar?

El viento solar se aleja del Sol con una rapidez que puede exceder los 500 km/s (1,8 millones de kilómetros por hora). [Más información] El viento solar es un flujo caliente y de alta velocidad de gas magnetizado, que emana de la parte superior de la atmósfera del Sol. Está compuesto de iones de hidrógeno y helio, y una pizca de elementos más pesados. Los investigadores lo comparan con el vapor de una olla de agua hirviendo sobre una estufa; de hecho, el Sol se está evaporando, literalmente.

"Sin embargo", dice Adam Szabo, del Centro Goddard para Vuelos Espaciales (Goddard Space Flight Center, en idioma inglés), "el viento solar hace algo que el vapor en su cocina nunca hace. Conforme el vapor sale de una olla y se eleva, se desacelera y se enfría. Pero cuando el viento solar se aleja del Sol, se acelera, y triplica su velocidad tras su paso a través de la corona. Además, algo dentro del viento solar continúa calentándolo a medida que fluye hacia el frío del espacio".

Encontrar ese "algo" ha sido una meta de los investigadores durante décadas. En las décadas de 1970 y 1980, las observaciones de las dos naves espaciales Helios, de propiedad de Alemania y Estados Unidos, permitieron formular las primeras teorías, las cuales usualmente incluían alguna combinación de inestabilidades del plasma, ondas magnetohidrodinámicas y calentamiento turbulento. Reducir el número de posibilidades fue todo un reto. Al parecer, la respuesta yacía escondida en un conjunto de datos de una de las naves espaciales más viejas de la NASA que aún funciona, una sonda solar llamada Wind (Viento, en idioma español).

Lanzada en 1994, Wind es tan antigua que emplea cintas magnéticas similares a las anticuadas cintas de 8 pistas para registrar y reproducir sus datos. Equipada con un grueso blindaje y sistemas doblemente redundantes para evitar cualquier falla, la nave espacial fue hecha para durar; al menos un investigador de la NASA se ha referido a ella como la "Battlestar Galactica" de la flota de heliofísica, haciendo referencia a la historia de ciencia ficción que lleva ese nombre. Wind ha sobrevivido a casi dos ciclos solares completos y a una cantidad enorme de erupciones solares.

Usando datos de una veterana nave espacial de la NASA, investigadores han encontrado indicios de una fuente de energía en el viento solar que ha captado la atención de quienes investigan en el campo de la fusión. La NASA podrá poner a prueba esta nueva teoría más adelante, en el transcurso de esta década, cuando envíe una nueva sonda hacia el Sol con el fin de realizar observaciones de cerca.

El descubrimiento fue realizado por un grupo de astrónomos que intentaba resolver un misterio que tiene décadas: ¿qué es lo que calienta y acelera el viento solar?

El viento solar se aleja del Sol con una rapidez que puede exceder los 500 km/s (1,8 millones de kilómetros por hora). [Más información] El viento solar es un flujo caliente y de alta velocidad de gas magnetizado, que emana de la parte superior de la atmósfera del Sol. Está compuesto de iones de hidrógeno y helio, y una pizca de elementos más pesados. Los investigadores lo comparan con el vapor de una olla de agua hirviendo sobre una estufa; de hecho, el Sol se está evaporando, literalmente.

"Sin embargo", dice Adam Szabo, del Centro Goddard para Vuelos Espaciales (Goddard Space Flight Center, en idioma inglés), "el viento solar hace algo que el vapor en su cocina nunca hace. Conforme el vapor sale de una olla y se eleva, se desacelera y se enfría. Pero cuando el viento solar se aleja del Sol, se acelera, y triplica su velocidad tras su paso a través de la corona. Además, algo dentro del viento solar continúa calentándolo a medida que fluye hacia el frío del espacio".

Encontrar ese "algo" ha sido una meta de los investigadores durante décadas. En las décadas de 1970 y 1980, las observaciones de las dos naves espaciales Helios, de propiedad de Alemania y Estados Unidos, permitieron formular las primeras teorías, las cuales usualmente incluían alguna combinación de inestabilidades del plasma, ondas magnetohidrodinámicas y calentamiento turbulento. Reducir el número de posibilidades fue todo un reto. Al parecer, la respuesta yacía escondida en un conjunto de datos de una de las naves espaciales más viejas de la NASA que aún funciona, una sonda solar llamada Wind (Viento, en idioma español).

Lanzada en 1994, Wind es tan antigua que emplea cintas magnéticas similares a las anticuadas cintas de 8 pistas para registrar y reproducir sus datos. Equipada con un grueso blindaje y sistemas doblemente redundantes para evitar cualquier falla, la nave espacial fue hecha para durar; al menos un investigador de la NASA se ha referido a ella como la "Battlestar Galactica" de la flota de heliofísica, haciendo referencia a la historia de ciencia ficción que lleva ese nombre. Wind ha sobrevivido a casi dos ciclos solares completos y a una cantidad enorme de erupciones solares.

"Después de todos estos años, Wind aún nos envía excelentes datos", dice Szabo, quien es el científico de proyecto de la misión, "y todavía conserva unos 60 años de combustible en sus tanques".

Emplear a Wind para descifrar el misterio fue, según Justin Kasper, del Centro Harvard–Smithsoniano de Astrofísica, "una decisión obvia". Él y su equipo procesaron el registro completo del viento solar que recolectó la nave durante 19 años, el cual incluye mediciones de la temperatura, el campo magnético y la energía, y …

"Creo que la encontramos", dice. "La fuente de calentamiento del viento solar son las ondas ciclotrón iónicas".

Las ondas ciclotrón iónicas están compuestas de protones que describen trayectorias circulares alrededor del campo magnético del Sol con el vaivén típico de una onda. De acuerdo con la teoría desarrollada por Phil Isenberg (de la Universidad de New Hampshire), expandida por Vitaly Galinsky y Valentin Shevchenko (de la UC San Diego), las ondas ciclotrón iónicas emanan del Sol. Al atravesar el viento solar, calientan el gas a millones de grados y aceleran el flujo a millones de kilómetros por hora. Los hallazgos de Kasper confirman que en efecto hay ondas ciclotrón iónicas en acción, al menos en la vecindad de la Tierra donde opera la sonda Wind.

Según Kasper, las ondas ciclotrón iónicas pueden hacer mucho más que solamente calentar y acelerar el viento solar. "También son responsables de algunas de las propiedades muy extrañas del viento".

El viento solar no es como el viento en la Tierra. Aquí en nuestro planeta, los vientos atmosféricos transportan el nitrógeno, el oxígeno y el vapor de agua todos juntos; todas las especies químicas se mueven a la misma velocidad y tienen la misma temperatura. El viento solar, por otro lado, es más extraño. Los elementos químicos que se encuentran presentes en el viento solar, como el hidrógeno, el helio y los iones pesados, se mueven con diferentes velocidades, tienen distintas temperaturas y, lo más extraño de todo, poseen temperaturas que cambian según la dirección.

"Nos hemos preguntando durante mucho tiempo por qué los elementos más pesados en el viento solar se mueven más rápidamente y tienen temperaturas más altas que los elementos livianos", dice Kasper. "Esto es completamente opuesto a la intuición".

La teoría ciclotrón iónica lo explica: los iones pesados resuenan fácilmente con las ondas ciclotrón iónicas. En comparación con sus contrapartes más livianas, obtienen más energía y se calientan al oscilar con las ondas.

Las ondas ciclotrón iónicas del tipo de las que Kasper ha encontrado en el viento solar podrían proporcionar una forma de revertir este proceso. En teoría, podrían usarse con el fin de calentar y/o eliminar los iones pesados, devolviendo así el equilibrio térmico al plasma que se está fusionando.

"He sido invitado a varias conferencias sobre fusión para hablar de nuestro trabajo sobre el viento solar", dice.

El siguiente paso, Kasper y Szabo concuerdan, es determinar si las ondas ciclotrón iónicas se comportan de la misma forma adentro de la atmósfera del Sol, donde el viento solar comienza su viaje. Para averiguarlo, la NASA planea enviar una nave espacial al interior mismo de la atmósfera del Sol.

Programada para ser lanzada en 2018, la Solar Probe Plus (Sonda Solar Plus, en idioma español) se adentrará tan profundamente en la atmósfera solar que el Sol parecerá 23 veces más grande de lo que parece cuando se lo observa desde los cielos de la Tierra. En su máximo acercamiento, a unos 7 millones de kilómetros de la superficie del Sol, la sonda Solar Probe Plus tendrá que soportar temperaturas que exceden los 1400 grados Celsius y sobrevivir a ráfagas de radiación de niveles que ninguna otra nave espacial ha experimentado. El objetivo de la misión es tomar mediciones del plasma y del campo magnético del Sol justamente en la fuente del viento solar.

"Con la sonda Solar Probe Plus podremos llevar a cabo experimentos específicos para poner a prueba la teoría ciclotrón iónica empleando sensores mucho más avanzados que los que lleva la nave espacial Wind a bordo", dice Kasper. "Esto debería darnos un entendimiento mucho más profundo de la fuente de energía del viento solar".

La investigación descripta en esta nota fue publicada en Physical Review Letters , el 28 de febrero de 2013: "Sensitive Test for Ion–Cyclotron Resonant Heating in the Solar Wind" ("Prueba de Alta Sensibilidad del Calentamiento Resonante Ciclotrón Iónico en el Viento Solar", en idioma español), por Justin Kasper y colaboradores.

Fuente: NASA

La NASA niega que su nave espacial ‘Voyager-1’ haya salido del Sistema Solar

Después de un viaje de casi 36 años…

La NASA ha desmentido este miércoles que la nave espacial Voyager-1', que lleva casi 36 años viajando por el espacio, haya abandonado el Sistema Solar, como había afirmado horas antes el astrónomo Bill Webber, de la Universidad de Nuevo México, cuando anunciaba la próxima publicación de un estudio suyo en la revista 'Geophysical Research'.

Según señaló, la misión, que fue enviada y diseñada para estudiar los planetas exteriores, había entrado en la zona fuera del alcance del Sol -fuera de la heliosfera- y se calculaba que estaba a más de 18.000 millones de kilómetros de la Tierra.

El pasado 25 de agosto de 2012 la agencia espacial estadounidense había indicado que los expertos notaron un cambio repentino en los niveles de radiación medidos por el la nave el pasado 25 de agosto de 2012, lo que les llevó a pensar que la nave ya no estaba en la heliosfera.

Concretamente, detectaron que los rayos cósmicos anómalos -los atrapados en la heliosfera exterior- estaban casi desaparecido y, al mismo tiempo, los rayos cósmicos galácticos -la radiación desde el exterior del Sistema Solar- se disparó a niveles no vistos desde el lanzamiento de la nave.

Después de un viaje de casi 36 años…

La NASA ha desmentido este miércoles que la nave espacial Voyager-1', que lleva casi 36 años viajando por el espacio, haya abandonado el Sistema Solar, como había afirmado horas antes el astrónomo Bill Webber, de la Universidad de Nuevo México, cuando anunciaba la próxima publicación de un estudio suyo en la revista 'Geophysical Research'.

Según señaló, la misión, que fue enviada y diseñada para estudiar los planetas exteriores, había entrado en la zona fuera del alcance del Sol -fuera de la heliosfera- y se calculaba que estaba a más de 18.000 millones de kilómetros de la Tierra.

El pasado 25 de agosto de 2012 la agencia espacial estadounidense había indicado que los expertos notaron un cambio repentino en los niveles de radiación medidos por el la nave el pasado 25 de agosto de 2012, lo que les llevó a pensar que la nave ya no estaba en la heliosfera.

Concretamente, detectaron que los rayos cósmicos anómalos -los atrapados en la heliosfera exterior- estaban casi desaparecido y, al mismo tiempo, los rayos cósmicos galácticos -la radiación desde el exterior del Sistema Solar- se disparó a niveles no vistos desde el lanzamiento de la nave.

Ahora, los científicos que firman un artículo que se publicará en 'Geophysical Research', aseguraban que 'Voyager-1' está camino a una estrella llamada 'AC 793.888'. "De momento, todo lo que está midiendo es nuevo y emocionante", había indicado uno de los responsables de esta misión, Bill Webber.

Sin embargo, la NASA aún no sabe con seguridad si la sonda se encuentra en el espacio interestelar o está surcando alguna zona inexplorada del Universo.

El pasado mes de diciembre, un estudio revelaba que la nave estaba explorando un área en el alcance lejano del Sistema Solar, que los expertos conocen como 'carretera magnética', y que está considerada la última parada antes del espacio interestelar.

Por el momento, 'Voyager-1' continuará con su viaje, ya que sus fuentes de energía de plutonio se detendrán en unos 10-15 años, momento en el que sus instrumentos y transmisores morirá, según ha explicado la NASA, que ha valorado "positivamente" esta tecnología "de los años 70 que está dando muchas satisfacciones a la investigación".

Fuente: Europa Press

Eyección de masa coronal, cometa Panstarrs y planeta Tierra

Después de aparecer en una popular oportunidad fotográfica con una joven Luna creciente cerca de la puesta de Sol, el cometa PanSTARRS, visible a simple vista, continúa ascendiendo en el cielo del hemisferio norte.
Esta excepcional perspectiva interplanetaria del 13 de marzo muestra el cometa posando con nuestro hermoso planeta, tal como lo observó la sonda STEREO B. Siguiendo la órbita de la Tierra, la sonda se encuentra casi en oposición al Sol y mira hacia atrás el cometa y la Tierra, con el Sol justo más allá de la izquierda de la imagen. A la izquierda hay una enorme eyección de masa coronal en plena erupción desde una región solar activa. Por supuesto, la eyección, el cometa y el planeta Tierra están en distancias diferentes de la sonda (el cometa es el que se encuentra más cerca). La imagen procesada digitalmente presenta la diferencia entre dos fotogramas consecutivos captados por la Secchi Heliospheric Imager de la sonda, lo que provoca un fuerte efecto de sombreado en los objetos que se mueven entre fotograma y fotograma.

Después de aparecer en una popular oportunidad fotográfica con una joven Luna creciente cerca de la puesta de Sol, el cometa PanSTARRS, visible a simple vista, continúa ascendiendo en el cielo del hemisferio norte.
Esta excepcional perspectiva interplanetaria del 13 de marzo muestra el cometa posando con nuestro hermoso planeta, tal como lo observó la sonda STEREO B. Siguiendo la órbita de la Tierra, la sonda se encuentra casi en oposición al Sol y mira hacia atrás el cometa y la Tierra, con el Sol justo más allá de la izquierda de la imagen. A la izquierda hay una enorme eyección de masa coronal en plena erupción desde una región solar activa. Por supuesto, la eyección, el cometa y el planeta Tierra están en distancias diferentes de la sonda (el cometa es el que se encuentra más cerca). La imagen procesada digitalmente presenta la diferencia entre dos fotogramas consecutivos captados por la Secchi Heliospheric Imager de la sonda, lo que provoca un fuerte efecto de sombreado en los objetos que se mueven entre fotograma y fotograma.

Los objetos demasiado brillantes crean las nítidas líneas verticales. El procesamiento revela unas complicadas estructuras como plumas en la extensa cola de polvo del cometa PanSTARRS.
Credito: NR/SECCHI/STEREO/NASA.
Procesamiento: Karl Battams.