La temperatura mundial subirá 2 grados para 2100 si no hay medidas agresivas

El Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU ha constatado que el cambio climático es un fenómeno "inequívoco" y desde 1950 se han observado cambios que no tenían precedentes durante décadas. Además, este calentamiento está causado por el hombre con una probabilidad de entre un 95 y un 100 por cien, según el informe del Grupo I del organismo que ha sido publicado este viernes en Estocolmo.

   Así, el avance del informe del Grupo 1 del nuevo informe del IPPC (AR5), anima a los gobiernos a cambiar sus modelos energéticos actuales por otros basados en energías limpias.

   El informe explica también cada una de las últimas tres décadas ha sido sucesivamente más cálida en la superficie de la Tierra y que este hecho no tiene precedentes desde 1850. De hecho, añade que en el hemisferio norte, el periodo comprendido entre 1983 y 2012 fue la treintena más cálida de los últimos 1.400 años y que, teniendo en cuenta la tierra y el océano, desde 1880 a 2012 la temperatura del planeta han crecido 0,85 grados centígrados.

   También considera como "virtualmente cierto" (99 por ciento de certeza) que la troposfera se ha calentado desde mediados del siglo XX y muy aproximado (90% de probabilidad) de que el número de días y de noches fríos ha disminuido mientras que ha aumentado el número de días y noches cálidas a escala global.

   El estudio apunta que la frecuencia de las olas de calor se ha incrementado en amplias zonas de Europa, Asia y Australia. Al mismo tiempo, hay más regiones donde el nivel de episodios de lluvias fuertes o torrenciales se incrementaron en Norte América y Europa.

El Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU ha constatado que el cambio climático es un fenómeno "inequívoco" y desde 1950 se han observado cambios que no tenían precedentes durante décadas. Además, este calentamiento está causado por el hombre con una probabilidad de entre un 95 y un 100 por cien, según el informe del Grupo I del organismo que ha sido publicado este viernes en Estocolmo.

   Así, el avance del informe del Grupo 1 del nuevo informe del IPPC (AR5), anima a los gobiernos a cambiar sus modelos energéticos actuales por otros basados en energías limpias.

   El informe explica también cada una de las últimas tres décadas ha sido sucesivamente más cálida en la superficie de la Tierra y que este hecho no tiene precedentes desde 1850. De hecho, añade que en el hemisferio norte, el periodo comprendido entre 1983 y 2012 fue la treintena más cálida de los últimos 1.400 años y que, teniendo en cuenta la tierra y el océano, desde 1880 a 2012 la temperatura del planeta han crecido 0,85 grados centígrados.

   También considera como "virtualmente cierto" (99 por ciento de certeza) que la troposfera se ha calentado desde mediados del siglo XX y muy aproximado (90% de probabilidad) de que el número de días y de noches fríos ha disminuido mientras que ha aumentado el número de días y noches cálidas a escala global.

   El estudio apunta que la frecuencia de las olas de calor se ha incrementado en amplias zonas de Europa, Asia y Australia. Al mismo tiempo, hay más regiones donde el nivel de episodios de lluvias fuertes o torrenciales se incrementaron en Norte América y Europa.

Los científicos señalan, por otra parte, que en las últimas dos décadas el hielo de Groenlandia y de la Antártida han estado perdido en masa y los glaciares han seguido retrocediendo en todo el mundo.

   El documento que se ha dado a conocer este viernes en Estocolmo, explica que si las emisiones de CO2 se duplican el incremento de la temperatura será de 3 grados centígrados, algo que no ha cambiado respecto al IV informe, de 2007.

   Sin embargo, los científicos se plantean ahora que es "posible" considerar que la temperatura podría subir 1,5 grados centígrados en el mejor de los escenarios. Sin embargo, en el peor de los casos, la temperatura global podría incrementarse en 4,8 grados centígrados al final de siglo.

   Este documento forma parte de un informe más completo, dividido en cuatro partes y que se irá conociendo de aquí a octubre de 2014. En total, ha sido redactado por un total de 831 científicos de 85 países con la participación de miles de científicos más, que han contribuido en la fase previa.

   Concretamente, el estudio del grupo I del IPCC, aporta nuevos datos desde el informe anterior, de 2004 y ofrece mayor certeza y un conocimiento más detallado de los cambios que ha experimentado el clima.

CULPA DEL HOMBRE

   Ahora los científicos tienen entre un 95 y un 100 por cien de certeza de que la actividad humana es responsable de la mayor parte del calentamiento del clima desde 1951. Esto ha provocado que el aumento del nivel del mar se ha acelerado; que el ratio del hielo ártico que se ha retraído se ha duplicado; que la fusión de los glaciares y de las placas de hielo es mucho más rápido ahora y que los océanos se están acidificando.

   En resumen, asegura que el cambio climático es "real, está ocurriendo ahora y los humanos han causado la mayor parte del mismo" y aclara que una rápida reducción de la contaminación por gases de efecto invernadero ayudará al mundo a evitar el peor escenario, aunque advierte de que sin estrategias agresivas de mitigación, la temperatura del planeta superará una subida de 2 grados centígrados en 2100.

EVIDENCIAS CIENTÍFICAS

   El informe del grupo de trabajo I del IPCC ha concluido que las últimas tres décadas han sido más cálidas que todas las décadas anteriores desde 1850 y que el periodo comprendido entre 1983 y 2012 ha sido la treintena más cálida en 800 años y posiblemente la más cálida de los últimos 1.400 años.

   Asimismo, los científicos señalan que desde 1950 tanto la atmósfera como los océanos se han calentado; la extensión y volumen de nieve y hielo han disminuido y el nivel del mar ha subido. "Muchos de estos cambios están sucediendo mucho más rápido ahora que en el pasado", agrega. Además, los glaciares han retrocedido en cada temporada y cada década desde 1979

   Por otro lado, han probado que los océanos se están acidificando desde que comenzó la era industrial y que la frecuencia e intensidad de lluvias copiosas se incrementará a escala global. El ratio de crecimiento del nivel del mar desde mediados del siglo XIX ha sido mayor que la media de los últimos dos milenios. Entre 1901 y 201 el nivel del mar subió 0,19 metros.

   Concretamente, los primeros 700 metros de los océanos han capturado la gran parte del calor provocado por los gases de efecto invernadero y se han calentado desde 1970. Este calentamiento del clima durante los últimos 15 años en las temperaturas superficiales han crecido más lentamente en comparación con las décadas recientes, pero estas décadas de calentamiento más lento no es normal.

   Respecto a las temperaturas, los expertos aseguran que "hay una fuerte evidencia" de que las temperaturas extremas, incluidos los días cálidos y las olas de calor han sido más frecuentes desde 1950. Así, el número de días con lluvias abundantes han aumentado donde habían disminuido. La frecuencia e intensidad de las lluvias torrenciales han aumentado en el norte de América y Europa y en otros continentes.

   En el caso de las sequías, la tendencia es que serán más frecuentes, sobre todo en el Mediterráneo y las regiones occidentales de África.

   En este contexto, el codirector del informe Thomas Stocker ha dicho que como resultado de las emisiones de dióxido de carbono del pasado, del presente y las que se prevén en el futuro, el planeta está confinado a un cambio climático cuyos efectos persistirán durante varios siglos incluso si las emisiones de dióxido de carbono cesan.

   Por su parte, el director del IPCC, Rajendra Pachauri, ha destacado que el informe para políticos del Grupo I proporciona importantes datos de las bases científicas del fenómeno y sirve de cimientos firmes por sus consideraciones acerca del cambio climático en los humanos y en los sistemas naturales así como para conocer el reto del calentamiento. Finalmente, ha confirmado que esta contribución servirá a los trabajos de los grupos II y III del IPCC cuyas conclusiones se conocerán en marzo y abril de 2014.

Fuente: Europa Press

Io, la Tierra hace cuatro mil millones de años

Un equipo de investigadores estadounidenses ha puesto la luna hipervolcánica de Júpiter Io en su punto de mira, ya que podría dar numerosas pistas sobre cómo era la Tierra hace 4.000 millones de años.

   Io es el objeto más volcánicamente activo en el sistema solar. Eliminando sus depósitos de calor interno a través de erupciones intensas que cubren toda la luna con cerca de 1 centímetro de lava cada año. Según han explicado los expertos, la Tierra habría pasado por una fase similar en su juventud, antes de que el se enfriara lo suficiente para que la tectónica de placas se pusiera en marcha.

   La Tierra se formó por la fusión de muchos pequeños "planetesimales", rocosos hace unos 4,5 millones de años. Estas colisiones generan mucho calor, al igual que la posterior separación del núcleo metálico de la Tierra y de la desintegración de elementos radiactivos. Como resultado, la antigua Tierra albergaba mucho más calor en su interior que hoy, quizás entre cinco y 10 veces más.

   Por ello, los autores de este trabajo, que ha sido publicado en 'Nature', creen que la Tierra primitiva pudo haber funcionado como Io, donde el calor fluye a la superficie a través de "tuberías" volcánicas en grandes cantidades.

Un equipo de investigadores estadounidenses ha puesto la luna hipervolcánica de Júpiter Io en su punto de mira, ya que podría dar numerosas pistas sobre cómo era la Tierra hace 4.000 millones de años.

   Io es el objeto más volcánicamente activo en el sistema solar. Eliminando sus depósitos de calor interno a través de erupciones intensas que cubren toda la luna con cerca de 1 centímetro de lava cada año. Según han explicado los expertos, la Tierra habría pasado por una fase similar en su juventud, antes de que el se enfriara lo suficiente para que la tectónica de placas se pusiera en marcha.

   La Tierra se formó por la fusión de muchos pequeños "planetesimales", rocosos hace unos 4,5 millones de años. Estas colisiones generan mucho calor, al igual que la posterior separación del núcleo metálico de la Tierra y de la desintegración de elementos radiactivos. Como resultado, la antigua Tierra albergaba mucho más calor en su interior que hoy, quizás entre cinco y 10 veces más.

   Por ello, los autores de este trabajo, que ha sido publicado en 'Nature', creen que la Tierra primitiva pudo haber funcionado como Io, donde el calor fluye a la superficie a través de "tuberías" volcánicas en grandes cantidades.

Si esto no fuera así, la principal alternativa al modelo de tubo de calor es una versión mejorada de la tectónica de placas, en el que enormes placas litosféricas de la Tierra se movían más rápido y transportaban más calor que actualmente. A pesar de ello, los científicos ven varias lagunas en esta posibilidad.

EVIDENCIAS DE ACTIVIDAD VOLCÁNICA

   En este sentido, han recordado que las rocas que se formaron hace unos 3.500 millones años conservan evidencias de períodos de intensa y continua actividad volcánica en la Tierra que, según han demostrado diversos estudios, duraron varios cientos de millones de años. Así, estos datos también contradicen el argumento de la tectónica en la antigüedad.

   Además, también hay evidencias de que al enfriarse la Tierra fue disminuyendo la cantidad de actividad volcánica drásticamente, lo que llevaría a la litosfera a ser cada vez más delgada hasta que, finalmente, se rompió, lo que supuso la formación de placas, en una época posterior.

   "La interacción entre las rocas y el agua caliente es muy buena para la vida, ya que libera energía térmica y energía química de las rocas, así como nutrientes esenciales como el fósforo y el azufre que se depositan en el agua", ha indicado uno de los autores, William Moore, defendiendo la actividad volcánica del planeta.

Fuente: Europa Press

El robot Curiosity encontro «abundante agua» en Marte

Lo afirma una investigación publicada en la revista Science. El planeta rojo tendría en su suelo un 2 por ciento de ese líquido, fundamental para la vida.

Es un descubrimiento que puede traer un cambio en muchos proyectos de la NASA. Desde que el robot Curiosity aterrizó en el planeta rojo no había tenido un éxito tan importante como el de esta semana: el aparato descubrió que el suelo de Marte tiene "abundante agua".

Lo afirma una investigación publicada en la revista Science. El planeta rojo tendría en su suelo un 2 por ciento de ese líquido, fundamental para la vida.

Es un descubrimiento que puede traer un cambio en muchos proyectos de la NASA. Desde que el robot Curiosity aterrizó en el planeta rojo no había tenido un éxito tan importante como el de esta semana: el aparato descubrió que el suelo de Marte tiene "abundante agua".

Así lo arroja el estudio del robot, publicado por la revista Science. "Sabemos ahora que habría agua abundante y fácilmente accesible en Marte. Si enviamos seres humanos allí, podrían recoger en cualquier lado suelo de la superficie, calentarlo un poco y obtendrían agua", explicó la científica Leshin Laurie del Instituto Politécnico Rensselear, según DPA.

De acuerdo a la investigación esto podría ser un recurso útil para los futuros astronautas ya que los números estudiados aseguran que la tierra roja marciana tiene cerca del 2% en peso de agua. "Parece ser la misma tierra en todas partes que vaya. Si usted es un explorador, es realmente una buena noticia, porque se puede extraer con facilidad el agua de casi cualquier lugar", agregó.

Para llegar a esa conclusión los científicos se basaron en lo que hizo el Curiosity: calentó a una altísima temperatura una muestra del suelo marciano en una cámara de análisis especial. Allí la muestra liberó agua. Los análisis del suelo también concluyeron que tiene cantidades significativas de dióxido de carbono, oxígeno y moléculas con azufre.

"Marte posee una especie de capa global, una capa formada por suelo superficial, que fue mezclado y diseminado por las frecuentes tormentas de polvo", explicó comentó la especialista. El Curiosity, de la agencia espacial estadounidense NASA, llegó a ese remoto planeta el 6 de agosto de 2012, donde aterrizó en el cráter Gale, cerca del ecuador del Planeta Rojo.

Fuente: TN

Una misión espacial tripulada por humanos buscará vida en una luna de Júpiter

La agencia espacial danesa Copenhagen Suborbitals ha lanzado un ambicioso proyecto que a muchos les puede parecer poco realista, el plan llamado 'Objetivo Europa'.

'Objetivo Europa', es un plan para enviar una misión espacial tripulada por humanos, solo de ida, sin retorno, a la menor de las cuatro lunas de Júpiter, Europa, con el fin de encontrar vida extraterrestre en sus mares, informa el sitio web The Verge. 

La agencia espacial danesa Copenhagen Suborbitals ha lanzado un ambicioso proyecto que a muchos les puede parecer poco realista, el plan llamado 'Objetivo Europa'.

'Objetivo Europa', es un plan para enviar una misión espacial tripulada por humanos, solo de ida, sin retorno, a la menor de las cuatro lunas de Júpiter, Europa, con el fin de encontrar vida extraterrestre en sus mares, informa el sitio web The Verge. 

El ingeniero y exempleado de la NASA Kristian Von Bengtson, fundador de la Copenhagen Suborbitals, ha proyectado una peculiar nave espacial para hacer realidad su plan de viaje al satélite natural helado Europa.

Según Bengtson, el punto de partida de 'Objetivo Europa' es puramente teórico y un grupo de voluntarios (ingenieros, diseñadores, exespecialistas de la NASA, científicos y otros expertos) realizarán investigaciones y determinarán si dicha misión es posible. En un futuro este plan contará con fases más avanzadas, como la creación de prototipos, pruebas de aptitud y finalmente un lanzamiento tripulado, si se llega a la conclusión de que la misión es realizable, declara 'Objetivo Europa' en su web oficial.  

Además para lograr su objetivo, Von Bengtson tendrá que tener en cuenta un gran número de inconvenientes de tipo técnico. Primero deberá superar la fuerza de atracción de Júpiter, lo que requiere grandes cantidades de combustible. Segundo, proteger toda la electrónica a bordo de la nave de las partículas cargadas de radiación del campo magnético del planeta, que es algo sumamente costoso. En tercer lugar, superar la distancia hasta el satélite, al cual se planea llegar en 600 días, cuando a la sonda de la NASA Galileo le tomó seis años llegar a Júpiter. Cuarto, el racionamiento de alimentos para la tripulación. Y el último objetivo principal sería encontrar la forma de perforar una capa de hielo de unos 10 kilómetros de grosor, para llegar al interior del océano e intentar encontrar formas de vida orgánica.  

Fuente: Actualidad Espacial

¿Oro en meteoritos?

Por William Kremer
Servicio Mundial de la BBC

¿Por qué encontramos pepitas de oro en la superficie de la Tierra?

Para los jefes tribales de la América precolombina, el deslumbrante amarillo del oro que encontraban en el fondo de los riachuelos o enterrado bajo el piso rocoso simbolizaba el poder del dios sol. Por eso se vestían con armaduras de batalla forjadas con el metal encantado confiados de que les protegería.
Pero sufrieron una decepción.

El oro, un metal inusualmente suave, no tenía nada que hacer frente al acero de los españoles. Pero puede que los indígenas americanos no estuviesen tan despistados al creer que ese elemento era de otro mundo.
"¿Por qué encontramos pepitas de oro en la superficie de la Tierra?", pregunta el escritor científico John Emsley. "La respuesta a eso es que han llegado del espacio en forma de meteoritos".
Esta teoría ha sido adoptada en las últimas décadas por la mayoría de los científicos como una forma de explicar la abundancia de oro sobre la Tierra. Se cree que nuestro planeta tiene 1,3 gramos de oro por cada 1.000 toneladas de otro tipo de materiales de la corteza terrestre (la cáscara rocosa del planeta tiene unas 25 millas de espesor -más de 40 kilómetros-), una cifra demasiado alta como para encajar con los modelos estándares de formación de nuestro planeta.
Después de su nacimiento hace 4.500 millones de años, la superficie de la Tierra estaba cubierta de volcanes y rocas fundidas. Después, durante decenas de millones de años, la mayoría del hierro se hundió a través de la capa exterior conocida como el manto hacia el núcleo de la Tierra. El oro se habría mezclado con el hierro y se habría hundido con él. Matthias Willbold, un geólogo del Imperial College de Londres, compara ese proceso con el que sucede con las gotas de vinagre que se quedan en el fondo de un plato con aceite de oliva.
"Todo el oro debería haber desaparecido", afirma.

Por William Kremer
Servicio Mundial de la BBC

¿Por qué encontramos pepitas de oro en la superficie de la Tierra?

Para los jefes tribales de la América precolombina, el deslumbrante amarillo del oro que encontraban en el fondo de los riachuelos o enterrado bajo el piso rocoso simbolizaba el poder del dios sol. Por eso se vestían con armaduras de batalla forjadas con el metal encantado confiados de que les protegería.
Pero sufrieron una decepción.

El oro, un metal inusualmente suave, no tenía nada que hacer frente al acero de los españoles. Pero puede que los indígenas americanos no estuviesen tan despistados al creer que ese elemento era de otro mundo.
"¿Por qué encontramos pepitas de oro en la superficie de la Tierra?", pregunta el escritor científico John Emsley. "La respuesta a eso es que han llegado del espacio en forma de meteoritos".
Esta teoría ha sido adoptada en las últimas décadas por la mayoría de los científicos como una forma de explicar la abundancia de oro sobre la Tierra. Se cree que nuestro planeta tiene 1,3 gramos de oro por cada 1.000 toneladas de otro tipo de materiales de la corteza terrestre (la cáscara rocosa del planeta tiene unas 25 millas de espesor -más de 40 kilómetros-), una cifra demasiado alta como para encajar con los modelos estándares de formación de nuestro planeta.
Después de su nacimiento hace 4.500 millones de años, la superficie de la Tierra estaba cubierta de volcanes y rocas fundidas. Después, durante decenas de millones de años, la mayoría del hierro se hundió a través de la capa exterior conocida como el manto hacia el núcleo de la Tierra. El oro se habría mezclado con el hierro y se habría hundido con él. Matthias Willbold, un geólogo del Imperial College de Londres, compara ese proceso con el que sucede con las gotas de vinagre que se quedan en el fondo de un plato con aceite de oliva.
"Todo el oro debería haber desaparecido", afirma.

 

 Los fragmentos de material espacial podrían ser los portadores del oro

Lluvia de meteoritos

Sin embargo, no ha sido así. Así que la ciencia tiene que dar una explicación a eso y la respuesta preferida en estos momentos por los científicos es que hubo una lluvia de meteoritos.
"La teoría es que después de que se formó el núcleo terrestre hubo una lluvia de meteoritos que impactó contra la Tierra", explica Willbold. "Esos meteoritos contenían una cierta cantidad de oro que rellenó el manto y la corteza continental de la Tierra con oro".
Willbold explica que esta teoría encaja con el patrón de actividad meteorítica tal y como la entienden los científicos que tuvo su punto culminante en una inmensa tormenta que tuvo lugar hace 3.800 millones de años a la que se conoce como "bombardeo terminal".
El impacto de los meteoritos, que provenían de un cinturón de asteroides que todavía existe entre la Tierra y Marte, provocó los cráteres que vemos en la Luna.
Esta idea de la lluvia de meteoritos bañados en oro se mencionó por primera vez tras los viajes a la Luna de las naves Apolo en la década de los 70. Los científicos que examinaron las muestras de rocas del manto de la Luna encontraron mucho menos iridio y oro que lo hallado en la superficie lunar o en la corteza y manto de la Tierra.
Algunos presentaron como hipotésis que tanto la Luna como la Tierra habían sido impactadas por meteoritos ricos en iridio, conocidos como condritas, del espacio exterior. Mientras que la valiosa carga de esta lluvia meteórica quedó dispersa en la superficie de la Luna, en la Tierra, la actividad interna del planeta la revolvió con el manto terrestre.
La hipótesis se ha vuelto una teoría fundamental en la ciencia planetaria.
También ayuda a explicar otras muchas anomalías de la composición terrestre. Se cree que los mismos meteoritos trajeron el carbono, el nitrógeno, el agua y los aminoácidos que son vitales para la vida en nuestro planeta.
"Son básicamente los pilares de la Tierra", sostiene Willbold.

Los asteroides están formados por una amplia variedad de minerales, algunos de ellos muy escasos en la superficie terrestre

Una hipótesis de las rocas de Groelandia…

Hace dos años, el científico, junto a un equipo de las universidades de Bristol y Oxford, ambas en el Reino Unido, examinaron rocas de Groenlandia que provienen de una parte del manto de la Tierra que estuvo aislada de la actividad de los meteoritos por un periodo crucial de unos 600 millones de años.
El equipo no analizó el contenido de oro en las rocas de hace 4.400 millones de años, sino el de tungsteno. Ese elemento tiene similaridades con el oro pero aparece en diferentes formas o isótopos y esto ofrece a los científicos más información histórica.
"La composición de isótopos de tungsteno de estas piedras era básicamente muy diferente de la composición de isótopo de tungsteno de otras", señala Willbold.
El científico deduce que las rocas que encontraron en Groelandia son un remanente de la composición de la Tierra antes de que comenzara la lluvia de meteoritos bañados en metales preciosos que se cree que tuvo lugar entre hace 4.400 y 3.800 millones de años.
El influyente estudio de Willbold, que fue publicado por la revista Nature en septiembre de 2011, ofrece la prueba más convincente hasta ahora de la teoría de esa lluvia de meteoritos. Esta hipótesis parece la mejor explicación al inusual perfil de isótopos de tungsteno de las rocas de Groenlandia, así como en los 70 parecía explicar también las diferentes cantidades de oro e iridio en los mantos de la Tierra y la Luna.
Pero la hipótesis ha sido rebatida.

… Y otra de las rocas de Rusia

El año pasado, Mathieu Touboul y un equipo de la Universidad de Maryland examinaron otras rocas, esta vez de Rusia, significativamente más jóvenes que las del estudio de Groenlandia, de hace 2.800 millones de años.
Estas rocas jóvenes tenían un alto contenido de elementos conocidos como "siderófilos" -el grupo de metales que incluye al oro. Pero en términos de isótopos de tungsteno, las rocas resultaron ser muy similares a las del estudio de Willbold.
Pero sin embargo provienen de la época en la que se cree que se produjo el bombardeo de meteoritos.
"Hemos alcanzado una conclusión diferente sobre lo que está generando estas anomalías en las rocas", explica Touboul, quien cree que las diferencias en el manto de la Tierra pueden haber provocado que los isótopos de tungsteno se desarrollasen de maneras diferentes.
Sin embargo, cree que la teoría de la lluvia de metoritos bañados en metales preciosos es correcta, pero no que las medidas de isótopo de tungsteno sean una prueba de ello.
Otros científicos creen que ha llegado la hora de cambiar integralmente el planteamiento.
"Antes aceptaba la teoría de la lluvia de meteritos bañados en metales preciosos, pero era cuando teníamos tan pocos datos que parecía una interpretación sensata", afirma Munir Humayun, de la Universidad Estatal de Florida.
"Parecía elegante pero había muchas lagunas en los datos. Suponíamos mucho y sabíamos muy poco entonces", sostiene.
Humayun asegura que los estudios originales de los años 70 sobre las rocas de la Tierra y de la Luna produjeron resultados imprecisos que se diferenciaban con otros estudios más sofisticados que se hicieron en la década de los 90.
Uno de esos estudios, de la Universidad de Maryland, encontró menos similitudes de las esperadas entre las rocas de la Tierra y las condritas, los meteoritos ricos en iridio. "Ahí fue donde la teoría de la lluvia de meteoritos falló a mi juicio", dice. "Ninguno de los tipos de meteoritos conocidos se parecían a los bañados en metales preciosos".