Por Mariano Andrés Peter
 
Las lluvias de meteoros (más conocidas como lluvias de estrellas fugaces), son los fenómenos celestes más comunes y también los más fáciles de observar ya que no se requiere de ningún instrumento de observación como telescopios o binoculares, solo hace falta ubicarse en un sitio oscuro, alejado de las luces de la ciudad, sin árboles u otros objetos que puedan interferir con la visión  y eso sí, mucha paciencia. Pueden pasar quizás un par de horas en las que no observemos nada pero en cuestión de diez minutos podemos llegar a deleitarnos con unos cuantos meteoros luminosos. Tal vez inclusive hasta podamos presenciar la caída de un bólido muy luminoso, que emita algún sonido y presente una estela prominente. 
Podemos tratar de filmarlos si contamos con el equipo y los conocimientos necesarios.
Es interesante además llevar un registro de los avistamientos que tengamos por hora.


