Mirar al Cielo: Cómo Reportar Bólidos a la AEA

Por Alberto Anunziato

Meteorito Berduc, hallado por la AEA en Abril de 2008

Mirar al cielo no solamente es una actividad placentera que podemos disfrutar todos los días, es una forma de colaborar con el conocimiento de nuestro universo. Sin exageraciones, si mira al cielo Ud. puede ser testigo de un fenómeno más usual de lo que pueda creer y de enorme interés para la ciencia: la aparición de un bólido.

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Obtienen las primeras imágenes de la pareja de galaxias conocida como ‘Los ojos’

El Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO) ha obtenido las primeras imágenes de la pareja de galaxias conocida como 'Los ojos', que se encuentran a 50 millones de años luz de distancia de la constelación de Virgo.

   Gracias a estas imágenes, los astrónomos han podido constatar que los núcleos de ambas galaxias son similares, dos óvalos blancos "que se asemejan a un par de ojos brillando en la oscuridad". Sin embargo, ahora han podido ver que aunque los centros parecen iguales, sus periferias no podían ser más diferentes.

   Así, la galaxia en la parte inferior derecha, conocida como NGC 4435, es compacta y parece estar casi desprovista de gas y polvo. En cambio, en la galaxia grande en la parte superior izquierda (NGC 4438) contiene carriles de polvo oscuro y se pueden ver estrellas jóvenes a la izquierda de su núcleo. Además, contiene gas que  se extiende, al menos, hasta sus límites.

   Del mismo modo, los expertos, destacan que NGC 4438 ha sufrido un "proceso violento", es decir, una colisión con otra galaxia que supondría un distorsionamiento en su forma y contenido. Concretamente, han apuntado que fue una galaxia espiral en sus inicios y se ha ido deformando, durante cientos de millones de años.

   En este sentido, algunos científicos apuntan a su compañera, NGC 4435, como la culpable de la "violencia", aunque han señalado que los choques también han contribuido a la reducción de NGC 4435 y a la eliminación de parte de su gas y polvo.

El Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO) ha obtenido las primeras imágenes de la pareja de galaxias conocida como 'Los ojos', que se encuentran a 50 millones de años luz de distancia de la constelación de Virgo.

   Gracias a estas imágenes, los astrónomos han podido constatar que los núcleos de ambas galaxias son similares, dos óvalos blancos "que se asemejan a un par de ojos brillando en la oscuridad". Sin embargo, ahora han podido ver que aunque los centros parecen iguales, sus periferias no podían ser más diferentes.

   Así, la galaxia en la parte inferior derecha, conocida como NGC 4435, es compacta y parece estar casi desprovista de gas y polvo. En cambio, en la galaxia grande en la parte superior izquierda (NGC 4438) contiene carriles de polvo oscuro y se pueden ver estrellas jóvenes a la izquierda de su núcleo. Además, contiene gas que  se extiende, al menos, hasta sus límites.

   Del mismo modo, los expertos, destacan que NGC 4438 ha sufrido un "proceso violento", es decir, una colisión con otra galaxia que supondría un distorsionamiento en su forma y contenido. Concretamente, han apuntado que fue una galaxia espiral en sus inicios y se ha ido deformando, durante cientos de millones de años.

   En este sentido, algunos científicos apuntan a su compañera, NGC 4435, como la culpable de la "violencia", aunque han señalado que los choques también han contribuido a la reducción de NGC 4435 y a la eliminación de parte de su gas y polvo.

   Sin embargo, otros investigadores señalan como posibilidad que la galaxia elíptica gigante Messier 86, pueda ser la responsable de los daños causados. Recientes observaciones han encontrado filamentos de gas de hidrógeno ionizado que conectan a las dos grandes galaxias, lo que indicaría que podrían haber colisionado en el pasado.

   La galaxia elíptica Messier 86 y 'Los ojos' pertenecen a la constelación de Virgo, un grupo muy rico de galaxias que están muy juntas, por lo que las colisiones entre ellas son "bastante frecuentes", según los científicos.

   La imagen obtenida de 'Los ojos' es la primera que se produce como parte del programa Gemas de la ESO. Se trata de una iniciativa para obtener imágenes astronómicas para fines educativos y de divulgación, según ha explicado el observatorio.

Fuente: Europapress

 

Descubren hielo y metano en el planeta enano 2007 OR10

 

Astrónomos del Instituto de Tecnología de California (Caltech) han descubierto que el planeta enano 2007 OR10 (conocido como 'Blancanieves') es un mundo helado, con la mitad de su superficie cubierta de hielo de agua que, antiguamente, fluía a través de volcanes. Además, los nuevos hallazgos sugieren que el planeta, cuya superficie es de color rojo, está cubierto por una fina capa de metano, restos de una atmósfera que poco a poco se pierde en el espacio.

   Según han señalado los autores principales de este estudio, que se publicará en el 'Astrophysical Journal Letters', Mike Brown y Barbara Rosemberg, este hallazgo permite "ver lo que alguna vez fue un pequeño mundo activo con volcanes agua y una atmósfera, y ahora acaba estando congelado, muerto, con una atmósfera que poco a poco se va desvaneciendo".

   El planeta 'Blancanieves' fue descubierto en el 2007 como parte de la tesis doctoral del ex estudiante graduado de Brown Meg Schwamb. El planeta enano órbita alrededor del Sol en el borde del sistema solar y es aproximadamente la mitad del tamaño de Plutón, por lo que es el quinto planeta enano.

 

Astrónomos del Instituto de Tecnología de California (Caltech) han descubierto que el planeta enano 2007 OR10 (conocido como 'Blancanieves') es un mundo helado, con la mitad de su superficie cubierta de hielo de agua que, antiguamente, fluía a través de volcanes. Además, los nuevos hallazgos sugieren que el planeta, cuya superficie es de color rojo, está cubierto por una fina capa de metano, restos de una atmósfera que poco a poco se pierde en el espacio.

   Según han señalado los autores principales de este estudio, que se publicará en el 'Astrophysical Journal Letters', Mike Brown y Barbara Rosemberg, este hallazgo permite "ver lo que alguna vez fue un pequeño mundo activo con volcanes agua y una atmósfera, y ahora acaba estando congelado, muerto, con una atmósfera que poco a poco se va desvaneciendo".

   El planeta 'Blancanieves' fue descubierto en el 2007 como parte de la tesis doctoral del ex estudiante graduado de Brown Meg Schwamb. El planeta enano órbita alrededor del Sol en el borde del sistema solar y es aproximadamente la mitad del tamaño de Plutón, por lo que es el quinto planeta enano.

Cuando hizo su descubrimiento, el estudiante había supuesto erróneamente que se trataba de un cuerpo helado que se había desprendido de otro planeta llamado Haumea, así que lo apodaron Blancanieves por su presunto color blanco. Sin embargo, las observaciones de seguimiento revelaron que Blancanieves es en realidad uno más de los objetos rojos que pululan por esa zona del sistema solar.

   A partir de entonces, los expertos estudiaron a 2007 OR10 con el fin de explicar el por qué del color rojo a pesar de estar cubierto de hielo de agua que es "casi siempre blanco" y la solución la hallaron en otro planeta enano, Quaoar, descubierto en 2002. Quaoar es ligeramente menor que Blancanieves, pero lo suficientemente grande como para haber tenido una atmósfera y una superficie cubierta de volcanes que arrojaron un hielo derretido, que luego se congeló a medida que fluía sobre la superficie.

   Precisamente, los científicos sabía que por su tamaño en Quaoar no se podían retener para siempre compuestos volátiles como el metano, monóxido de carbono o nitrógeno. De este modo, se sabe que miles de millones de años después de haberse formado, el planeta empezó a perder su atmósfera en el espacio y actualmente lo único que queda es algo de metano.

   "Blancanieves es similar al de Quaoar, lo que sugiere que lo que sucedió en Quaoar también sucedió en 2007 OR10", han explicado Brown y Rosemberg, quienes señalan que el color rojo del hielo se debe al metano. Aún así, la presencia del metano no es aún definitiva. Para averiguarlo, los astrónomos tendrán que utilizar un gran telescopio.

Fuente Europapress

El telescopio Herschel detecta una estrella imposible

Según las teorías estelares actuales "no es posible la formación de
estrellas con una masa superior a ocho veces la de nuestro Sol", dice
la especialista Annie Zavagno. La intensa luz emitida por las
estrellas de este tamaño deberá dispersar las nubes de materia que
rodean al astro en formación, y éste no podría ir acumulando más masa.
Sin embargo, se conocen algunos astros con masa hasta 150 veces la
solar, luego la teoría no es correcta. Las llaman estrellas
imposibles. De gran ayuda para solucionar este contrasentido son las
observaciones que han hecho los astrónomos ahora con un telescopio
espacial estrenado hace poco, el Herschel, que ha visto una estrellas
en la fase embrionaria que ya tiene una masa de ocho o diez veces la
del Sol.

Según las teorías estelares actuales "no es posible la formación de
estrellas con una masa superior a ocho veces la de nuestro Sol", dice
la especialista Annie Zavagno. La intensa luz emitida por las
estrellas de este tamaño deberá dispersar las nubes de materia que
rodean al astro en formación, y éste no podría ir acumulando más masa.
Sin embargo, se conocen algunos astros con masa hasta 150 veces la
solar, luego la teoría no es correcta. Las llaman estrellas
imposibles. De gran ayuda para solucionar este contrasentido son las
observaciones que han hecho los astrónomos ahora con un telescopio
espacial estrenado hace poco, el Herschel, que ha visto una estrellas
en la fase embrionaria que ya tiene una masa de ocho o diez veces la
del Sol.

Pero además, está rodeada de una nube de gas y polvo de unas
2000 masas solares que podría acabar alimentándola. Eso si, tardaría
unos cientos de miles de años en completar ese proceso.

Agua eléctrica

Zona de gestación y nacimiento de estrellas en la Vía Láctea- ESA
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El astro embrionario está en una zona llamada RCW120 y podría
convertirse en uno de los más grandes y brillantes de nuestra galaxia.
"Esta estrella sólo puede seguir creciendo", dice Zavagno (Laboratorio
de Astrofísica de Marsella). El poder observar una estrella masiva en
proceso de formación es una oportunidad única para intentar resolver
una de las grandes paradojas de la astronomía, señalan los expertos,
refiriéndose al límite de masa estelar.

Este es uno de los hallazgos presentados por los responsables del
Herschel en una reunión sobre el primer año de operación de este
telescopio, celebrada en Estec, el centro científico y tecnológico de
la Agencia Europea del Espacio (ESA), en Holanda. El observatorio fue
lanzado al espacio el 14 de mayo de 2009 y está situado a 1,5 millones
de kilómetros de la Tierra. Con su espejo principal de 3,5 metros de
diámetro (una vez y media mayor que el del Hubble) es el mayor
telescopio astronómico jamás lanzado al espacio, recuerda la ESA. Es
un observatorio especializado en ver el universo frío, que capta
radiación infrarroja de los objetos celestes en frecuencias que
absorbe la atmósfera terrestre y que, por tanto, es invisible con
telescopios en el suelo.

Otro campo de investigación que han destacado los científicos de
Herschel es el censo de regiones de formación estelar en la Vía Láctea
que están haciendo. Una de las imágenes presentadas muestra,
precisamente, el proceso por el que los embriones estelares se forman
primero en el interior de brillantes filamentos de polvo y gas, que se
extienden a lo largo de toda la galaxia, y que evolucionan luego hasta
crear cadenas de nubes de formación estelar que pueden alcanzar varias
decenas de años luz de longitud, explica la ESA.

El Herschel no se limita a la vía Láctea, sino que ha captado la
radiación infrarroja emitida por miles de galaxias en una región del
universo de varios miles de millones de años-luz. Cada galaxia se ve
como un punto, pero midiendo su brillo los astrónomos pueden
determinar la tasa de formación estelar en su interior. En principio,
explican los especialistas, cuanto más brille una galaxia en
infrarrojo, más estrellas están naciendo en su interior. Los datos
aportados por el telescopio europeo indican que las galaxias han
evolucionado mucho más rápido de lo que se creía.
Agua eléctrica

El telescopio Herschel, capaz de detectar moléculas en el universo, ha
descubierto un nuevo estado del agua en el espacio, explica la ESA. Al
agua líquida, hielo sólido y vapor de agua, hay que añadir ahora el
agua ionizada con carga eléctrica, que, a diferencia de los otros tres
estados citados, no se encuentra en la Tierra de forma natural

Se forma agua ionizada de forma natural en las nubes que rodean a las
estrellas en formación, donde la luz ultravioleta que se filtra a
través del gas puede arrancar un electrón de la molécula de agua y
dejarla con carga eléctrica positiva.

"La detección de vapor de agua ionizado ha sido una sorpresa", comenta
Arnold Benz (ETH de Zúrich). "Esto demuestra que durante las primeras
etapas de formación de una estrella se producen reacciones tan
violentas que son capaces de emitir radiación ultravioleta a través de
la nube".

Fuente: Diario El País

Rusia: Continúa la mala racha en el área de los lanzamientos espaciales

El 24 de agosto, Rusia perdió durante el ascenso a su nave de carga Progress M-12M/44P, en dirección a la estación espacial internacional. El vehículo se estrelló al no alcanzar la velocidad orbital.
El despegue ocurrió a las 13:00 UTC, desde el cosmódromo de Baikonur. Sin embargo, tras 5 minutos y 20 segundos de vuelo, el sistema de propulsión de la tercera etapa del cohete Soyuz-U (Blok I) experimentó un fallo que supuso su apagado automático. Falto de impulso, el conjunto reentró de nuevo y cayó sobre la Tierra, tras describir una amplia parábola.
Como es habitual, la nave de carga transportaba suministros para el complejo internacional, como oxígeno, agua, combustible, alimentos, recambios y experimentos científicos, entre otras cosas. En total, unas 2,9 toneladas de peso que se quemaron tras el reingreso en la atmósfera, y que impactaron, junto a los restos del cohete, en la zona oriental de Rusia.

El 24 de agosto, Rusia perdió durante el ascenso a su nave de carga Progress M-12M/44P, en dirección a la estación espacial internacional. El vehículo se estrelló al no alcanzar la velocidad orbital.
El despegue ocurrió a las 13:00 UTC, desde el cosmódromo de Baikonur. Sin embargo, tras 5 minutos y 20 segundos de vuelo, el sistema de propulsión de la tercera etapa del cohete Soyuz-U (Blok I) experimentó un fallo que supuso su apagado automático. Falto de impulso, el conjunto reentró de nuevo y cayó sobre la Tierra, tras describir una amplia parábola.
Como es habitual, la nave de carga transportaba suministros para el complejo internacional, como oxígeno, agua, combustible, alimentos, recambios y experimentos científicos, entre otras cosas. En total, unas 2,9 toneladas de peso que se quemaron tras el reingreso en la atmósfera, y que impactaron, junto a los restos del cohete, en la zona oriental de Rusia.

Es la primera vez que una nave Progress en dirección a la estación espacial falla. Los cohetes Soyuz-U son considerados muy seguros y fiables, pero tras el fallo la dirección del programa de la estación espacial tendrá que estudiar muy bien qué consecuencias tendrá el suceso. Para empezar, hay suficientes suministros a bordo de la ISS para varios meses, de modo que no existe una urgencia por enviar otra Progress. Sin embargo, el 22 de septiembre debía lanzarse hacia ella una nave Soyuz tripulada, que básicamente utilizará un cohete igual al que ha fallado (Soyuz-FG), aunque con algunas mejoras técnicas. Lógicamente, hasta que no se averigüe lo sucedido, esta misión permanecerá suspendida. Ello a su vez retrasará probablemente el retorno de tres de los astronautas que ahora se encuentran en la estación, y que debían ser reemplazados. Podría decidirse su retorno, pero entonces el complejo se quedaría con sólo tres habitantes, reduciéndose el caudal de ciencia que es posible realizar y aumentando la carga de trabajo de los demás (mantenimiento, etc.). Así pues, está por ver cuándo regresarán Andrey Borisenko, Alexander Samokutyaev y Ronald Garan, que debían aterrizar en la Soyuz TMA-21 el próximo 8 de septiembre, y teniendo en cuenta que su nave no puede permanecer más de 200 días en órbita sin perder la garantía. Anton Shkaplerov, Anatoly Ivanishin y Dan Burbank deberán a su vez permanecer en tierra hasta que se aclare lo ocurrido.
El cohete Soyuz-U sólo ha fallado en 21 ocasiones en cuarenta años, con 745 misiones exitosas. Por tanto, su comportamiento no está cuestionado. Los ingenieros esperan resolver el problema lo antes posible. Con la retirada de los transbordadores estadounidenses, sin embargo, y con la actual dependencia de la estación espacial respecto a las naves rusas y sus cohetes, una interrupción prolongada podría ocasionar problemas logísticos. Ya han surgido voces que solicitan una aceleración de los planes de servicio comercial por parte de compañías estadounidenses como SpaceX u OSC, incluso a costa de los presupuestos del proyecto de cohete pesado de la NASA.

Fuente: Noticias de la Ciencia