
Sobre nuestras cabezas, en órbita en torno a la Tierra, hay más de 200.000 piezas que el hombre ha puesto ahí arriba y qu ocasionalmente pierden altura y se precipitan sobre nosotros.
La mayoría de las ocasiones se trata de pequeños fragmentos de satélites o naves que se han desprendido en algún momento, tuercas que se le escaparon a alguno de los astronautas que han construído la Estación Espacial Internacional… pedazitos de basura espacial de 10 centímetros o más que pululan por ahí arriba y que el día que pierden su órbita caen incinerándose en la reentrada para que luego nosotros pidamos un deseo al ver la “estrella fugaz” que ocasionan.


