Descubren otro exoplaneta habitable

Se trata del GJ 667Cc, que tiene 4.5 veces la masa de la Tierra y se encuentra a 22 años luz de ese cuerpo celeste. Científicos creen que es el mejor candidato para contener agua líquida y vida.
 

 

Un equipo de científicos descubrió un cuerpo celeste muy similar a la Tierra, a unos 22 años luz de este, que tiene más posibilidades de tener vida que cualquier exoplaneta.

Con un periodo orbital de unos 28 días, el planeta GJ 667Cc, que se calcula que tiene 4.5 veces la masa de la Tierra, gira alrededor de su sol en la zona donde la temperatura no es ni demasiado caliente ni demasiado fría para que exista agua líquida en su superficie, señala un artículo publicado en Astrophysical Journal Letters.

Se trata del GJ 667Cc, que tiene 4.5 veces la masa de la Tierra y se encuentra a 22 años luz de ese cuerpo celeste. Científicos creen que es el mejor candidato para contener agua líquida y vida.
 

 

Un equipo de científicos descubrió un cuerpo celeste muy similar a la Tierra, a unos 22 años luz de este, que tiene más posibilidades de tener vida que cualquier exoplaneta.

Con un periodo orbital de unos 28 días, el planeta GJ 667Cc, que se calcula que tiene 4.5 veces la masa de la Tierra, gira alrededor de su sol en la zona donde la temperatura no es ni demasiado caliente ni demasiado fría para que exista agua líquida en su superficie, señala un artículo publicado en Astrophysical Journal Letters.

Guillem Anglada-Escudé, uno de los encargados del estudio, indicó que este es el mejor candidato para contener agua líquida y vida debido al lugar en el que se encuentra.

Los investigadores utilizaron datos públicos del Observatorio Europeo del Sur (ESO) y un nuevo método de análisis de datos al que incorporaron mediciones de dos espectrógrafos.

Fuente: Diario Uno

Espionaje Espacial: Naves secretas vigilan a otras naves

La comunidad espacial en línea quedó sorprendida, por decir lo menos. Un respetado editor de una revista espacial británica dijo la semana pasada que el avión espacial secreto no tripulado X-37B del Pentágono probablemente espiaba a un satélite chino.

La blogosfera estalló en indignación: Las órbitas de los vehículos espaciales eran muy diferentes, dijeron los expertos.

“¡INCORRECTO!”, tuiteó @EllieAsksWhy.

El excontrolador de misiones de la NASA, James Oberg, publicó en su blog que la “muy respetada sociedad británica de vuelos espaciales” había cometido un “error tremendo”.

Mientras tanto las búsquedas en Google Trends para el X-37B se fueron hasta las nubes.

El reporte también afirmó que la tecnología había hecho que la vigilancia desde el espacio fuese ahora “un juego completamente nuevo”.

¿En verdad? Es de conocimiento general en la comunidad de inteligencia que Estados Unidos ha utilizado satélites para inspeccionar otros hardware en órbita durante medio siglo, dice el analista de defensa John Pike de globalsecurity.org. ¿Qué factores entran ahora en juego que impulsan un juego de espionaje en órbita a un nivel sin precedentes?

La comunidad espacial en línea quedó sorprendida, por decir lo menos. Un respetado editor de una revista espacial británica dijo la semana pasada que el avión espacial secreto no tripulado X-37B del Pentágono probablemente espiaba a un satélite chino.

La blogosfera estalló en indignación: Las órbitas de los vehículos espaciales eran muy diferentes, dijeron los expertos.

“¡INCORRECTO!”, tuiteó @EllieAsksWhy.

El excontrolador de misiones de la NASA, James Oberg, publicó en su blog que la “muy respetada sociedad británica de vuelos espaciales” había cometido un “error tremendo”.

Mientras tanto las búsquedas en Google Trends para el X-37B se fueron hasta las nubes.

El reporte también afirmó que la tecnología había hecho que la vigilancia desde el espacio fuese ahora “un juego completamente nuevo”.

¿En verdad? Es de conocimiento general en la comunidad de inteligencia que Estados Unidos ha utilizado satélites para inspeccionar otros hardware en órbita durante medio siglo, dice el analista de defensa John Pike de globalsecurity.org. ¿Qué factores entran ahora en juego que impulsan un juego de espionaje en órbita a un nivel sin precedentes?

En las siguientes décadas, se espera que los satélites sean más pequeños, más furtivos, manejables y sus capacidades de sensores aumentarán al ritmo acelerado del desarrollo tecnológico, según los expertos. Estados Unidos todavía lidera el mundo de la tecnología espacial, pero otros países, incluyendo a China, reducen cada vez más su distancia. Los chinos “reconocieron el valor de los activos en el espacio y lo agregan rápidamente a su inventario y a sus capacidades”, dice la analista de política de defensa espacial Joan Johnson-Frese.

Estados Unidos cuenta con satélites furtivos diseñados para evitar ser detectados desde los primeros años de la década de los 90, dice Pike. “Los rusos y los chinos están trabados 20 años detrás de nosotros, por lo tanto desarrollar satélites furtivos sólo es algo que tratan de hacer. Pero no sé si realmente lo estén haciendo”, dice Pike.

Hay muchas cosas ahí. Y la mayoría es basura que flota en el espacio. En total, hay cerca de 21,000 objetos fabricados por el hombre mayores de 10 centímetros que en este momento dan vueltas sobre el planeta, de acuerdo con el Pentágono. Se piensa que otros 1,000 objetos más son satélites activos, de acuerdo con la Union of Concerned Sicentists (Unión de Científicos Interesados). Localizar todos es bastante complicado e identificarlos puede ser más difícil.

Satélites furtivos y espías en el Universo.

La razón principal para participar en una vigilancia desde y hacia el mismo espacio es identificar los satélites furtivos, según Pike.

Algo crítico en toda la ecuación es algo que los expertos llaman RPO —rendezvous and proximity operations (operaciones de encuentro y aproximación)— la capacidad de los satélites para volar cerca de otro y desempeñar tareas, como el espionaje. El desarrollo RPO, dicen los expertos, está en camino de servir bien a la comunidad de vigilancia durante las siguientes dos décadas.

Por supuesto, el hardware en la mesa de planeación es secreto. Pero a los analistas y a los aficionados a rastrear satélites les encanta especular sobre los pequeños satélites de alto desempeño, sorprendentemente manejables y diseñados para espiar a otros objetos en órbita. Se habla sobre nuevos módulos orbitales antisatélite diseñados para chocar deliberadamente con otras naves en orbita.

El año pasado el satélite SJ-12 de China chocó contra otro satélite chino, lo que llevó a la especulación sobre si el incidente fue una parte intencional del programa de desarrollo antisatélite. Brian Weeden, exanalista de órbita de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y que ahora analiza tecnología espacial en Secure World Foundation, observó de cerca los datos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos sobre el incidente chino. Weeden duda que el choque fuera intencional.

“Si quieres probar un sistema de armas antisatélite necesitabas chocar con el objetivo de otra forma. La aproximación necesita suceder de una manera muy rápida para que tengan poca o ninguna alerta, con el resultado de que el choque a una alta velocidad destruiría el objetivo. El SJ-12 hizo completamente lo opuesto”, dice Weeden.

El Pentágono también ha estado ocupado con un satélite RPO. El satélite experimental XSS-11 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos que se lanzó en 2005 se encontró con la parte superior de su propio cohete de lanzamiento.

“Usando un radar o un telescopio en tierra, puedes obtener un poco de información de un satélite. Pero si puedes subir y volar junto a él, por supuesto que tendrás una cantidad mucho mayor de información”, dice Weeden.

Pero acercarse a estos satélites en órbita no es sencillo. Algunos de estos objetos viajan a más de 25,106 kilómetros por hora. Tomar una foto de algo bajo esas condiciones podría frustrar a los paparazzi más implacables de Hollywood.

Justo el año pasado la Fuerza Aérea de Estados Unidos lanzó un telescopio de 1,043 kilogramos llamado el Sistema de Vigilancia con Base en el Espacio (SBSS por sus siglas en inglés), un satélite que viaja en la órbita baja de la Tierra descrito por Boeing, su fabricante, como un “sensor con base en el espacio con la capacidad para detectar escombros, naves espaciales y otros objetos distantes en el espacio”.

“No han avanzado más allá de eso”, dice Weeden. “No han dicho lo que pueden rastrear y lo que no pueden y cuáles son los límites”.

Naturalmente todos los países con actividad espacial quieren proteger sus ojos en el cielo. Pero Pike dice que Washington sólo está preocupado de que alguien “nos saque los ojos”.

“Debido a que estamos ubicados del otro lado de Rusia y de China. Es más difícil para Estados Unidos saber qué sucede en nuestras áreas de interés que en sus áreas de interés”, explica.

La vigilancia desde el espacio al espacio no sólo tiene como objetivo identificar el propósito, sino también la tecnología de los satélites.

En la actualidad, los satélites espías sirven para mucho más que sólo fotografiar objetos. Las imágenes multiespectrales y las hiperspectrales utilizan cientos de longitudes de onda diferentes de luz para ver lo que de otra manera sería invisible. Diferentes materiales absorben las longitudes de onda de luz. Esto puede servir para revelar a los analistas con qué se fabricó un objeto.

Otra herramienta crítica es el radar

La ventaja del radar es que penetra las nubes y "se habla de usar radares satelitales para rastrear vehículos en tierra, pero eso todavía es un concepto a futuro”, dice Weeden. “Con el software correcto pueden explorar grandes partes del océano y rastrear barcos”.

Apenas el mes pasado, Japón lanzó un satélite espía equipado con radar con el que los analistas especularon se utilizaría para espiar a Corea del Norte, de acuerdo con informes de noticias.

Para 2015, la Fuerza Aérea de Estados Unidos piensa desarrollar un sistema de radar espacial con una constelación de nueve satélites que rodeen al planeta para aumentar significativamente nuestro nivel de vigilancia continua contra nuestros adversarios”.

El futuro del espionaje espacial.

Weeden predice que se usarán una gran cantidad de vehículos orbitales no tripulados para distintas razones.

“Todo, desde las inspecciones en órbita, la reparación de satélites, recarga o incluso (para) eliminar los escombros de la órbita”.

El Pentágono desarrolla un fascinante proyecto basado en el RPO de nombre Phoenix, con el objetivo de desarrollar hardware que pueda acercarse a satélites muertos en órbita, recoger el equipo utilizable —como antenas— y volver a utilizar las partes para construir nuevos satélites en el mismo sitio.

¿Qué pasa con el ejército? Las Directrices Estratégicas de Defensa 2012 del Pentágono hacen hincapié en la inversión en seguridad para el espacio de Estados Unidos. Pero Johnson-Freese, un miembro del cuerpo docente del U.S. Naval War College (Colegio de Guerra Naval de Estados Unidos), teme que no sea suficiente. “Debemos mejorar el GPS; los sistemas de reconocimiento; debemos mejorar los sistemas de comunicación. Deberíamos hacer más de lo que se hace actualmente”.

A pesar de que el acalorado comentario en la red de la afirmación de la semana pasada del X-37B se enfrió, la pregunta permanece: ¿Cuál es la misión del avión espacial?

“Bien podría tener una capacidad de vigilancia desde el espacio al espacio. Pudo haber liberado objetos de prueba para observarlos”, dice Pike.

Pero Pike es escéptico. La nave espacial, que esta en desarrollo desde 1999, primero por la NASA y después por DARPA, la división de investigación del Pentágono, y después por la Fuerza Aérea de Estados Unidos, ha tenido “muchos administradores” y “cocineros”. “Es la naturaleza de los proyectos burocráticos. El secreto de eso podría ser que se gastaron miles de millones de dólares sin un propósito real”, dice Pike.

Fuente: CNN

Estudian y miden por primera vez la materia fuera del sistema solar

Desde que IBEX fue lanzada al espacio en 2008, estudia las partículas cósmicas que llegan a los barrios vecinos de nuestro Sistema Solar y nos ubica al borde de una enorme nube que abandonaremos en unos miles de años.

La tierra tiene un fuerte escudo protector. Si no fuera así estaríamos fritos; casi literalmente. Del espacio recibimos constantemente bombardeos de partículas subatómicas de distintas partes del cosmos, no sólo del Sol. De hecho, es el viento solar, que se trata realmente de partículas con carga eléctrica originadas en la superficie solar, que crea una burbuja protectora a nuestro alrededor que desvía a estas partículas enviándolas nuevamente al espacio. Esta burbuja se llama la heliosfera, y sin ese paraguas protector no sobreviviríamos al bombardeo cósmico.

Pues bien, en el 2008, la agencia espacial estadounidense, NASA, lanzó al espacio una nave que ha mantenido desde entonces una órbita elíptica alrededor de la Tierra mientras lleva a cabo su misión principal: capturar y analizar átomos neutros interestelares. Se llama Interstellar Boundary Explorer (IBEX) y se trata de un explorador en las fronteras interestelares que se dedica a probar material proveniente de lugares lejanos y que han sido empujados hacia acá por vientos estelares. Los átomos examinados pertenecen al borde de nuestro sistema solar y sus vecindarios periféricos.

“Las partículas interestelares es el material crudo que forma estrellas, planetas y hasta a nosotros. Al principio sólo había hidrógeno y helio. Estos dos elementos formaron las primeras estrellas. Cuando esas estrellas colapsaron y murieron liberaron su material hacia el espacio, que incluía los elementos que la crearon a través del proceso de fusión nuclear. Podemos decir mucho sobre la evolución del universo y ganar más profundidad en el conocimiento sobre otras galaxias y sistemas planetarios, analizando estas partículas”, explica Eberhard Moebius, miembro del equipo de IBEX de laUniversidad de New Hampshire.

Desde que IBEX fue lanzada al espacio en 2008, estudia las partículas cósmicas que llegan a los barrios vecinos de nuestro Sistema Solar y nos ubica al borde de una enorme nube que abandonaremos en unos miles de años.

La tierra tiene un fuerte escudo protector. Si no fuera así estaríamos fritos; casi literalmente. Del espacio recibimos constantemente bombardeos de partículas subatómicas de distintas partes del cosmos, no sólo del Sol. De hecho, es el viento solar, que se trata realmente de partículas con carga eléctrica originadas en la superficie solar, que crea una burbuja protectora a nuestro alrededor que desvía a estas partículas enviándolas nuevamente al espacio. Esta burbuja se llama la heliosfera, y sin ese paraguas protector no sobreviviríamos al bombardeo cósmico.

Pues bien, en el 2008, la agencia espacial estadounidense, NASA, lanzó al espacio una nave que ha mantenido desde entonces una órbita elíptica alrededor de la Tierra mientras lleva a cabo su misión principal: capturar y analizar átomos neutros interestelares. Se llama Interstellar Boundary Explorer (IBEX) y se trata de un explorador en las fronteras interestelares que se dedica a probar material proveniente de lugares lejanos y que han sido empujados hacia acá por vientos estelares. Los átomos examinados pertenecen al borde de nuestro sistema solar y sus vecindarios periféricos.

“Las partículas interestelares es el material crudo que forma estrellas, planetas y hasta a nosotros. Al principio sólo había hidrógeno y helio. Estos dos elementos formaron las primeras estrellas. Cuando esas estrellas colapsaron y murieron liberaron su material hacia el espacio, que incluía los elementos que la crearon a través del proceso de fusión nuclear. Podemos decir mucho sobre la evolución del universo y ganar más profundidad en el conocimiento sobre otras galaxias y sistemas planetarios, analizando estas partículas”, explica Eberhard Moebius, miembro del equipo de IBEX de laUniversidad de New Hampshire.

Con dos cámaras y la capacidad para analizar helio, hidrógeno, neón y oxígeno, la sonda investigativa informa sobre los componentes fuera del vecindario y nos trae afirmaciones curiosas sobre la evolución del barrio que aloja a la Tierra.

“La diferencia en proporciones sugiere que el lugar donde el Sol se encuentra hoy no es el sitio donde nació. También nos dice que una cantidad significativa de oxígeno puede estar enlazada en granos de polvo que flota por el espacio interestelar. El equipo ha descubierto, además, que el viento interestelar sopla a más de cien mil kilómetros por hora; unos 15 mil kilómetros menos de las mediciones tomadas anteriormente”, explica Moebius.

Vecindario solar

Ciertamente, IBEX es capaz de medir la dirección del flujo de estas partículas con alta precisión, además nos ha posicionado mejor con respecto a las nubes interestelares en los vecindarios a nuestro alrededor. El equipo nos dice que el Sistema Solar se encuentra en la Nube Interestelar Local. “La Tierra está viajando en las fronteras de esta nube y se alejará de ella en los próximos miles de años, que es un pestañeo en términos astronómicos. Cuando esto ocurra, la heliosfera puede que se expanda significativamente pues estará menos comprimida”, explica.

En este viaje extraordinario del vecindario solar con su planeta azul, el objetivo parece ser las regiones del centro de la Vía Láctea y antes de llegar atravesaremos otro sistema de nubes conocido como G. “Las naves Voyager saldrán de la heliosfera en la próxima década, son muchas las sorpresas que se esperan descubrir. Es maravilloso conocer el lugar en el que estamos en nuestra galaxia”, asegura.

Y distinguir todas esas velocidades extremas que son manejadas allá afuera. Pensar que vamos veloces, todo el vecindario, hacia regiones en el centro galáctico, donde por cierto vive el supermasivo agujero negro A*, puede causar más que un simple mareo. Ciertamente, la aventura que es la vida se vislumbra mucho más grande al salir del planeta y del Sistema Solar.

http://www.hechosdehoy.com/estudian-y-miden-por-primera-vez-la-materia-fuera-del-sistema-14620.htm

Viajar a un asteroide ayudará a evitar impactos y abrirá el camino hacia Marte

 Por José Ramos

Viajar a un asteroide es todo un reto, pero conocer mejor su composición permitirá estar preparados para evitar un hipotético impacto y abrirá el camino a Marte, según explica en entrevista con Efe el geólogo de origen colombiano José Hurtado, miembro del programa "Desert RATS" de la NASA.
Se trata de un programa en el que expertos en diferentes materias, junto con astronautas de la NASA, realizan periódicamente trabajos de campo para probar las tecnologías y sistemas que se utilizarían para estudiar la superficie de la Luna, de Marte y de otros cuerpos rocosos, como un asteroide.
Hurtado acaba de regresar de una misión de tres días en el Centro Espacial Johnson en Houston en la que probó, junto con el astronauta Benjamin Alvin Drew, el vehículo de exploración multimisión de exploración espacial (MMSEV).
"La idea es que los centros de la NASA prueben el equipo, el vehículo, las herramientas, los trajes espaciales y todas esas cosas, en una misión simulada para estar mejor preparados para la exploración humana y robótica", explica a Efe.
Su trabajo como geólogo y como miembro del equipo "es dar un contexto científico realista para los diferentes escenarios de misión que estamos probando", por eso hay parte de las pruebas que se realizan en el desierto de Arizona donde se pueden encontrar rocas similares a las que se esperan en futuras misiones en Marte, la Luna o un asteroide.

 Por José Ramos

Viajar a un asteroide es todo un reto, pero conocer mejor su composición permitirá estar preparados para evitar un hipotético impacto y abrirá el camino a Marte, según explica en entrevista con Efe el geólogo de origen colombiano José Hurtado, miembro del programa "Desert RATS" de la NASA.
Se trata de un programa en el que expertos en diferentes materias, junto con astronautas de la NASA, realizan periódicamente trabajos de campo para probar las tecnologías y sistemas que se utilizarían para estudiar la superficie de la Luna, de Marte y de otros cuerpos rocosos, como un asteroide.
Hurtado acaba de regresar de una misión de tres días en el Centro Espacial Johnson en Houston en la que probó, junto con el astronauta Benjamin Alvin Drew, el vehículo de exploración multimisión de exploración espacial (MMSEV).
"La idea es que los centros de la NASA prueben el equipo, el vehículo, las herramientas, los trajes espaciales y todas esas cosas, en una misión simulada para estar mejor preparados para la exploración humana y robótica", explica a Efe.
Su trabajo como geólogo y como miembro del equipo "es dar un contexto científico realista para los diferentes escenarios de misión que estamos probando", por eso hay parte de las pruebas que se realizan en el desierto de Arizona donde se pueden encontrar rocas similares a las que se esperan en futuras misiones en Marte, la Luna o un asteroide.

"Utilizo mi experiencia como geólogo para ayudar a los astronautas y también a los ingenieros a entender cómo podríamos hacer ciencia en un lugar como ese" y también qué herramientas necesitarían para trabajar con unos materiales similares.
La tripulación también prueba cuán confortable es vivir ahí durante tres días o una semana y cuántas personas se necesitarían para hacer el trabajo científico.
El MMSEV tiene una arquitectura flexible, lo que le permitirá cuando esté listo recorrer la superficie de un planeta sobre un chasis con ruedas, o volar en el espacio profundo activando sus sistemas de propulsión.
Todavía calcula que falta aproximadamente una década hasta que el vehículo real vaya a una misión, pero asegura que con las mejoras que han sugerido y el trabajo de campo que se está haciendo "un vehículo muy similar a éste será el que llegue hasta un asteroide".
Y sin duda, le gustaría ser uno de los primeros científicos en llegar hasta allí, por eso ha enviado su solicitud a la NASA para que consideren su candidatura para la próxima promoción de astronautas que está reclutando la NASA.
"Me encantaría ir en esa misión, me gustaría muchísimo", confiesa el científico, que espera recibir una respuesta en dos meses para saber si ha entrado en el proceso de selección al que optan más de 3.000 aspirantes.
Hurtado subraya la importancia de viajar a un asteroide porque "no sabemos mucho sobre ellos". Han sido calificados como los restos que quedaron tras la formación del sistema solar, por eso "si entendemos esos materiales, entenderemos elementos muy importantes sobre la historia de nuestro planeta, de otros planetas y del Sol".
Otro de los motivos por los que cree interesante estudiar los asteroides "es porque pueden representar un peligro para la Tierra", señala el geólogo, que recuerda que periódicamente hay asteroides que pasan cerca de la Tierra y en el pasado impactaron en ella.
"Por eso es un peligro que queremos entender, conocer de qué materiales están hechos, lo fuertes que son y cuáles son sus propiedades, porque sabiendo esas características podemos diseñar métodos para desviarlos o destruirlos para prevenir que impacte".
El científico apunta, además, que es "un gran desafío tecnológico, que mejorará y facilitará nuestra habilidad para volar en el espacio profundo, y esas lecciones las utilizaremos para volar a Marte".
El presupuesto, que durante los últimos años se ha mantenido congelado para la NASA, "es siempre una cuestión", pero se muestra confiado en que mientras se tengan claras las directrices a seguir la agencia espacial "continuará realizando logros importantes".
La próxima prueba para "Desert RATS" está programada para agosto, en la que se prevé que dos miembros del equipo pasen una o dos semanas en el vehículo y realicen una serie de acciones simuladas que las futuras tripulaciones llevarían a cabo en una misión real.
Viajar a un asteroide es todo un reto, pero conocer mejor su composición permitirá estar preparados para evitar un hipotético impacto y abrirá el camino a Marte, según explica en entrevista con Efe el geólogo de origen colombiano José Hurtado, miembro del programa

José Ramos, LIADA

Se canceló el traslado temporal del meteorito El Chaco hasta Alemania

La secretaria de Asuntos Internacionales y Promoción del Chaco, Theresa Durnbeck, hizo saber ayer que el gobierno provincial y Documenta, la feria de arte más importante del mundo, decidieron cancelar el traslado temporal del meteorito El Chaco desde Campo del Cielo a Alemania debido a las voces divergentes que no comparten la iniciativa.
 
“El proyecto es para unir, nunca para dividir; la unión del pueblo chaqueño es nuestra prioridad”, aseguró la funcionaria.En 2011, el gobierno de Chaco y Documenta entendieron que el proyecto de los artistas Faivovich y Goldberg, que suponía llevar y traer el meteorito a Kassel, tenía el sentido de celebrar la herencia natural del mundo y sus pueblos, denunciar el robo del patrimonio cultural y natural y mostrar que no hay un solo norte o centro del mundo, sino la necesidad de más integración entre los pueblos y sus valores naturales.

La secretaria de Asuntos Internacionales y Promoción del Chaco, Theresa Durnbeck, hizo saber ayer que el gobierno provincial y Documenta, la feria de arte más importante del mundo, decidieron cancelar el traslado temporal del meteorito El Chaco desde Campo del Cielo a Alemania debido a las voces divergentes que no comparten la iniciativa.
 
“El proyecto es para unir, nunca para dividir; la unión del pueblo chaqueño es nuestra prioridad”, aseguró la funcionaria.En 2011, el gobierno de Chaco y Documenta entendieron que el proyecto de los artistas Faivovich y Goldberg, que suponía llevar y traer el meteorito a Kassel, tenía el sentido de celebrar la herencia natural del mundo y sus pueblos, denunciar el robo del patrimonio cultural y natural y mostrar que no hay un solo norte o centro del mundo, sino la necesidad de más integración entre los pueblos y sus valores naturales.

Explica Durnbeck que a pesar de contar con todos los avales legales, económicos y políticos, incluso el respaldo explícito del consejo del pueblo noqoi; un sector del pueblo chaqueño no llegó a percibir el sentido del viaje temporal del meteorito, que buscaba poner en movimiento aquella trayectoria iniciada hace 4000 años para dar testimonio de la cosmovisión de los guardianes de Campo del Cielo.

Frente a las diferencias de opinión, las autoridades entendieron que “el proyecto pierde el espíritu de una visión compartida, que pretendía rendir homenaje al patrimonio natural de nuestro planeta y a la herencia cultural de los custodios ancestrales de Campo del Cielo”. Durnbeck afirmó que “las opiniones divergentes son contrarias al espíritu del proyecto y a la motivación de Documenta, pues priorizamos la concordia por encima de la iniciativa”.

La secretaria de Asuntos Internacionales aseguró que “seguiremos trabajando para que el mundo conozca la riqueza y diversidad del pueblo chaqueño y para seguir construyendo una sociedad unida y en crecimiento”.

Fuente: Diario Norte