Contando estrellas

Por Por Natalia Gurruchaga .

Es activa difusora de la observación astronómica con proyectos didácticos e inclusivos. Participa en programas de radio y su “Observatorio para ciegos” atrajo a miles de personas en Tecnópolis.
 
La difusión de la astronomía ha tenido a Beatriz García como protagonista especial. Se doctoró en Astronomía en la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad Nacional de La Plata. Actualmente forma parte de la Colaboración Internacional del Observatorio Pierre Auger y es vicedirectora en representación del Conicet del ITeDA Mendoza, una subsede que fue creada por convenio entre la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Conicet y Universidad Nacional de San Martín.
 
Beatriz se ha dedicado a la difusión de la astronomía con proyectos inclusivos como la publicación de su libro Las Constelaciones del Zodiaco: astronomía para ciegos y disminuidos visuales y el posterior desarrollo de un observatorio para ciegos. Entre sus publicaciones nos llama la atención sobre la necesitad de tener una visión más integrada de la ecología con su libro Ladrones de estrellas: ecología del cielo nocturno. Su actividad es intensa en la UTN, en el Observatorio Astronómico de Los Reyunos pero también en el Observatorio Meteorológico de la ciudad de Mendoza, ubicado en el Parque General San Martín.
 
–¿Cuál es su rol en el observatorio Pierre Auger?
–Yo simplemente soy un miembro más de la colaboración internacional. Durante un tiempo estuve a cargo de las tareas de comunicación y difusión pero ya hace muchos años que hay otra persona porque las tareas se van repartiendo, nadie se eterniza en las funciones. En este momento, estoy coordinando el grupo mendocino que trabaja en el Pierre Auger y algunas tareas que están bajo nuestra responsabilidad asociadas con los detectores del observatorio y con nuevos detectores que se están instalando. La colaboración argentina está integrada por distintos institutos. En el caso nuestro hace muy pocos años conformamos un nuevo instituto que se llama ITeDA, Instituto de Tecnologías y Detección de Astropartículas. Su sede central está en la Comisión de Energía Atómica de Constituyentes y tiene una subsede aquí, en Mendoza. Mi función es coordinar ese grupo que participa en el Pierre Auger y que además trabaja en otros proyectos que tienen que ver con astrofísica.
 
–¿Qué tipo de investigación están haciendo ahora en el observatorio?
–Los trabajos que nosotros realizamos tienen que ver con investigación y con desarrollo, con diseño de nuevas tecnologías. En este momento estamos participando del desarrollo de un detector que se llama AMIGA, es un detector de muones, una de las partículas que se generan como consecuencia de la llegada del rayo cósmico a la tierra. Si se consigue contar el número de muones se puede determinar la masa del rayo cósmico, qué partícula original era. Este detector lo está desarrollando la Argentina en colaboración con Alemania, para eso en el Instituto no sólo hay científicos, es un trabajo en equipo en donde no sólo se hace ciencia básica sino también ciencia aplicada.

Por Por Natalia Gurruchaga .

Es activa difusora de la observación astronómica con proyectos didácticos e inclusivos. Participa en programas de radio y su “Observatorio para ciegos” atrajo a miles de personas en Tecnópolis.
 
La difusión de la astronomía ha tenido a Beatriz García como protagonista especial. Se doctoró en Astronomía en la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad Nacional de La Plata. Actualmente forma parte de la Colaboración Internacional del Observatorio Pierre Auger y es vicedirectora en representación del Conicet del ITeDA Mendoza, una subsede que fue creada por convenio entre la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Conicet y Universidad Nacional de San Martín.
 
Beatriz se ha dedicado a la difusión de la astronomía con proyectos inclusivos como la publicación de su libro Las Constelaciones del Zodiaco: astronomía para ciegos y disminuidos visuales y el posterior desarrollo de un observatorio para ciegos. Entre sus publicaciones nos llama la atención sobre la necesitad de tener una visión más integrada de la ecología con su libro Ladrones de estrellas: ecología del cielo nocturno. Su actividad es intensa en la UTN, en el Observatorio Astronómico de Los Reyunos pero también en el Observatorio Meteorológico de la ciudad de Mendoza, ubicado en el Parque General San Martín.
 
–¿Cuál es su rol en el observatorio Pierre Auger?
–Yo simplemente soy un miembro más de la colaboración internacional. Durante un tiempo estuve a cargo de las tareas de comunicación y difusión pero ya hace muchos años que hay otra persona porque las tareas se van repartiendo, nadie se eterniza en las funciones. En este momento, estoy coordinando el grupo mendocino que trabaja en el Pierre Auger y algunas tareas que están bajo nuestra responsabilidad asociadas con los detectores del observatorio y con nuevos detectores que se están instalando. La colaboración argentina está integrada por distintos institutos. En el caso nuestro hace muy pocos años conformamos un nuevo instituto que se llama ITeDA, Instituto de Tecnologías y Detección de Astropartículas. Su sede central está en la Comisión de Energía Atómica de Constituyentes y tiene una subsede aquí, en Mendoza. Mi función es coordinar ese grupo que participa en el Pierre Auger y que además trabaja en otros proyectos que tienen que ver con astrofísica.
 
–¿Qué tipo de investigación están haciendo ahora en el observatorio?
–Los trabajos que nosotros realizamos tienen que ver con investigación y con desarrollo, con diseño de nuevas tecnologías. En este momento estamos participando del desarrollo de un detector que se llama AMIGA, es un detector de muones, una de las partículas que se generan como consecuencia de la llegada del rayo cósmico a la tierra. Si se consigue contar el número de muones se puede determinar la masa del rayo cósmico, qué partícula original era. Este detector lo está desarrollando la Argentina en colaboración con Alemania, para eso en el Instituto no sólo hay científicos, es un trabajo en equipo en donde no sólo se hace ciencia básica sino también ciencia aplicada.

–¿Por qué se eligió Malargüe para la instalación del observatorio?
–Primero hubo una selección entre distintos países. La Argentina compitió para ser sede del observatorio y los países con los cuales competimos fueron Australia y Sudáfrica. Hubo una reunión en el año 1995 en la sede de la Unesco en París en donde se definió que fuera la Argentina el lugar que alojara el observatorio. Tuvieron que ver muchas cosas pero principalmente creo yo que en ese momento que la Argentina no tenía una tradición de ciencia de primer nivel, es un país periférico obviamente y no había demasiada tradición en desarrollo científico de primera línea, ahora ha cambiado eso pero en ese momento la Argentina recién estaba tratando de insertarse en el mundo con algún proyecto interesante en ciencia. El Pierre Auger era un emprendimiento muy interesante, es el observatorio más grande del mundo y la Argentina hizo una presentación muy buena en París. Dentro del país había tres sitios candidatos: Río Negro, Catamarca y Mendoza. Los científicos argentinos lo que hicimos fue estudiar los sitios, hacer un estudio de las condiciones climáticas, las condiciones de suelo y la factibilidad, la infraestructura. Finalmente decidimos que fuera Mendoza, que era el mejor de los tres lugares. El sitio fue elegido por toda la colaboración.
 
–¿Cómo impactó la ubicación del observatorio en Malargüe en el turismo a nivel científico?
–Para Malargüe fue un antes y un después. El observatorio Pierre Auger ha tenido un impacto muy importante sobre la ciudad, sobre la gente y ha modificado muchas cosas. Ha modificado efectivamente el turismo de una manera muy significativa, ha modificado hábitos de las personas porque hay muchos visitantes extranjeros. En la colaboración Auger participan alrededor de 500 científicos que, no están todo el tiempo en Malargüe, pero que hacen reuniones dos veces al año, de manera que dos veces al año Malargüe recibe una cantidad muy grande de gente que la visita. Está el observatorio que es un observatorio particular, no es como los tradicionales, no hay un telescopio sino que hay detectores desparramados en una enorme superficie de 3.000 km cuadrados, hay un centro de visitantes donde se dan charlas todos los días. Como consecuencia de que se instaló el observatorio aparecieron nuevos emprendimientos: de la mano del Pierre Auger aparece el planetario. Además del hecho de que el observatorio haya sido un proyecto exitoso, que se haya concretado, inclusive habiendo vivido momentos muy complicados, por ejemplo en el año 2001 estábamos en la mitad de la construcción y no se paró nunca, se terminó de construir en tiempo y forma a pesar de los vaivenes económicos, eso generó mucho respeto por parte de la comunidad científica internacional, porque a pesar de todos los problemas seguimos adelante y las cosas se hicieron, eso los sorprendió. Con este éxito es que viene también la antena de cielo profundo o la Deep Space Antenna de la Agencia Espacial Europea que se está instalando a 30 km de la ciudad de Malargüe, es la tercera en el mundo –hay otra en Australia y otra en España– y son antenas que se utilizan para contactarse con misiones satélites principalmente que están orbitando a Marte, con futuras misiones a Marte y a Venus. Así que Pierre Auger cambió muchas cosas no sólo en la provincia de Mendoza, y en Malargüe obviamente que modificó todo, en Malargüe ahora hay más hoteles, más restaurantes, la gente pregunta por el Pierre Auger, por el planetario. Se ha generado un interés por la ciencia muy grande, en las escuelas se dictan muchos más temas de ciencia, los chicos participan de las ferias de ciencia, hay becas que se ofrecen para hacer capacitaciones en el exterior, becas que ofrece Pierre Auger para alumnos que terminan la secundaria y puedan comenzar su formación universitaria en Estados Unidos, en fin, la sinergia que generó el Pierre Auger es enorme y estamos muy contentos porque cambiaron muchas cosas, los turistas que ni pasaban por Malargüe –iban derecho a Las Leñas–, ahora se alojan en la ciudad, saben que tiene muchos atractivos nuevos y eso le da un nuevo impulso a la ciudad y a su gente.
 
–¿Qué trabajo se desarrolla en el observatorio de UTN en Los Reyunos y cuál es su rol?
–UTN es una universidad que habitualmente estuvo dedicada a formar ingenieros porque el objetivo era que los trabajadores pudiera tener un título universitario. Pero a medida que pasó el tiempo fue reconvirtiendo su oferta y fue incorporando grupos de investigación, por eso nuestro grupo está inserto en UTN y tenemos un proyecto homologado para el estudio y desarrollo en astrofísica de altas energías, como parte de la actividad para formación y capacitación para los futuros ingenieros. Además, como oferta asociada a la divulgación, UTN consiguió instalar en un centro regional que está en Los Reyunos un telescopio que desde el punto de vista de la educación y la difusión es lo mejor que se podía haber instalado y el objetivo de tener ese telescopio allí es capacitar a los futuros ingenieros principalmente en óptica y en manejo de instrumental asociado a la astronomía y después ofrecerlo también a la comunidad como un lugar para poder hacer observaciones astronómicas. Los Reyunos es un lugar muy lindo, tiene lugares para alojarse y el ambiente natural es precioso porque está al borde del dique, por lo que el lugar es inmejorable y tiene el telescopio con el cual uno puede hacer las prácticas con los alumnos y además las observaciones astronómicas a las que asisten los mismos alumnos de UTN, pero a su vez aquellas personas que están pasando unas vacaciones por ahí cerca o piden asistir inclusive con los alumnos. En mi caso, como soy astrónoma se me invitó para generar un curso de capacitación que es brindado a los grupos de distintas regionales de la UTN que visitan Los Reyunos por lo menos una vez al mes durante el ciclo lectivo. Cada delegación tiene muchas actividades en el centro regional porque es un centro orientado a la producción tanto agrícola como de energía, los llevan a recorrer todos los diques, bodegas, envasadoras, fábricas de aceite, es decir, en producción ven casi todo y durante una tarde damos un curso de capacitación en astronomía general y en óptica y el corolario es una observación en la noche.
 
–Siguiendo con la UTN, ¿usted ha tenido bastante participación en la radio de UTN?
–Si, tenemos los jueves de 10 a 10.30 un micro de astronomía en el programa de la mañana Malos días.
 
–¿Y Certeza cero?
–Certeza cero es un programa que por ahora no lo estamos haciendo, lo hacíamos con una amiga que se llama Cristina Raschia que es cineasta, lo que hacíamos era trabajar ciencia y arte. Lo tuvimos durante un año en UTN, ahora estamos tratando de reeditarlo, era un programa semanal, y en torno de la noticia central en la que nos concentrábamos, lo interesante del programa era que siempre llevábamos un especialista en la materia, entonces tuvimos invitados muy impresionantes ahora que lo veo en perspectiva, en un programa hablamos sobre cambio climático y lo llevamos a Ricardo Villalba que es uno de los ganadores del Premio Nobel asociados con el cambio climático; en otro programa salió en vivo Adrián Paenza porque había editado su libro y nos han visitado psicólogos, literatos, biólogos, neurobiólogos, geólogos, es decir, a lo largo de un año paseamos por casi todas las ramas de la ciencia con los especialistas en la noticia que, en general, elegíamos en base a algo que había sido publicado en un medio nacional. Era un programa interesante y nos fue muy bien, incluso fuimos nominadas al premio Martín Fierro del interior. Después, por diferentes motivos, por nuestras actividades, no lo pudimos seguir por mucho tiempo pero ahora lo vamos a reeditar.
 
–¿Cómo es la experiencia con el segmento de astronomía en Malos días?
–El programa Malos días es un programa de noticias en vivo conducido por Fabricio Pippi, lo escucha mucha gente. Hace ya bastante tiempo Fabricio me invitó a hacer un micro de astronomía, al principio la idea era hacerlo de diez minutos hablando de noticias de astronomía, los diez minutos se han transformado en media hora, más que un micro ya es un espacio permanente. Hablamos de los temas del momento, de lo que ha salido publicado, de las novedades, a veces hablamos de programas astronómicos que implican convocar a la gente para hacer algo, por ejemplo en marzo vamos a tener dos eventos asociados con el control de la polución lumínica, son eventos mundiales como “la hora del planeta” que es un evento que convoca a miles de millones de personas en todo el mundo.
 
–¿Cómo es la respuesta del público frente a su segmento?
–La respuesta es muy buena, la gente deja sus comentarios, llaman por teléfono, hacen preguntas, tratamos siempre de responderlas rápido, no estamos con el teléfono abierto pero tratamos de responderlas allí. Pero en general muchas veces nos comentan y hay mucha gente que lo escucha, sabemos que la gente lo aprecia y que lo siguen. Hay gente que está muy contenta con que esté el micro de astronomía, supongo que por eso hace ya varios años que me llaman para que lo continuemos.
 
–Ya que habló de polución lumínica, leí que publicó un libro que se llama Ladrones de estrellas: ecología del cielo nocturno, y me llamó la atención el título. ¿A qué se refiere con ecología del cielo nocturno?
–Nosotros los astrónomos que hacemos difusión tratamos de unir los paisajes. Uno cuando habla del paisaje o cuando habla de ecología habla de la tierra pero en realidad el paisaje terrestre y el paisaje celeste están unidos y nosotros tratamos de que la gente lo incorpore como parte del paisaje. El tema del cielo tiene que ver con todo lo que pasa en la tierra, entonces es un poco llamar la atención frente eso, frente a la necesidad de unir los paisajes porque cuando uno habla de ecología habla de todo. El libro está destinado principalmente a llamar la atención sobre este tipo de polución, la contaminación producida por la mala iluminación durante la noche que tiene un impacto en la astronomía porque es la que oculta las estrellas, si vos iluminás bien vas a ver las estrellas, no necesitás estar a oscuras. Pero además llamar la atención acerca de que la contaminación lumínica afecta al ecosistema nocturno, a los animales y a las plantas y afecta a la salud humana. En el libro contamos de qué manera afecta y de qué manera lo podemos controlar, es una manera sencilla donde hay una decisión personal de control y después hay decisiones políticas, pero el control empieza por uno mismo.
 
–Otra cosa que me llamó la atención es el tema de astronomía para ciegos, ¿de qué se trata?
–Es una línea de trabajo en la que arrancamos hace bastantes años, en el 2005 haciendo un libro de constelaciones en relieve y escrito en Braille. Era un libro de constelaciones del Zodíaco, tuvimos que elegir algo acotado porque, en general, los libros en Braille ocupan mucho espacio. Arrancamos con ese libro que fue editado en el año mundial de la física y nos quedó siempre el deseo de desarrollar más cosas para ciegos hasta que finalmente lo pudimos concretar. La idea de hacer algo especial para ciegos vino de ese libro pero a su vez vino de la mano de los planetarios en los que uno reproduce el cielo nocturno pero lo hace por proyección, uno proyecta lucecitas que son las estrellas o imágenes. El planetario que nosotros diseñamos es un planetario en el que las estrellas están en relieve representadas por leds de manera de que el que ve también las puede ver y el que no ve las va recorriendo con las manos. Es un ambiente pequeño en el que el cielo está reproducido en su totalidad para un mes y una hora dada, es fijo, es el cielo de mayo para la República Argentina. Pero el planetario no es sólo el cielo, en este ambiente uno entra y se generan las condiciones del ambiente nocturno cuando vos observás, entonces está controlada la temperatura, se siente el perfume de las flores silvestres y se escucha el sonido de grillos y ranitas que son los que se escuchan en el campo, es decir, la persona ciega además siente con sus otros sentidos lo que es estar en la noche de observación y después va recorriendo el cielo con las manos a medida que una función lo va guiando. Las personas que ven sienten lo mismo sólo que además ven las estrellas representadas por leds que tiene distinto tamaño para representar el brillo y distintos colores para representar la temperatura. Este planetario estuvo expuesto aquí en la Comisión de Energía Atómica en la Regional Cuyo y después lo llevamos a Tecnópolis con una afluencia de público que era impresionante, la estimación de visitas a nuestro stand era de 900 personas por día y el impacto fue tremendo. Vinieron muchos ciegos y muchos sordos porque el planetario tiene también una instalación de aro magnético para los hipoacúsicos de manera que ellos escuchan mucho mejor, además está armado de tal manera que se puede ingresar en silla de ruedas. Es un planetario para la inclusión. La devolución de la gente era maravillosa, uno salía reconfortado porque la gente salía contenta con lo que aprendía y los discapacitados tan agradecidos que realmente valió la pena. Ahora estamos pensando en la nueva edición de Tecnópolis y vamos a hacer maquetas en cuyos módulos se incluya la temperatura. Estamos pensando en reproducir la superficie de la Luna y la superficie de Marte en maquetas interactivas en las que a medida que uno vaya tocando vayan escuchando los nombres de los accidentes, y además, cuando toquen sientan determinada temperatura de acuerdo a que sean distintos planetas, distintas superficies.
 
–El 2009 fue el año de la astronomía. ¿Por qué se lo denominó así y que significó esto para el mundo de la astronomía?
–El 2009 fue el año mundial de la astronomía que conmemoró los cuatrocientos años del uso del telescopio en astronomía. El primero en usar el telescopio fue Galileo Galilei, que no lo inventó pero fue el primero en usarlo en 1609. En ese año hicimos muchas cosas en la calle, por ejemplo la exhibición en el parque central de imágenes astronómicas gigantes e hicimos charlas y observaciones astronómicas para el público, ahí pasaron miles de personas también. El año de la astronomía estuvo vinculado justamente con la observación, Galileo sacó el telescopio a la plaza e hizo observar cosas, la idea era que la mayor cantidad de gente posible en el mundo observara con telescopio y creo que lo logramos porque miles de millones de personas observaron por primera vez por telescopio en el año de la astronomía. También hay un antes y un después del 2009, en la astronomía a nivel mundial y en la difusión de la astronomía.

http://mendozaopina.com/sociedad/87-mendoza/18648-contando-estrellas 

Dentista busca ser el primer turista espacial

El dentista Jos Gal, que sueña con convertirse en el primer turista espacial alemán, hizo promoción por un nuevo operador que tiene previsto ofrecer viajes al cosmos a partir de 2014 en una nave que todavía está por construir.
Gal, que tiene su consultorio médico en el estado federado de Baden-Württenberg (suroeste de Alemania) dijo en rueda de prensa en Berlín que está dispuesto a pagar 95 mil dólares (70 mil 700 euros) por un billete al espacio, al tiempo que precisó que todavía no lo había abonado porque quiere estudiar unos días más los contratos.
La empresa "Space Expedition Curaçao" (SXC), fundada por empresarios holandeses, tiene intención de ofrecer a partir de 2014 vuelos al cosmos de 60 minutos a bordo de una nave espacial impulsadas por un cohete portador.
Según el proyecto, la nave despegará desde un aeropuerto y ascenderá verticalmente durante 3.5 minutos hasta salirse de la atmósfera terrestre, donde flotará en condiciones de ingravidez durante cinco minutos desde una altura de unos 100 kilómetros, para planear luego haciendo círculos de regreso al punto de partida.
El único problema es que la nave, llamada "Lynx", todavía no existe -tampoco los permisos-, porque el prototipo recién ha sido construido, señaló el piloto holandés de la fuerza aérea Harry van Hulten.

El dentista Jos Gal, que sueña con convertirse en el primer turista espacial alemán, hizo promoción por un nuevo operador que tiene previsto ofrecer viajes al cosmos a partir de 2014 en una nave que todavía está por construir.
Gal, que tiene su consultorio médico en el estado federado de Baden-Württenberg (suroeste de Alemania) dijo en rueda de prensa en Berlín que está dispuesto a pagar 95 mil dólares (70 mil 700 euros) por un billete al espacio, al tiempo que precisó que todavía no lo había abonado porque quiere estudiar unos días más los contratos.
La empresa "Space Expedition Curaçao" (SXC), fundada por empresarios holandeses, tiene intención de ofrecer a partir de 2014 vuelos al cosmos de 60 minutos a bordo de una nave espacial impulsadas por un cohete portador.
Según el proyecto, la nave despegará desde un aeropuerto y ascenderá verticalmente durante 3.5 minutos hasta salirse de la atmósfera terrestre, donde flotará en condiciones de ingravidez durante cinco minutos desde una altura de unos 100 kilómetros, para planear luego haciendo círculos de regreso al punto de partida.
El único problema es que la nave, llamada "Lynx", todavía no existe -tampoco los permisos-, porque el prototipo recién ha sido construido, señaló el piloto holandés de la fuerza aérea Harry van Hulten.

"Creemos que es seguro, pero es un riesgo, es nuevo", declaró el piloto, quien agregó que las naves contarán también con propulsores de reserva al margen del cohete portador y paracaídas de emergencia.
Los primeros vuelos de prueba están previstos para finales de este año, indicó.
Respecto al costo del nuevo transbordador, Hulten dijo poder decir más bien poco, aunque señaló que será de alquiler y que resulta más barato que el avión de combate F16 que acostumbra a pilotar.
"Soy piloto de pruebas. Siempre he querido volar más alto y veloz que con el F16", dijo el holandés, que carece de experiencia como astronauta, y que agregó que de momento SXC ha vendido un alrededor de 50 boletos.
En tanto, la empresaria Sonja Rohde, del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, en el oeste del país, aspira también en convertirse en la primera turista espacial de Alemania con "Virgin Galactic", empresa de la competencia, a bordo de la cápsula espacial "SpaceShipTwo", que ya ha realizado varios vuelos de prueba.
El lanzamiento, aplazado en varias ocasiones, está previsto para finales de este año.
El mercado parece ser bastante lucrativo, ya que hay 380 interesados en ocupar una plaza en el "SpaceShipTwo" por una suma de unos 200 mil dólares (150 mil euros).

Fuente: El Universal

A la conquista del Universo

El objetivo de Payload Aerospace es poner en órbita satélites, pero su trabajo actual es un cohete que alcanza los 250 kilómetros de altura
Una empresa de dos jóvenes ilicitanos apuesta por hacerse un hueco en el sector aeroespacial
«La rama tecnológica del sector aerospacial siempre tiene trabajo e inversión», dice Torres
La carrera espacial no se reduce a las grandes potencias del sector. Puede resultar sorprendente, pero cuatro jóvenes, dos de ellos ilicitanos, han formado su propia empresa especializada en lanzar vehículos al espacio, desde su oficina en el Parque Científico Empresarial del campus de Elche de la Universidad Miguel Hernández (UMH).

El objetivo de Payload Aerospace es poner en órbita satélites, pero su trabajo actual es un cohete que alcanza los 250 kilómetros de altura
Una empresa de dos jóvenes ilicitanos apuesta por hacerse un hueco en el sector aeroespacial
«La rama tecnológica del sector aerospacial siempre tiene trabajo e inversión», dice Torres
La carrera espacial no se reduce a las grandes potencias del sector. Puede resultar sorprendente, pero cuatro jóvenes, dos de ellos ilicitanos, han formado su propia empresa especializada en lanzar vehículos al espacio, desde su oficina en el Parque Científico Empresarial del campus de Elche de la Universidad Miguel Hernández (UMH).

Lo que empezó siendo una afición por el modelismo y los cohetes espaciales se ha convertido, con el paso de los años, en una empresa que no se cierra ninguna meta. «Siempre nos habían gustado los cohetes, pero dio la casualidad de que uno de los socios de la empresa nos comentó que había un concurso en Valencia; nos presentamos y quedamos segundos, y decidimos dar el paso adelante», explica Raúl Torres, ilicitano de 25 años, biólogo y estudiante de Ingeniería Aeronáutica en la Universidad Politécnica de Valencia.
Dicho y hecho. Torres creó Payload Aerospace junto a Raúl Verdú -ilicitano y estudiante de Ingeniería Industrial en la UMH- y José Enrique Martínez -ingeniero aeronáutico por la Politécnica de Valencia-, constituyendo la sociedad en septiembre del año pasado. A ellos se ha unido Antonio Bedmar, otro ingeniero aeronáutico. Desde entonces están trabajando en su nuevo proyecto: su primer vehículo suborbital, un cohete capaz de alcanzar los 250 kilómetros de altura hacer una parábola y volver a caer al mar.
«Gracias a estos vehículos, es posible exponer cargas de pago (lo que el cliente paga) a condiciones espaciales (ingravidez, ambiente, vacío térmico, etc.) durante un tiempo de entre siete y quince minutos», expone Torres. «Hay infinidad de experimentos y validaciones de tecnología que requieren de condiciones espaciales, y solo es posible a través de cohetes», añade Verdú.
En ese vehículo suborbital está trabajando la plantilla de Payload Aerospace, cada uno en su especialidad: Torres se encarga de la propulsión y la estructura, Verdú del diseño por ordenador, Martínez del análisis completo de la misión y Bedmar en diferentes partes de los subsistemas del vehículo. «Nosotros nos encargamos del desarrollo completo del vehículo», afirma Torres. Esto significa que estos jóvenes ingenieros se dedican a todo el proceso de diseño, fabricación y lanzamiento de un vehículo espacial. «La fabricación de piezas se la contratamos a otras empresas especializadas, con la que llegamos a acuerdos de colaboración, y las insertamos y montamos en el cohete», añade Torres.
Un proceso de una duración de cerca de tres años y medio hasta conseguir que el vehículo, de nueve metros de alto y medio de diámetro, esté operativo. Además, «no hay más empresas de este tipo en España y solos dos en Europa», y requiere mucha financiación. «Ahora estamos enfocando gran parte de nuestros esfuerzos a la búsqueda de inversores privados, porque los organismos públicos ya no financian proyectos como este, con gran componente en I+D, como antes», dice Verdú.
Sector con futuro
El nuevo vehículo de Payload Aerospace será el segundo producto de estos jóvenes ingenieros. El primero, 'Raptor', un cohete que alcanza un kilómetro de alto, ha sido lanzado dos veces, desde el desierto de Almería. Sin embargo, 'Raptor' está más considerado como un artículo de modelismo, y el que se está gestando, todavía sin nombre definido por sus inventores, será el que se venda a los clientes.
Porque si por algo se caracteriza el sector aeroespacial, según los responsables de Payload Aerospace, es por su futuro. «Está muy ligado a Defensa, al armamento, y siempre hay tecnologías que probar. Hay dos vertientes: la tecnológica y la científica. Esta última puede estar más limitada por la economía, pero la segunda no: en tecnología siempre hay trabajo e inversión», dice Torres.
De hecho, las aspiraciones del equipo de Payload Aerospace no se reducen al proyecto en el que trabajan ahora. Su objetivo: diseñar vehículos orbitales. «La gran parte de las infraestructuras y tecnología que se desarrolla para este vehículo es escalable; con un poco más de inversión, se podría hacer más grande y operar en otro tipo de mercados: directamente, podríamos poner en órbita satélites», expone Torres.
Y la juventud no es, ni mucho menos, un handicap para Payload Aerospace. «Nosotros somos unos currantes, no unos genios, trabajamos mucho, y eso se nota en las reuniones que hemos tenido con empresas muy grandes: nos tratan de tú a tú, porque se les queda la sensación de que sabemos de qué van las cosas», defiende Verdú. «Hay empresas del sector que empezaron con 'cohetillos' hace 30 años y ahora facturan millones y millones. ¿Por qué no lo vamos a conseguir nosotros?», sentencia Verdú.

Fuente: Noticias de la Ciencia

India probará en un mes misil balístico intercontinental

La India tocará a las puertas del exclusivo club de países poseedores de cohetes balísticos intercontinentales, que hasta ahora solo integran Estados Unidos, Rusia y China, cuando en alrededor de un mes pruebe su misil Agni-V.

El primer lanzamiento está programado para la última semana de marzo o la primera de abril, anunció hoy aquí declaró Vijay Kumar Saraswat, asesor científico del ministro de Defensa y director general del DRDO, el organismo nacional de investigación y desarrollo de sistemas para la defensa.

Con capacidad para portar ojivas nucleares y abatir objetivos a cinco mil kilómetros de distancia -apenas 500 menos que los más avanzados en su tipo- el cohete es el último en la serie de igual nombre (Agni significa "fuego" en hindi).

La India tocará a las puertas del exclusivo club de países poseedores de cohetes balísticos intercontinentales, que hasta ahora solo integran Estados Unidos, Rusia y China, cuando en alrededor de un mes pruebe su misil Agni-V.

El primer lanzamiento está programado para la última semana de marzo o la primera de abril, anunció hoy aquí declaró Vijay Kumar Saraswat, asesor científico del ministro de Defensa y director general del DRDO, el organismo nacional de investigación y desarrollo de sistemas para la defensa.

Con capacidad para portar ojivas nucleares y abatir objetivos a cinco mil kilómetros de distancia -apenas 500 menos que los más avanzados en su tipo- el cohete es el último en la serie de igual nombre (Agni significa "fuego" en hindi).

Saraswat precisó que la prueba se realizará en la isla de Wheeler, cercana a las costas del centro-oriental estado de Orissa, y se repetirá con cierta regularidad a fin de dejar listo el cohete para su despliegue operacional hacia el 2014.

En noviembre del pasado año la India realizó un exitoso ensayo del Agni-IV, que tiene un alcance de hasta tres mil 700 kilómetros. El mísil fue mostrado por primera vez en público el 26 de enero último, durante un desfile militar por el Día de la República.

La seria Agni es la base del arsenal indio de disuasión nuclear y también incluye al Agni-I (de 700 a mil 200 kilómetros de alcance), el Agni-II (de dos mil a dos mil 500) y el Agni-III (de tres mil 500 a cinco mil kilómetros).

Las Fuerzas Armadas de la nación surasiática cuentan además con la serie Prithvi, también de diferentes alcances, y el Brahmos, el de mayor capacidad de carga y desarrollado en cooperación con el complejo militar ruso.

Todos son capaces de portar ojivas nucleares y forman parte de la puja en la esfera militar que la India mantiene con su vecino y rival Pakistán, también poseedor de tecnología para fabricar misiles balísticos del mismo tipo.

Ambos países han librado tres guerras desde su independencia en 1947, dos de ellas por el limítrofe territorio de Cachemira, con la consecuente preocupación para la región y el resto del mundo.

Fuente: Prensa Latina

Hallado un agujero negro de masa media proveniente de los restos de una galaxia

 

El Telescopio Espacial Hubble de la NASA ha encontrado un cúmulo de estrellas azules jóvenes que rodean el primer agujero negro de masa intermedia descubierto. La presencia del cúmulo de estrellas sugiere que el agujero negro fue, alguna vez, el núcleo de una galaxia enana ahora desintegrada. El descubrimiento del agujero negro, y el cúmulo de estrellas, tiene implicaciones importantes para entender la evolución de los agujeros negros supermasivos y las galaxias. 'Por primera vez, se dispone de información sobre el medio y el origen de este agujero negro de peso medio', ha afirmado el investigador del Centro Harvard-Smithsoniano para la Astrofísica, Mathieu Servillat.
Los astrónomos saben cómo colapsan las estrellas masivas formando agujeros negros de masa estelar (unas 10 veces más pesados que nuestro sol), pero desconocen cómo se forman los agujeros negros supermasivos (como el que se encuentra en el centro de la Vía Láctea) en los núcleos de las galaxias, una teoría es que los agujeros negros supermasivos se forman a partir de la fusión de agujeros negros de masa intermedia.

 

El Telescopio Espacial Hubble de la NASA ha encontrado un cúmulo de estrellas azules jóvenes que rodean el primer agujero negro de masa intermedia descubierto. La presencia del cúmulo de estrellas sugiere que el agujero negro fue, alguna vez, el núcleo de una galaxia enana ahora desintegrada. El descubrimiento del agujero negro, y el cúmulo de estrellas, tiene implicaciones importantes para entender la evolución de los agujeros negros supermasivos y las galaxias. 'Por primera vez, se dispone de información sobre el medio y el origen de este agujero negro de peso medio', ha afirmado el investigador del Centro Harvard-Smithsoniano para la Astrofísica, Mathieu Servillat.
Los astrónomos saben cómo colapsan las estrellas masivas formando agujeros negros de masa estelar (unas 10 veces más pesados que nuestro sol), pero desconocen cómo se forman los agujeros negros supermasivos (como el que se encuentra en el centro de la Vía Láctea) en los núcleos de las galaxias, una teoría es que los agujeros negros supermasivos se forman a partir de la fusión de agujeros negros de masa intermedia.

La investigación El autor principal de la investigación, Sean Farrell, del Instituto de Astronomía de Sídney, en Australia, descubrió este agujero negro inusual mediante el telescopio espacial de rayos X, XMM-Newton, de la Agencia Espacial Europea. Conocido como HLX-1, el agujero negro pesa 20.000 masas solares, y se encuentra hacia el borde de la galaxia ESO 243-49, a 290 millones de años luz de la Tierra. Farrell y su equipo observaron el HLX-1, simultáneamente, con el observatorio Swift de la NASA, y el Hubble. La intensidad y el color de la luz mostraron un cúmulo de estrellas jóvenes rodeando el agujero negro el Hubble no pudo captar las estrellas individualmente, por lo que el grupo sospecha que están demasiado lejos.
Luz azul y luz roja El equipo de Farrell detectó luz azul proveniente del gas caliente alrededor del agujero negro, y también detectó luz roja producida por gas mucho más frío, que proviene probablemente de las estrellas. Los modelos informáticos sugieren la presencia de un grupo joven y masivo de estrellas que rodean el agujero negro. Tales cúmulos jóvenes de estrellas se ven comúnmente en galaxias cercanas, pero no en la situación donde se encuentra el HLX-1. La mejor explicación es que el HLX-1 era el agujero negro central de una galaxia enana que fue absorbida por el choque con una galaxia mayor y  al mismo tiempo, nuevas estrellas jóvenes se formaron en el encuentro.
Según Farrell y Servillat, el cúmulo de estrellas debe ser inferior a 200 millones de años, lo cual significa que la mayor parte de estas estrellas se formaron después de la colisión. Una rareza El futuro del agujero negro es incierto en este momento, depende de su trayectoria, que es actualmente desconocida. 'Este agujero negro es el único agujero negro de masa intermedia encontrado hasta ahora. Su rareza sugiere que estos agujeros negros son accesibles por un corto período tiempo', concluye Servillat.

Fuente: Diario de León