Ocurrió en una galaxia del cúmulo de Ofiuco a 390 millones de años luz y dejó un «cráter» de 15 galaxias como la Vía Láctea de ancho.
Las ondas de radio (azul) y los rayos X (rosa) han permitido descubrir el hueco en el plasma de una galaxia generado por una violentísima explosión ocurrida en el pasado – X-ray: NASA/CXC/Naval Research Lab/Giacintucci, S.; XMM:ESA/XMM; Radio: NCRA/TIFR/GMRTN; Infrared: 2MASS/UMass/IPAC-Caltech/NASA/NSF
Los astrónomos acaban de descubrir la explosión más potente en el universo desde el Big Bang. Este estallido tuvo lugar en el agujero negro supermasivo del centro de una gran galaxia situada a cientos de millones de años luz de la Tierra. La explosión liberó cinco veces más energía que el que era considerado como el estallido más potente hasta la fecha, de nombre « MS 0735+74». Estos hallazgos se han publicado este jueves en « The Astrophysical Journal».
«Hemos visto otros estallidos en el centro de las galaxias antes, pero este es realmente gigantesco», ha dicho en un comunicado Melanie Johnston-Hollitt, coautora del estudio e investigadora en el Centro de Investigación de Radio Astronomía de la Universidad Curtin, en Perth, Australia. «Y no sabemos por qué fue tan grande».
Este dramático evento ocurrió hace millones de años muy lejos de la Tierra. En concreto, tuvo lugar en el centro de una gran galaxia en el cúmulo de Ofiuco, a 390 millones de años luz. Los astrónomos creen que se trata de la erupción de un agujero negro supermasivo.
Estos objetos son famosos por engullir enormes cantidades de materia y energía, pero a veces la expulsan con una violencia indescriptible a través de chorros y ondas de choque, que pueden acelerarlas hasta velocidades próximas a las de la luz, desplazando a su vez las nubes de plasma que se encuentran en los alrededores.
De hecho, esta explosión fue tan poderosa que creó un auténtico agujero en la nube de plasma (gas supercaliente) que rodea al agujero negro de esta galaxia.
Un «cráter» de 15 galaxias de ancho
Según ha dicho Simona Giacintucci, directora de la investigación y científica en el Laboratorio de Investigación Naval de Estados Unidos, la explosión fue similar a la brutal erupción del Monte Santa Helena, en 1980, que desgajó la cima de la montaña.
«La diferencia es que podrías introducir 15 galaxias como la Vía Láctea en el cráter que formó esta explosión en el gas caliente del cúmulo», ha dicho la investigadora.
De hecho, el estallido es tan inmenso que los científicos no se lo creyeron al principio: «La gente fue muy escéptica, a causa del tamaño», ha recordado Johnston-Hollitt. «Pero realmente es eso. El universo es un lugar realmente extraño».
Inmenso… y a cámara lenta
Las colosales escalas de este evento también implican que no fuera inmediato: «Ocurrió muy lentamente; fue como una explosión a cámara lenta que duró cientos de millones de años», ha comentado esta investigadora. Por tanto, ha añadido, el trabajo de los astrónomos «ha sido en parte hacer arqueología». Eso sí, una arqueología muy extrema con telescopios muy sofisticados.
La señal del enorme agujero en el plasma del agujero negro ya se había detectado con rayos X, pero, sencillamente, se pensaba que era demasiado grande como para tratarse del rastro de una explosión. Pero al mirar con los radiotelescopios, los científicos se dieron cuenta de su hallazgo.
«Esta es la clave que nos dice que aquí ocurrió una erupción de un tamaño sin precedentes», ha dicho Maxim Markevitch, coautor del trabajo y científico en el Centro Espacial Goddard, de la NASA.
El descubrimiento ha sido posible gracias a una de las misiones estratégicas de la NASA, la del telescopio espacial de rayos X Chandra, al telescopio espacial XMM-Newton, de la ESA, y a los observatorios terrestres Murchison Widefield Array (MWA), en Australia y al Giant Metrewave Radio Telescope (GMRT), en India.
Más estallidos en el futuro
Este descubrimiento excepcional muestra que combinando rayos X y ondas de radio los astrónomos pueden investigar fenómenos muy violentos y muy antiguos. «Hemos conseguido las herramientas para «excavar» a mayor profundidad y encontrar más de estos estallidos», según Johnston-Hollitt.
Y podría ser solo el primero de una serie de muchos más, según esta científica. «Hicimos este descubrimiento con la fase 1 del MWA, cuando el telescopio tiene 2048 antenas apuntando hacia el cielo», ha dicho. «Pronto estaremos acumulando observaciones realizadas con 4096 antenas, lo que debería hacerle diez veces más sensible».
Mientras tanto, parece que todo ha acabado en la galaxia observada. Los investigadores no encontraron ninguna evidencia de corrientes en chorro y los análisis de rayos X sugieren que el gas de la galaxia se alejó del agujero negro, privándole de combustible para crecer o alimentar futuras explosiones.
Fuente: ABC