Anomalía observada por el equipo en el lago Cheko. Crédito: Geochemistry, Geophysics, Geosystems.
En las primeras horas de la mañana del 30 de junio de 1908, ocurrió una enorme explosión en un remoto lugar de Siberia cerca del río Tunguska Pedregoso. Tan grande fue el estallido que derribó árboles en un patrón circular de más de 2.000 km2 e iluminó el cielo desde partes de Asia a Gran Bretaña. Lo que causó esta explosión nunca ha sido resuelto con firmeza. La mayoría de los investigadores está de acuerdo en que fue resultado de un cometa o meteoroide, con la mayor parte inclinada hacia el primero debido a la falta tanto de un cráter de impacto como de fragmentos de un meteoroide. Ahora, sin embargo, un equipo de investigación de Italia dice que han encontrado pruebas de que fue, de hecho, un meteorito que golpeó la Tierra y que un lago cercano es el cráter de impacto. El equipo publicó los resultados de sus hallazgos en Geochemistry, Geophysics, Geosystems.
Durante años, tanto aficionados como profesionales han debatido sobre la causa del Evento de Tunguska, como ha llegado a ser conocido. Algunos sugieren que fue obra de extraterrestres mientras que otros dicen que fue la manera de Dios para llamar nuestra atención. Los científicos serios, por el contrario, han sugerido que la causa más probable fue un cometa que se fundió y luego se vaporizó al impactar, sin dejar evidencia. Desafortunadamente, esta teoría no explica el hecho de que los científicos hayan encontrado diferencias en los niveles de carbono, nitrógeno e isótopos de hidrógeno y de iridio, provenientes de las regiones cercanas que son similares en algunos aspectos a aquellos encontrados en ciertos asteroides. Además, diminutas partículas que se asemejan a las que componen los meteoritos han sido encontradas en la madera de los árboles caídos. Ninguna de estas pruebas puede descartar nada, sin embargo, podrían significar que fue un cometa que tenía algo de rocas o un meteorito que se vaporizó debido a su suave composición.
Anomalía observada por el equipo en el lago Cheko. Crédito: Geochemistry, Geophysics, Geosystems.
En las primeras horas de la mañana del 30 de junio de 1908, ocurrió una enorme explosión en un remoto lugar de Siberia cerca del río Tunguska Pedregoso. Tan grande fue el estallido que derribó árboles en un patrón circular de más de 2.000 km2 e iluminó el cielo desde partes de Asia a Gran Bretaña. Lo que causó esta explosión nunca ha sido resuelto con firmeza. La mayoría de los investigadores está de acuerdo en que fue resultado de un cometa o meteoroide, con la mayor parte inclinada hacia el primero debido a la falta tanto de un cráter de impacto como de fragmentos de un meteoroide. Ahora, sin embargo, un equipo de investigación de Italia dice que han encontrado pruebas de que fue, de hecho, un meteorito que golpeó la Tierra y que un lago cercano es el cráter de impacto. El equipo publicó los resultados de sus hallazgos en Geochemistry, Geophysics, Geosystems.
Durante años, tanto aficionados como profesionales han debatido sobre la causa del Evento de Tunguska, como ha llegado a ser conocido. Algunos sugieren que fue obra de extraterrestres mientras que otros dicen que fue la manera de Dios para llamar nuestra atención. Los científicos serios, por el contrario, han sugerido que la causa más probable fue un cometa que se fundió y luego se vaporizó al impactar, sin dejar evidencia. Desafortunadamente, esta teoría no explica el hecho de que los científicos hayan encontrado diferencias en los niveles de carbono, nitrógeno e isótopos de hidrógeno y de iridio, provenientes de las regiones cercanas que son similares en algunos aspectos a aquellos encontrados en ciertos asteroides. Además, diminutas partículas que se asemejan a las que componen los meteoritos han sido encontradas en la madera de los árboles caídos. Ninguna de estas pruebas puede descartar nada, sin embargo, podrían significar que fue un cometa que tenía algo de rocas o un meteorito que se vaporizó debido a su suave composición.
El equipo italiano dice que fue un meteorito y afirma que tienen pruebas de su aseveración en forma de una pieza de algo tangible bajo los sedimentos en el fondo del lago Cheko; un lago poco profundo con forma cónica a aproximadamente 8 kilómetros de donde la mayoría cree que fue la zona cero de la explosión.
El equipo llegó a esta conclusión después de realizar mediciones sísmicas en el fondo del lago en 1999, las que mostraron que el sedimento se había estado formando sólo durante unos cien años, lo que, por supuesto, lo ubica cerca del momento en que ocurrió el Evento Tunguska y también entregó evidencia de algo denso cerca del medio del lago.
Dicen que más pruebas salieron a la luz en 2009 cuando regresaron al lago y realizaron un estudio magnético, el que según ellos mostró una anomalía en la misma ubicación en que sus mediciones sísmicas la habían detectado. Ahora, después de tres años más de estudiar la evidencia que reunieron del sitio, han concluido que el lago Cheko es, de hecho, un cráter de impacto y que el denso objeto bajo el lecho del lago es la evidencia.
Por supuesto que otros no están tan seguros, y es probable que sigan siendo escépticos hasta que alguien desentierre el objeto y lo estudie, probando que es nada más que una roca común, o un objeto del espacio que dejó un cráter de impacto cuando chocó con la Tierra hace un siglo, resolviendo finalmente el misterio.
Fuente de este artículo: Cosmo Noticias
Fuente original: Phys.Org