Por Victor Fleitas
El Observatorio Astronómico de Oro Verde, dependiente de la AEA
Un espectáculo fulgurante, lleno de misterios milenarios.
En la vecina Oro Verde, amparado en el complejo de la Escuela Alberdi, un Observatorio es mantenido en actividad por un grupo de inquietos de todas las edades, que no persiguen ningún fin vinculado al lucro: los mueve la satisfacción de conocer siempre un poco más y la aventura de explorar una y otra vez ese espectáculo siempre distinto del cielo nuestro.
Algunos integrantes de la AEA
EN RED. El grupo, además de administrar la actividad del Observatorio, intercambia material específico y colabora de ese modo con la formación integral del conjunto, mediante charlas o aportando piezas y documentos que circulan vía mail o se cuelgan en la página en facebook. La red se completa con una biblioteca y una videoteca especializada. “Los que quieran integrar el Observatorio no hace falta que conozcan de astronomía: con el interés alcanza y sobra, el resto se aprende en racimo”, señaló Peter, al detallar que “nosotros mismos lo capacitamos en el uso del telescopio, el conocimiento de las constelaciones y demás”.
En rigor, se dan charlas en escuelas pero los estudiantes prefieren trasladarse hasta Oro Verde en horario nocturno y tener una observación con exposición incluida y una visita al museo.
“Lo bueno es que cada tres meses, el cielo nos va mostrando cosas nuevas, distintos objetos”, respondió ante una consulta puntual. “Desde ahora hasta el final del invierno es la temporada con mejor cielo: las noches son más largas y hay más para ver, como cúmulos estelares, nebulosas y planetas, más allá de que la gran contra es el frío”, completó. Allí nomás, refirió que “la gente suele preferir las noches con luna llena pero lo mejor es cuando la luna no es tan brillante o directamente no hay luna”.
En otro momento, el reporteado sostuvo que “la astronomía tiene un costado social porque permite contactarse con personas de todo el mundo, también un perfil relacionado con la investigación porque se puede colaborar con astrónomos profesionales y un vector de desarrollo interior, donde cada cual puede tratar de encontrar respuestas a sus inquietudes”.
Sin dudas, la actividad que rodea al Observatorio es una puerta a la cultura porque supone la implantación del gen de la curiosidad, además de un atractivo turístico y una forma constructiva de disfrutar del tiempo libre para los que viven en la región.
Entre tantos proyectos en carpeta, Peter detalló uno que vendría a mejorar la infraestructura del Observatorio y, con ella, extendería las posibilidades de quienes hasta allí se acerquen. “La idea es hacer otra cúpula para un telescopio que incluso puede ser más grande que el que tenemos, más allá de que es bastante completo”, refirió, al explicar que “lo central es arreglar bien lo que tenemos”, y destacar que con la ampliación propuesta “una salita chica que hemos adaptado para el público podrá tener otras dimensiones y comodidades, un auditorio para cien personas que sirva para dar charlas; y, en el techo, se incorporaría una terraza para que en el verano se ubiquen allí unos telescopios para disfrutar del cielo”.
Victor Fleitas, periodista de El Diario