Investigadores trabajan en una nave capaz de emprender viajes muy largos. Allí se convertirían los residuos en comida a través de sistemas de soporte vital.
Las distancias que hay más allá de la Tierra son tan inmensas que algunos expertos creen que ni siquiera podremos salir del Sistema Solar en los próximos siglos. Uno de los problemas que hay, es que, por muy sofisticados que sean los motores, cualquier viaje a una estrella vecina puede superar fácilmente a una duración de siglos o milenios.
Por eso, un grupo de investigadores y estudiantes del proyecto DSTART, en la Universidad Técnica de Delft (Holanda), trata de pensar en soluciones para construir naves lo suficientemente grandes y sofisticadas como para que generaciones enteras puedan pasar su vida allí. Han propuesto vaciar asteroides y aprovechar su interior para construir grandes hábitats y surcar el espacio a bordo de ellos. No solo han comenzado a pensar en qué tecnología podría hacer falta, sino en qué implicaciones sociales y biológicas tendría una gigantesca empresa como esa.
«Necesitamos una tecnología espacial que sea sostenible y que pueda evolucionar durante muchas décadas, lo que es necesario para poder viajar de un sistema solar a otro», ha dicho en un comunicado Angelo Vermeulen, líder de DSTART. «Como parte de esto estamos investigando el tipo de sistema de soporte vital regenerativo desarrollado por el programa MELiSSA, de la Agencia Espacial Europea».
Reciclar residuos y convertirlos en comida
El programa MELiSSA implica a 11 naciones y tiene como objetivo inspirarse en ecosistemas acuáticos naturales para construir un sistema capaz de convertir residuos orgánicos y dióxido de carbono en oxígeno, agua y comida. Esto es fundamental en viajes espaciales de larga duración.
La Universidad Autónoma de Barcelona cuenta con una planta piloto donde los investigadores de MELiSSA diseñan un biorreactor. Allí unas algas producen oxígeno y permiten a una «tripulación» de ratas sobrevivir durante meses. Las algas producen oxígeno y consumen dióxido de carbono, y las ratas hacen exactamente lo contrario.
«MELiSSA le da a la nave la base del soporte vital», explicó Vermeulen. Junto a este sistema tan importante, «estamos trabajando en integrar otras tecnologías como la impresión 3-D y la minería de asteroides a nuestro diseño».
El mes que viene el programa DSTART presentará en Roma la primera versión de una simulación informática de un sistema MELiSSA del tamaño necesario para una gran nava espacial. Tratarán de analizar la fiabilidad del sistema estando en el espacio durante períodos muy largos de tiempo.
Fuente: ABC