El sorprendente hallazgo puede explicar cómo se formó WASP-39b, un infierno gaseoso que gira muy cerca de una estrella a 700 años luz de la Tierra.
En este lugar no puede haber vida. Las temperaturas son infernales y todo es una maraña de gases. Pero el planeta extrasolar WASP-39b, que gira alrededor de una estrella algo más pequeña que el Sol a 700 años luz de la Tierra, tiene mucho que contar. Con la inestimable ayuda del telescopio espacial Hubble, un equipo internacional de científicos ha conseguido estudiar su atmósfera con un detalle sin precedentes y han encontrado una inesperada gran cantidad de agua, tres veces más que en Saturno. Los resultados sugieren que los procesos de formación de exoplanetas pueden ser muy diferentes de los que conocemos en nuestro vecindario cósmico.
WASP-39b se clasifica como un «Saturno caliente», lo que refleja dos cosas: que su masa es similar a la del planeta de los anillos y su proximidad a su estrella madre. Pero ambos mundos son profundamente diferentes en muchos aspectos. WASP-39b no parece estar rodeado de un sistema de anillos y tiene una atmósfera hinchada que está libre de nubes de gran altitud. Esta característica es lo que ha permitido al Hubble echar un vistazo a sus intimidades.
De esta forma, el equipo encontró evidencias claras de vapor de agua atmosférico. De hecho, WASP-39b tiene tres veces más agua que Saturno, una cantidad que sorprendió a los investigadores. Esta sorpresa permitió inferir la presencia de una gran cantidad de elementos pesados en la atmósfera, lo que sugiere a su vez que el planeta fue bombardeado alguna vez por una gran cantidad de material helado. Este tipo de bombardeo solo sería posible si WASP-39b se hubiera formado mucho más lejos de su estrella anfitriona de lo que está ahora.
«WASP-39b muestra que los exoplanetas están llenos de sorpresas y pueden tener composiciones muy diferentes a las de nuestro Sistema Solar», afirma David Sing, coautor del estudio de la Universidad de Exeter, Reino Unido.
Un viaje épico
El análisis de la composición atmosférica y la posición actual del planeta indican que WASP-39b muy probablemente sufrió una migración interna interesante, haciendo un viaje épico a través de su sistema planetario. «Los exoplanetas nos muestran que la formación de planetas es más complicada y más confusa de lo que pensábamos que era. ¡Y eso es fantástico!» , agrega Hannah Wakeford, de la Universidad de Exeter en el Reino Unido y el Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial en Estados Unidos.
Habiendo realizado su increíble viaje hacia el interior, WASP-39b está ahora ocho veces más cerca de su estrella madre, WASP-39, que Mercurio lo está del Sol y solo le lleva cuatro días completar una órbita. El planeta también está bloqueado por mareas , lo que significa que siempre muestra el mismo lado a su estrella (como la Luna a la Tierra). El equipo midió la temperatura de WASP-39b en unos abrasadores 750ºC. Aunque solo un lado del planeta se enfrenta a su estrella madre, los poderosos vientos transportan el calor desde el lado brillante alrededor del planeta, manteniendo el lado oscuro casi tan caliente.
«Afortunadamente, esta diversidad que vemos en los exoplanetas nos ayudará a descubrir todas las formas diferentes en que un planeta puede formarse y evolucionar», explica Sing. «Necesitamos mirar hacia afuera para ayudarnos a entender nuestro propio Sistema Solar», agrega Wakeford.
De cara al futuro, el equipo quiere utilizar el Telescopio Espacial James Webb de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), cuyo lanzamiento está programado para 2019, para capturar un espectro aún más completo de la atmósfera de WASP-39b. El James Webb podrá recopilar datos sobre el carbono atmosférico del planeta, que absorbe luz de longitudes de onda más largas que las que el Hubble puede ver. «Al calcular la cantidad de carbono y oxígeno en la atmósfera, podemos aprender aún más sobre dónde y cómo se formó este planeta», concluye la investigadora.
Fuente: ABC