El presidente de Estados Unidos recortará de manera sutil el presupuesto de la agencia y y sin piedad los fondos para programas dedicados al estudio de la Tierra.
Una de las misiones más ambiciosas de la NASA, destinada a buscar vida en Europa, la luna de Júpiter, ha sufrido un severo contratiempo. La nave que iba a aterrizar en el cuerpo celeste no lo hará jamás, ya que el proyecto ha sido cancelado en el presupuesto de la NASA para 2017 que se acaba de hacer público. La otra parte de esa misión, una sonda que orbitará el satélite, se mantiene en los planes de la agencia.
El presupuesto supone un pequeño recorte respecto al dinero que la agencia había recibido en el último año. Si en 2016 recibió 19.300 millones del gobierno federal, en este 2017 se quedará en 19.100. «La cifra está en la línea de lo que hemos recibido en los últimos años y nos va a permitir continuar con el desarrollo de nuestra misión», ha expresado Robert Lightfoot, administrador temporal de la agencia, a la espera de que el presidente nombre a un sucesor de Charles Bolden.
Este es el aspecto que podría haber tenido la nave que aterrizara en Europa. (NASA)
Entre los programas que sufrirán recortes o se cancelan de manera definitiva también está la misión que pretendía atrapar un asteroide y ponerlo en órbita lunar. Conocida por sus siglas, ARRM (Asteroid Robotic Redirect Mission), el proyecto era importante para la agencia porque quería utilizar de banco de pruebas para probar la propulsión eléctrica, una tecnología que considera clave para llegar a Marte. Lightfoot ha asegurado que la NASA no dejará de investigar en ese área a pesar de la cancelación.
La división de ciencias terrestres pierde cien millones de dólares (de 1.900 a 1.800) pero la bajada incluye algunas noticias importantes. Trump cierra el grifo al programa de monitorización del carbono así como la participación de la agencia en DSCOVR, la sonda que estudia la Tierra de manera continua.
El presupuesto mantiene su apuesta por el cohete SLS y la nave Orion, esta última en cierto riesgo ante la pujanza de Boeing y SpaceX, y recibirán 3.700 millones de dólares para continuar con su desarrollo y el punto de mira puesto en ese vuelo inaugural que está fechado para finales de 2018 pero que podría retrasarse a los primeros meses de 2019.
Trump también hace una llamada a la agencia para que colabore con el pujante sector privado y, por el momento, no hace mención alguna a cambiar el foco y apostar por la exploración lunar por lo que el objetivo final de la NASA sigue siendo Marte, lugar que pretende alcanzar en algún momento de los años treinta.
Fuente: El Confiencial
Siempre hay un trasnochado que esta en contra el desarrollo de la ciencia