La NASA enviará a Europa una nave que sobrevolará ese mundo a gran velocidad en busca de señales biológicas.
Con la expectación y la intriga a las que nos tiene acostumbrados, la NASA anunció en septiembre el hallazgo de nuevos y gigantescos géiseres de agua en Europa, luna de Júpiter, evidencias de que bajo su corteza helada se esconde un enorme océano global con más del doble de agua que la suma de todos los terrestres. Si el satélite joviano ya formaba parte del grupo de mundos del Sistema Solar con más posibilidades de albergar vida, el descubrimiento sirvió para aumentar aún más su interés. Para comprobar si, efectivamente, Europa es un lugar habitable, en la década de 2020 la NASA enviará hasta allí una misión que ya tiene nombre oficial: Europa Clipper.
Los barcos clíper eran velocísimos veleros de tres mástiles que en el siglo XIX recorrían los océanos transportando té y otros bienes. Como esas embarcaciones, la nave espacial Clipper será rápida: sobrevolará Europa cada dos semanas, proporcionando muchas oportunidades para investigar la luna de cerca. El plan de la misión incluye de 40 a 45 sobrevuelos, durante lo cuales la nave espacial tomará imágenes de la superficie helada de la luna en alta resolución e investigará su composición y estructura.
Según informa la NASA, la exploración de Europa tiene una alta prioridad, ya que posee un océano de agua líquida salada debajo de una corteza helada de unos 100 km de grosor. El objetivo último de Clipper será determinar si esta luna posee tres de los ingredientes necesarios para la vida: agua líquida, ingredientes químicos, y fuentes de energía suficientes para permitir el desarrollo de la biología.
A toda velocidad
«Durante cada órbita, la nave espacial pasará muy poco tiempo en el ambiente de radiación cerca de Europa. Pasará a toda velocidad, reunirá una gran cantidad de datos científicos y navegará fuera de allí», explica Robert Pappalardo, científico del proyecto Europa Clipper en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California.
El lanzamiento de la misión está previsto a partir de 2020, llegando al sistema de Júpiter después de un viaje de varios años. «El océano subterráneo de Europa está considerado como uno de los lugares más prometedores del Sistema Solar para albergar vida. Estos géiseres, si realmente están ahí, pueden proporcionarnos otra forma de obtener muestras del subsuelo de Europa», explicaba Geoff Yolder, administrador asociado de la NASA, cuando se dio a conocer la existencia de los chorros. (Así te lo contamos en directo).
Con sus impresionantes 200 km. de altura, estos géiseres de infarto pueden depositar su contenido sobre la superficie del satélite en forma de lluvia. Eso podría permitir obtener muestras del océano subterráneo sin tener que perforar la superficie, algo muy difícil, ya que se trata de una capa de hielo extremadamente frío y duro cuyo grosor podría llegar a tener hasta 100 km, según algunas investigaciones.
Fuente: ABC