Comparación entre los dos casos extremos obtenidos para Proxima b con la Tierra. Este esquema muestra la estructura interna de cada planeta. De izquierda a derecha: Proxima b con el radio más pequeño posible según el modelo teórico (65 % de núcleo metálico rodeado por un manto rocoso, separado en dos fases), la Tierra (igual pero con un 32.5 % de núcleo) y Proxima b con el radio más grande permitido (50% de manto de roca rodeado por una capa de agua en forma sólida y líquida). Crédito: Bastien Brugger et al.
Un exoplaneta rocoso de masa similar a la de la Tierra ha sido recientemente detectado alrededor de Proxima Centauri, la estrella más cercana a nuestro Sol. Este planeta, llamado Proxima b, se encuentra en una órbita que le permite mantener agua líquida en su superficie, planteando así preguntas acerca de su habitabilidad. Ahora un equipo internacional de investigadores ha estudiado si sus dimensiones y las propiedades de la superficie favorecen la habitabilidad. Según ellos, este planeta podría ser del tipo “mundo de agua”, con un océano global recubriendo toda su superficie y agua similar a la de algunas de las lunas heladas de Júpiter o Saturno. O la composición de Proxima b podría ser parecida a la de Mercurio, con un núcleo de metal que constituiría dos tercios de la masa del planeta.
Como no es posible conocer el radio del planeta por el método habitual del tránsito, los investigadores utilizaron modelos en los que usaron diferentes composiciones posibles del planeta, centrándose en el caso de planetas densos y sólidos con un núcleo metálico y un manto rocoso como los planetas terrestres del Sistema Solar, permitiendo al mismo tiempo la presencia de una gran masa de agua.
Los resultados muestran que son posibles dos casos extremos. Por un lado, si tiene el radio mínimo estimado (5990 km) podría ser un planeta muy parecido a Mercurio, con un núcleo metálico sólido, y albergar una cantidad de agua que no exceda el 0.05% de la masa del planeta. Por el contrario, si su radio es el máximo calculado (8920 km) se compondría de un 50% de rocas rodeadas por un 50% de agua. En este caso, Proxima b estaría cubierto por un solo océano líquido de 200 kilómetros de profundidad. La presión sería tan fuerte que el agua líquida se convertiría hielo a alta presión antes de llegar a la frontera con el manto, a 3100 km de profundidad.
En estos casos extremos, una delgada atmósfera de gas podría cubrir el planeta, como en la Tierra, por lo que Proxima b sería potencialmente habitable.
Fuente: The Astrophysical Journal Letters