A Plutón con corazón

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En 2015, el astrónomo Clyde Tombaugh se convirtió en el hombre que más lejos ha viajado en la historia de la Humanidad, aunque él ya no estuviera vivo para contarlo. Fue el pasado 14 de julio cuando la sonda New Horizons de la NASA llegó hasta Plutón, tras una asombrosa odisea espacial de 5.000 millones de kilómetros que tardó casi una década en llegar a su destino. A bordo de la nave viajaban las cenizas de Tombaugh, el pionero estadounidense que en 1930 descubrió este enigmático mundo gélido que durante muchos años se consideró el noveno planeta del Sistema Solar.

La última voluntad de este científico -fallecido en 1997- fue que sus restos mortales se lanzaran al espacio, pero lo que jamás se hubiera imaginado es que la NASA sería capaz de llevarlos hasta la órbita de Plutón, para rendirle un homenaje póstumo en el cosmos.Poco después del lanzamiento de New Horizons en enero de 2006, el mundo que descubrió Tombaugh con su telescopio fue degradado a la categoría de planeta enano. Durante el verano de ese mismo año se celebró un congreso internacional en el que los astrónomos decidieron que este pequeño cuerpo rocoso no daba la talla para seguir perteneciendo al selecto club de los planetas. Sin embargo, por muy enano que sea Plutón, la histórica misión de New Horizons ha comprobado que es un mundo científicamente fascinante lleno de sorpresas. Las detalladas imágenes transmitidas por la sonda de la NASA demuestran que es un cuerpo geológicamente activo, con montañas, planicies, dunas e incluso glaciares. Plutón además ha seducido a todos los amantes de la astronomía por su majestuosa belleza, tras descubrirse el espectacular color ocre de su superficie y una región justo sobre su ecuador con forma de corazón, que la NASA ha bautizado como la Región de Tombaugh en honor a su descubridor. De hecho, millones de personas siguieron en directo la llegada a Plutón a través de las redes sociales, demostrando que la ciencia también puede ser trending topic en la era de Twitter.En definitiva, este apoteósico viaje hasta los confines del Sistema Solar ha vuelto a reflejar una vez más la curiosidad insaciable del homo sapiens, el único animal que siempre quiere saber qué hay más allá de la última frontera. Hoy, ya somos capaces de fabricar máquinas voladoras para explorar mundos lejanos en el espacio, como antes había imaginado la mente visionaria de Julio Verne. Este año, la Humanidad ha viajado hasta el corazón de Plutón con ciencia real, y mientras tanto ha seguido soñando con galaxias «muy, muy lejanas» en la ciencia ficción. Las nuevas aventuras del Halcón Milenario contra los villanos del malvado Imperio en el último episodio de Star Wars quizás sean un preludio de un futuro en el que conquistaremos otros mundos, incluso más allá de nuestro Sistema Solar. Que la fuerza nos acompañe.

Fuente: El Mundo

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