El próximo viernes 6 de marzo la nave espacial Dawn de la NASA entrará en la órbita de Ceres, un misterioso mundo del tamaño del estado de Texas (950 km de diámetro), el más grande del cinturón de asteroides, que parece contener abundante agua.
Los científicos creen que la visita al planeta enano puede proporcionar interesante información acerca de cómo fueron los orígenes de nuestro sistema solar y, por lo tanto, de nuestro hogar la Tierra.
«Dawn está a punto de hacer historia», afirma Robert Mase, director del proyecto para la misión Dawn del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California. «Nuestro equipo está preparado y con ganas de descubrir lo que Ceres tiene reservado para nosotros».
Las imágenes recientes muestran numerosos cráteres y unos curiosos e inesperados puntos brillantes que los científicos creen que dirán cómo Ceres, el primer objeto descubierto en el cinturón de asteroides, se formó y si su superficie está en pleno cambio. A medida que la nave espacial se acerca al planeta enano, los investigadores buscarán señales de cambio en estos accidentes geográficos, lo que sugeriría que tiene actividad geológica en la actualidad.
«El estudio de Ceres nos permite hacer investigación histórica en el espacio, la apertura de una ventana en el primer capítulo de la historia del sistema solar», dice Jim Green, director de la División de Ciencias Planetarias de la NASA en la sede de la agencia en Washington. «Los datos devueltos desde Dawn podrían contribuir avances significativos en nuestra comprensión de cómo se formó el sistema solar».
Dawn comenzó su fase de aproximación final hacia Ceres en diciembre. La nave espacial ha tomado varias imágenes de navegación óptica y ha observado a Ceres a través de toda su rotación de nueve horas. Desde el 25 de enero, Dawn ha entregado las imágenes de más alta resolución de Ceres nunca logradas, y seguirá mejorando en la calidad.
El astrónomo siciliano Giuseppe Piazzi descubrió Ceres en 1801. A medida que se encontraron más objetos similares en la misma región, llegaron a ser conocidos como asteroides o planetas menores. Ceres fue clasificado inicialmente como un planeta y más tarde pasó a la categoría de asteroide. En reconocimiento a sus cualidades similares a las de los planetas, Ceres fue designado un planeta enano en 2006, junto con el polémico Plutón y Eris.
Ceres es el nombre de la diosa romana de la agricultura y las cosechas. Los cráteres en Ceres también recibirán los nombres de los dioses y diosas de la agricultura recogidos por la mitología de todo el mundo.
Propulsión de iones
Lanzada en septiembre de 2007, Dawn exploró el asteroide gigante Vesta durante 14 meses entre 2011 y 2012, capturando imágenes detalladas y datos acerca de ese cuerpo. Tanto Vesta como Ceres orbitan alrededor del Sol entre Marte y Júpiter, en el cinturón principal de asteroides. Este tour de dos paradas por nuestro sistema solar es posible por el sistema de propulsión de iones de Dawn, siendo mucho más eficiente que la propulsión química, según explica la NASA en un comunicado.
«Tanto Vesta como Ceres estaban en camino a convertirse en planetas, pero su desarrollo fue interrumpido por la gravedad de Júpiter», explica Carol Raymond, subdirectora científica del proyecto en el JPL. «Estos dos cuerpos son como fósiles de los albores del sistema solar, y arrojan luz sobre sus orígenes».
Aún así, Ceres y Vesta tienen varias diferencias importantes. Ceres es el cuerpo más masivo del cinturón de asteroides, con un diámetro medio de 950 km, aproximadamente el 38% del área de la parte continental de Estados Unidos. Mientras, Vesta tiene un diámetro medio de 525 km, y es el segundo cuerpo más masivo del cinturón. Es muy seco, al contrario que Ceres, que se estima tiene un 25% de agua.
«Mediante el estudio de Vesta y Ceres, vamos a obtener una mejor comprensión de la formación de nuestro sistema solar, especialmente de los planetas terrestres, y lo más importante, de la Tierra», dice Raymond. «Estos cuerpos son muestras de los bloques de construcción que han formado Venus, la Tierra y Marte. Se cree que objetos como Vesta han contribuido en gran medida al núcleo de nuestro planeta, y los cuerpos similares a Ceres pueden haber proporcionado nuestra agua».
Fuente: ABC