A veces las noches se vuelven mágicas y la tecnología conspira para que la naturaleza se transforme en retratos que nos hacen viajar por la inmensidad sin movernos de nuestro pequeño «punto azul pálido».
Una de esas noches fue el pasado martes 21 de octubre de 2014. La tarde se apagaba y el firmamento ofrecía su espectáculo maravilloso, en tiempo de Oriónidas. Todo parecía ir transformándose alrededor y los colores fueron palideciendo para dar lugar a la oscuridad de la noche que prometía regalar postales inolvidables.
Y no nos equivocamos. El Meade LX 200 se movió perezoso hasta el punto indicado y ahí esperó a que la Canon 60D con su Teleobjetivo estuviera pronta para la función.
20 tomas de 3 minutos cada una. (Las fotos terminadas pueden demorar un poco en descargar, dada la alta resolución en que las presentamos)
Fotografía y apilado: Germán Savor
Colaboración: Walter Elias
Departamento de Astrofotografía – AEA